Un pasajero de Delta Air Lines captó un momento alarmante durante un vuelo reciente cuando grabó en video una parte del ala del avión desprendiéndose en el aire. El incidente ocurrió el martes 19 de agosto en el vuelo 1893 de Delta, que viajaba de Orlando, Florida, a Austin, Texas. Shanila Arif, una de las pasajeras, notó el problema a unos 12,000 pies de altitud y decidió documentarlo. A pesar del susto, el avión aterrizó sin problemas en el Aeropuerto Internacional de Austin-Bergstrom.
El video de Arif muestra una aleta del ala izquierda del Boeing 737-800 moviéndose inestablemente mientras el avión se acercaba a su destino. La imagen, que se volvió viral en redes sociales, generó preocupación entre los pasajeros, aunque la mayoría en la cabina se mantuvo tranquila. Delta confirmó que el avión, con 62 pasajeros y seis tripulantes a bordo, fue retirado de servicio para inspecciones tras el aterrizaje seguro.
La seguridad en el centro
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) emitió un informe preliminar sobre el incidente, indicando que no hubo heridos. La inspección posterior al aterrizaje reveló que el borde trasero de la aleta izquierda estaba doblado hacia arriba. Delta emitió un comunicado asegurando que la seguridad de los pasajeros es su prioridad y se disculpó por la experiencia. La aerolínea señaló que el avión está bajo mantenimiento para determinar la causa del problema.
Respuesta al incidente
Shanila Arif, quien grabó el video, describió el suceso como un evento serio de seguridad. En su relato, mencionó que el avión experimentó turbulencias antes de que ella notara el daño en el ala. A pesar de la situación, la tripulación mantuvo la calma y completó el aterrizaje sin incidentes. Los pasajeros, aliviados tras tocar tierra, aplaudieron el profesionalismo de los pilotos. Delta canceló dos vuelos programados para el 20 de agosto con la aeronave afectada mientras se realizan las reparaciones necesarias.
La rápida respuesta de Delta incluyó una investigación interna para evaluar las circunstancias del daño. La FAA también está revisando el caso, enfocándose en el historial de mantenimiento del Boeing 737-800 involucrado, registrado como N3740C. Este modelo, con más de 24 años de servicio, es parte de la flota de Delta que ha enfrentado escrutinio reciente por problemas estructurales en otros aviones similares.
Bajo el escrutinio público
El incidente del vuelo 1893 no es el primero que pone a Delta bajo la lupa este año. El 10 de agosto, otro vuelo de la aerolínea, el 1830, chocó con un avión vacío durante una maniobra de retroceso en el Aeropuerto Internacional de Hartsfield-Jackson, en Atlanta. No hubo heridos, pero el evento generó críticas sobre los procedimientos operativos. Delta aseguró que dicho incidente no afectó sus operaciones generales, pero estos sucesos consecutivos han avivado el debate sobre la seguridad aérea.
Los pasajeros del vuelo a Austin elogiaron la calma de la tripulación, pero algunos expresaron inquietud en redes sociales sobre viajar con Delta. La aerolínea, que opera miles de vuelos diarios, enfrenta ahora el desafío de mantener la confianza de sus clientes. Mientras las investigaciones avanzan, Delta continúa colaborando con la FAA para garantizar que incidentes como este no se repitan.
