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Atacan a una mujer por hablar español y llaman a ICE

Atacan a una mujer por hablar español y llaman a ICE
EFE

Una mujer mexicoamericana enfrentó un episodio de discriminación en una tienda de segunda mano en Georgia, Estados Unidos, simplemente por hablar en español. El incidente, que ha generado indignación en redes sociales, refleja las tensiones actuales en torno al idioma y la identidad en el país, especialmente en un contexto de políticas migratorias.

Un encuentro que escaló rápidamente

Marina Fisher, ciudadana estadounidense de cuarta generación nacida en Houston, Texas, estaba conversando en español con una acompañante en una tienda Goodwill cuando otra clienta, identificada como Betty Jones, la confrontó. En un video grabado por Fisher, se escucha a Jones diciendo con molestia: “Nosotros hablamos inglés. Estamos en América”. Fisher respondió con calma, asegurando que también habla inglés, pero la situación no se detuvo ahí.

Jones intensificó el altercado al afirmar que llamaría al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), refiriéndose a Fisher y su acompañante como “ilegales”. La agresión verbal incluyó insultos personales, como llamarla “gorda”, a lo que Fisher respondió con humor: “Gracias, se llaman curvas”. A pesar de la tensión, Fisher mantuvo la compostura durante los varios minutos que duró el enfrentamiento, hasta que Jones abandonó la tienda.

Una experiencia “claramente racista”

Tras el incidente, Fisher compartió el video en sus redes sociales, donde denunció la experiencia como “claramente racista”. En una publicación posterior, agradeció el apoyo recibido: “Mi corazón está conmovido por los mensajes sinceros y por quienes han alzado la voz contra este tipo de racismo. Nadie debería pasar por algo así”. La grabación, que se viralizó rápidamente, ha generado un debate sobre la discriminación lingüística y el trato hacia las comunidades latinas en Estados Unidos.

Fisher, quien relató el episodio a Univision, explicó que comenzó a grabar para protegerse, temiendo que la situación escalara aún más. “La señora vino hacia mí, me apuntó con el dedo y dijo que aquí se habla inglés, que tenía que aprenderlo”, contó. Jones, identificada por Fisher como una maestra retirada, también le advirtió que sería deportada, a pesar de que Fisher es ciudadana estadounidense.

El impacto en la comunidad latina

El incidente ha resonado profundamente en la comunidad latina, especialmente entre los jóvenes. Fisher expresó su preocupación por el impacto de estas actitudes en los niños: “Me da tristeza por nuestros hijos, que ya tienen miedo de hablar español en la escuela”. Este temor se ve amplificado por el clima actual, donde las políticas migratorias impulsadas por la Administración del presidente Donald Trump han intensificado la vigilancia y los operativos de ICE en comunidades de todo el país.

Por su parte, la tienda Goodwill no ha emitido un comunicado oficial sobre el incidente, pero el caso ha reavivado discusiones sobre la necesidad de espacios seguros para las minorías. Organizaciones de derechos civiles han señalado que los ataques verbales por hablar español han aumentado en los últimos años, a menudo acompañados de amenazas de contacto con autoridades migratorias, incluso contra ciudadanos estadounidenses.

Un debate que trasciende Georgia

Este no es un caso aislado. Incidentes similares han sido reportados en estados como California, Texas y Nueva York, donde personas han sido confrontadas por usar el español en espacios públicos. Según datos recientes, más del 40% de los latinos en Estados Unidos han experimentado algún tipo de discriminación relacionada con su idioma o herencia cultural. La retórica antiinmigrante, combinada con la visibilidad de operativos de ICE, ha contribuido a un ambiente de hostilidad para muchos.

Mientras tanto, Fisher ha recibido un respaldo masivo en línea, con miles de usuarios condenando el comportamiento de Jones y pidiendo mayor educación sobre la diversidad cultural. La mexicoamericana, que ha vivido toda su vida en Estados Unidos, espera que su experiencia sirva para visibilizar el racismo cotidiano y fomentar un diálogo sobre la inclusión en un país cada vez más diverso.

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