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ICE intensifica redadas en Chicago: 3,000 arrestos en semanas

ICE arresta a casi 3,000 personas en Chicago en una ofensiva migratoria que genera críticas por uso excesivo de la fuerza y redadas masivas.
ICE intensifica redadas en Chicago
EFE

Las redadas migratorias en Chicago y sus alrededores escalaron a niveles inéditos. De acuerdo con el comandante de la Patrulla Fronteriza, Greg Bovino, el gobierno del presidente Donald Trump ha detenido a casi 3,000 personas. Esto ha ocurrido desde que comenzó la Operación Blitz Midwest. Esta operación empezó en septiembre. Su objetivo es reforzar el cumplimiento de las leyes migratorias en el medio oeste de Estados Unidos.

“Son casi 3,000 arrestos”

Bovino dijo en ABC News que la operación fue amplia y efectiva, con redadas en Chicago y ciudades cercanas como Cicero, Addison y Aurora. “Son casi 3,000”, afirmó el comandante, aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aún no ha emitido una confirmación oficial sobre la cifra total.

Bovino, jefe del Sector El Centro en el sur de California, lidera actualmente la ofensiva federal desplegada en el norte del país. Según dijo, los agentes federales están actuando “dentro de los protocolos” y empleando “la fuerza mínima necesaria” durante los operativos.

Barrios latinos, el primer objetivo

La Operación Blitz Midwest inició en barrios latinos de Chicago, como La Villita y Pilsen, con redadas de ICE en comercios y zonas de jornaleros. Los primeros días de la ofensiva se centraron en la detención de vendedores ambulantes y trabajadores informales, lo que provocó protestas y enfrentamientos con la comunidad.

Las redadas pronto alcanzaron barrios del norte y el aeropuerto O’Hare, donde ICE detuvo a conductores de Uber y Lyft que esperaban pasajeros.

Organizaciones comunitarias y defensores de derechos civiles han denunciado el uso excesivo de la fuerza y la falta de procedimientos adecuados en algunas de las intervenciones. Testigos y videos en redes sociales muestran agentes con uniformes camuflados y armamento militar, disparando gas lacrimógeno y municiones químicas sin ofrecer advertencias previas.

Críticas por incumplir un mandato judicial

Los cuestionamientos aumentaron luego de que la jueza federal Sara Ellis emitiera una orden que exige a las fuerzas del orden emitir advertencias audibles antes de usar gas lacrimógeno contra manifestantes. Pese a la instrucción, imágenes de la semana pasada mostraron a Bovino presuntamente lanzando una bomba de gas durante una movilización en La Villita.

El comandante deberá comparecer ante la jueza Ellis para explicar si llevaba activa su cámara corporal y si cumplió con los protocolos judiciales antes de usar la fuerza. En su defensa, Bovino aseguró que las acciones se llevaron a cabo respetando los lineamientos del DHS.

“Cuando utilizamos la fuerza, lo hacemos con la mínima cantidad necesaria para garantizar el éxito de la misión”, dijo. “Ya sea el uso de gas, tácticas manuales o arrestos físicos, nuestras intervenciones buscan influir positivamente en el resultado, no escalar el conflicto”.

DHS justifica los operativos

Una declaración del Departamento de Seguridad Nacional respalda a las fuerzas federales y señala que los agentes “a menudo son rodeados y atacados por agitadores que lanzan objetos” durante las operaciones. El comunicado sostiene que los oficiales emiten “múltiples advertencias y órdenes legítimas”, pero que muchos manifestantes las ignoran deliberadamente.

El DHS también destacó que gran parte de las detenciones incluyen a personas con antecedentes criminales o con órdenes de deportación pendientes, aunque no ha proporcionado un desglose oficial. Aun así, defensores de derechos humanos aseguran que numerosos detenidos no tenían historial delictivo y fueron arrestados en sus lugares de trabajo o frente a sus hijos.

Respuesta de la comunidad y aumento de la tensión

En distintos sectores de Chicago, las redadas provocaron protestas masivas y denuncias de abuso policial. Activistas locales afirmaron que el despliegue de cientos de agentes federales armados con equipo táctico ha generado temor en comunidades latinas y desconfianza hacia las autoridades.

“Las familias tienen miedo de salir, dejar a sus hijos en la escuela o ir al trabajo. Esto no solo es una operación migratoria, es una forma de intimidación”, señaló María de los Ángeles Torres, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Illinois.

Mientras tanto, la administración Trump considera la operación un ejemplo de su política de “tolerancia cero” hacia la inmigración irregular. Los portavoces de la Casa Blanca subrayan que el objetivo es “restaurar el orden y hacer cumplir la ley” en las ciudades donde, aseguran, las políticas locales han limitado el trabajo de ICE.

El alcalde interino de Chicago, John Lopez, respondió que el ayuntamiento ha solicitado “garantías de transparencia y respeto a los derechos humanos” durante los operativos. “No toleraremos abusos. Queremos proteger a nuestros residentes, independientemente de su estatus migratorio”, dijo en conferencia de prensa.

Operación en curso

Fuentes cercanas al DHS indican que la ofensiva continuará durante las próximas semanas en el área metropolitana de Chicago y que el número de detenciones podría aumentar significativamente antes de fin de mes. Las comunidades inmigrantes permanecen en alerta, mientras organizaciones civiles preparan demandas federales para frenar los operativos si se confirman violaciones a las órdenes judiciales.

La Operación Blitz Midwest refleja la nueva etapa de la política migratoria del gobierno federal: una estrategia más agresiva, con amplios despliegues de fuerza y una clara intención de multiplicar las detenciones en territorio estadounidense.

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