El gobierno de Donald Trump planea reestructurar ICE debido a la preocupación por el bajo número de arrestos migratorios reportados durante este año. Fuentes cercanas aseguran que la Casa Blanca planea reorganizar oficinas y reemplazar directivos de ICE para acelerar deportaciones y fortalecer su política migratoria.
Trump exige resultados más rápidos
A inicios de 2025, la Casa Blanca estableció una meta de 3.000 arrestos diarios dentro del plan de Trump para reforzar las deportaciones. Sin embargo, la cifra ha resultado difícil de alcanzar debido a falta de personal, recursos logísticos limitados y saturación judicial.
Estas limitaciones generaron tensiones entre la administración y la cúpula de ICE, que opera actualmente con 25 oficinas de campo en todo el territorio. Fuentes internas revelaron que el gobierno evalúa reasignar o sustituir a varios directores regionales considerados ineficientes o reacios a cumplir las metas de detención.
Tricia McLaughlin, portavoz de Seguridad Nacional, afirmó que no hay cambios por ahora, pero el gobierno mantiene su enfoque en deportar criminales extranjeros.
Posibles reemplazos en oficinas clave
Entre las medidas que se discuten figura la incorporación de oficiales de la Patrulla Fronteriza (CBP) en puestos de liderazgo de ICE. De concretarse, sería un cambio significativo en la estructura operativa del organismo, al integrar agentes con experiencia en campo y control fronterizo en áreas tradicionalmente administrativas.
Las conversaciones también incluyen un plan para redistribuir recursos humanos en función de las zonas con mayor concentración de inmigrantes indocumentados. “Queremos un ICE más eficiente, con líderes comprometidos y resultados visibles”, comentó una fuente del Departamento de Seguridad Nacional bajo anonimato.
La estrategia busca replicar el modelo de la frontera sur, donde la Patrulla Fronteriza asumió funciones de detención interna consideradas exitosas por la Casa Blanca.
La Patrulla Fronteriza gana terreno
El nombre que más resuena en la propuesta es el de Gregory Bovino, jefe del sector El Centro en California, quien lideró varias operaciones en áreas urbanas dominadas por gobiernos locales demócratas. Bovino ha sido figura clave en la expansión de las acciones migratorias hacia el interior del país y cuenta con apoyo directo del presidente Trump por los resultados obtenidos en operativos recientes en Chicago.
Actualmente, más de 1.500 agentes de la Patrulla Fronteriza colaboran con ICE en detenciones y redadas en distintos estados, un despliegue que según McLaughlin “ha optimizado la respuesta y aumentado el cumplimiento de la ley migratoria federal”.
Fuentes dentro del DHS detallan que el éxito del modelo encabezado por Bovino ha fortalecido su posición para asumir responsabilidades mayores en la reestructuración. “Es un liderazgo con enfoque práctico y resultados tangibles”, dijo un funcionario bajo reserva.
ICE en medio de críticas y presiones
Desde enero, cuando el presidente Trump instruyó deportaciones masivas, ICE ha enfrentado presiones contradictorias. Desde dentro del gobierno, se le acusa de no operar con suficiente rapidez, mientras que organizaciones civiles denuncian abusos de poder y exceso de fuerza en operativos recientes.
El debate también se ha trasladado al Congreso, donde legisladores de distintos partidos cuestionan si la expansión de las operaciones migratorias representa una deriva hacia la militarización interna del país. No obstante, la administración Trump insiste en que las medidas son necesarias para restaurar el orden migratorio y garantizar la seguridad pública.
“Durante años, los políticos de ciudades santuario han bloqueado el cumplimiento de la ley”, sostuvo McLaughlin en declaraciones televisivas. “Nuestra administración ha decidido actuar con determinación y sin excusas”.
Un cambio estratégico en marcha
El objetivo a corto plazo es aumentar la coordinación entre ICE, CBP y el Departamento de Seguridad Nacional, con una cadena de mando más vertical y un seguimiento directo desde la Casa Blanca. De acuerdo con funcionarios cercanos al proceso, algunos nombramientos podrían anunciarse antes de fin de año.
Aunque ICE y la Patrulla Fronteriza pertenecen al mismo departamento, sus roles tradicionales difieren: ICE se enfoca en deportaciones interiores y gestión de centros de detención, mientras que la CBP supervisa la frontera y los puertos de entrada. La integración de perfiles militares dentro de ICE, explican expertos, busca un enfoque más operativo y menos burocrático.
En paralelo, el gobierno continúa impulsando la Ley One Big, Beautiful Bill (OBBB), que financia el aumento de recursos humanos y tecnológicos para respaldar la nueva ofensiva. Con esta alianza estratégica y la reestructuración en curso, el Ejecutivo pretende hacer de ICE una agencia más agresiva, eficiente y alineada con la agenda presidencial.
