Miles de personas tomaron las calles de Brasil este viernes para protestar contra los aranceles del 50% impuestos por el presidente Donald Trump a las importaciones brasileñas. Las manifestaciones, organizadas por la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), se realizaron en al menos 12 ciudades, incluyendo São Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre y Brasilia. Los estudiantes, profesores y movimientos sociales expresaron su rechazo a lo que consideran un ataque a la soberanía nacional. La medida de Trump, que entra en vigor el 6 de agosto de 2025, busca presionar al gobierno brasileño en apoyo al expresidente Jair Bolsonaro, quien enfrenta cargos por intento de golpe de Estado en la Corte Suprema.
En Brasilia, los manifestantes se reunieron frente a la Embajada de Estados Unidos, portando pancartas que exigían respeto a la autonomía de Brasil. En São Paulo, algunos usaron disfraces de Trump y Bolsonaro, quemando dólares falsos y muñecos que representaban a ambos líderes. Estas acciones simbólicas reflejaron la indignación por la intervención extranjera en asuntos internos. La orden ejecutiva de Trump, firmada el 30 de julio, incluye exenciones para casi 700 productos, pero los organizadores de las protestas consideran que sigue siendo una amenaza económica y política.
Una medida polémica
El arancel del 50% fue anunciado por Trump como una represalia por lo que él llama una “caza de brujas” contra Bolsonaro, acusado de liderar un intento de golpe tras perder las elecciones de 2022. La Casa Blanca argumenta que las acciones del gobierno brasileño y la Corte Suprema violan derechos humanos y amenazan la seguridad nacionalde Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha defendido la independencia judicial, afirmando que el caso de Bolsonaro es un asunto exclusivo de los tribunales brasileños.
La Unión Nacional de Estudiantes calificó el arancel como un “chantaje” para proteger a Bolsonaro, quien enfrenta medidas cautelares como el uso de una tobillera electrónica. En un comunicado, la UNE señaló que, a pesar de las exenciones, el arancel sigue siendo un ataque directo a la economía brasileña. Brasil, el decimoquinto socio comercialde Estados Unidos, exporta productos como café, hierro y petróleo, y la tarifa podría encarecer estos bienes, afectando tanto a productores como a consumidores.
Un grito por soberanía
En las calles de São Paulo, los manifestantes no solo criticaron los aranceles, sino también las sanciones de Trump contra el juez Alexandre de Moraes, quien lidera la investigación contra Bolsonaro. Moraes ha sido acusado por la Casa Blanca de censura y detenciones arbitrarias, lo que llevó a la revocación de su visado y sanciones bajo la Ley Magnitsky. Los manifestantes, al grito de “Brasil es de los brasileños”, defendieron la autonomía del Supremo Tribunal Federal y rechazaron cualquier injerencia extranjera.
El profesor Leonardo César de Moura Barroso, de 27 años, participó en la protesta de Brasilia y enfatizó que solo el pueblo brasileño debe decidir su futuro. “Ningún presidente extranjero puede tutelar nuestra democracia”, declaró frente a la Embajada de Estados Unidos. En otras ciudades, como Belo Horizonte, se quemaron banderas estadounidenses como señal de repudio. Estas acciones reflejan la tensión creciente entre Brasil y Estados Unidos, dos de las naciones más pobladas del hemisferio.
Impacto económico de los aranceles
Aunque los aranceles excluyen productos clave como jugo de naranja y partes de aeronaves, el impacto económico podría ser significativo. Brasil tuvo un déficit comercial de $7,400 millones con Estados Unidos en 2024, y las nuevas tarifas podrían agravar esta situación. El gobierno de Lula está evaluando aranceles de represalia contra productos estadounidenses, aunque busca evitar una guerra comercial con su segundo mayor socio comercial. La Organización Mundial del Comercio podría ser el próximo escenario para resolver este conflicto, según fuentes del gobierno brasileño.
En Río de Janeiro, los manifestantes destacaron la importancia de la industria agrícola, que podría enfrentar precios más altos para productos como el café y la carne. La UNE, junto con los frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, convocó a más protestas para el sábado en Curitiba. Estas movilizaciones buscan mantener la presión sobre la administración de Trump y respaldar la postura de Lula, quien ha pedido un diálogo respetuoso entre ambos países. La lucha por la soberanía y contra los aranceles promete intensificarse en los próximos días.
