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Economía de EE.UU. crece 3%: ¿qué significa para tu bolsillo?

Economía de EE.UU. crece
EFE

La economía estadounidense creció a un ritmo anual del 3% entre abril y junio de 2025, según el Departamento de Comercio, superando las expectativas tras una contracción del 0.5% en el primer trimestre. Sin embargo, el impacto de los aranceles del presidente Donald Trump, que han elevado los costos de importación, está generando cautela entre consumidores y empresas. Aunque el crecimiento es una señal positiva, los datos reflejan una economía frágil, con un gasto del consumidor débil y una inflación moderada que podrían afectar el poder adquisitivo de los estadounidenses.

Un crecimiento impulsado por las importaciones

El repunte del producto interno bruto (PIB) en el segundo trimestre, reportado el 30 de julio, sorprendió a los economistas, que esperaban un crecimiento del 2%. La caída récord en las importaciones, la mayor desde la pandemia de COVID-19, añadió 5.2 puntos porcentuales al PIB, según el Departamento de Comercio. En 2024, las importaciones representaron el 15% del PIB, pero los aranceles de Trump, que promedian el 18.2% en 2025, llevaron a las empresas a reducir las compras extranjeras. Sin embargo, el gasto del consumidor, que representa el 70% de la economía, creció solo un 1.4%, frente al 0.5% del primer trimestre, según la Oficina de Análisis Económico.

Por su parte, la inversión privada se desplomó un 15.6%, la peor caída desde 2020, debido a la reducción de inventarios tras el acaparamiento del primer trimestre. Esto restó 3.2 puntos al crecimiento. Kathy Bostjancic, economista de Nationwide, señaló que “las cifras ocultan una desaceleración real, ya que los aranceles están frenando la actividad económica”. En 2024, el comercio exterior cayó un 7% debido a las políticas comerciales de Trump, según el Banco Mundial, lo que ha elevado los precios de bienes importados como ropa y electrónicos en un 5%, según el Índice de Precios al Consumidor.

Inflación baja, pero cautela persiste

La inflación mostró señales de alivio en el segundo trimestre. El índice de precios de gastos de consumo personal (PCE), preferido por la Reserva Federal, subió a un ritmo anual del 2.1%, frente al 3.7% del primer trimestre. La inflación subyacente, excluyendo alimentos y energía, fue del 2.5%, según el Departamento de Comercio. Esto podría beneficiar a los consumidores, con precios de gasolina estabilizados en 3.50 dólares por galón en julio, según AAA. Sin embargo, los aranceles han incrementado los costos de productos como electrodomésticos en un 4%, según la Asociación Nacional de Minoristas.

Además, el gasto del gobierno federal cayó un 3.7%, tras un 4.6% en el primer trimestre, reflejo de los recortes fiscales de Trump, que destinaron 75,000 millones a inmigración en lugar de programas sociales, según el Congreso. En Truth Social, Trump celebró el crecimiento del PIB y presionó a la Reserva Federal para bajar las tasas de interés, actualmente en 5.25%, afirmando que “no hay inflación”. Sin embargo, los economistas advierten que los aranceles podrían añadir 1,300 dólares en costos anuales por hogar, según el Tax Foundation, afectando el poder adquisitivo.

¿Qué significa para los consumidores?

Pese a todo, el crecimiento económico no se traduce directamente en alivio para los bolsillos. La fortaleza subyacente del PIB, que mide el gasto del consumidor y la inversión privada, creció solo un 1.2%, el nivel más débil desde 2022. En 2024, el ingreso disponible de los hogares creció solo un 1.8%, según la Oficina de Estadísticas Laborales, mientras los costos de vivienda subieron un 6%. Las familias enfrentan precios más altos en bienes importados, con el 49% del costo de los aranceles trasladado a los consumidores, según Goldman Sachs.

La incertidumbre también afecta a las empresas. En julio, 200,000 empleos manufactureros se perdieron debido a la contracción del comercio, según el Departamento de Trabajo. Mientras Trump defiende los aranceles como una forma de revitalizar la industria, con 500 nuevas fábricas anunciadas en 2025 según la Casa Blanca, los economistas advierten que la ineficiencia de las empresas protegidas podría elevar los precios a largo plazo. Con las tasas de interés altas y la inflación moderada, los consumidores enfrentan un panorama mixto, donde el crecimiento económico no garantiza estabilidad financiera inmediata.

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