La relación entre Barcelona y la Real Federación Española de Fútbol ha llegado nuevamente a un punto crítico. Esta vez, el conflicto gira en torno al manejo de la lesión inguinal persistente de Lamine Yamal, el joven extremo de 18 años. El Barcelona informó que Yamal necesitaba descansar entre 7 y 10 días después de someterse a un procedimiento médico, lo que lo dejó fuera de los encuentros de España contra Georgia y Turquía esta semana.
La situación ha generado tensiones significativas entre ambas instituciones, que nuevamente se enfrentan por cómo se están gestionando los cuidados del jugador. No es la primera vez que esto sucede. En septiembre, fue el entrenador del Barcelona, Hansi Flick, quien manifestó su enojo por la forma en que España aceleró los problemas físicos de Yamal durante los compromisos de clasificación para el Mundial.
Acusó al seleccionador Luis de la Fuente de no cuidar adecuadamente a los jóvenes talentos. Ahora los roles se han invertido, con España y De la Fuente sorprendidos por la decisión del club catalán. El telón de fondo de esta disputa es claro: Yamal ha disputado más de 140 partidos entre su club y su selección, una carga extraordinaria para un futbolista tan joven que podría comprometer su salud a largo plazo.
La maniobra que generó el conflicto
Los detalles del caso revelan el origen real de la fricción entre ambas instituciones. Yamal fue convocado por España el viernes, pero jugó los 90 minutos completos para el Barcelona el domingo en la victoria por 4-2 ante el Celta Vigo. Luego se incorporó a la concentración de la selección en Madrid el lunes. Sin embargo, el martes llegó la sorpresa: Barcelona comunicó que Yamal había sido liberado de sus obligaciones tras recibir un procedimiento de radiofrecuencia para tratar su problema en la ingle.
Lamine Yamal es desconvocado para jugar contra Georgia y Turquía.
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— Selección Española Masculina de Fútbol (@SEFutbol) November 11, 2025
La RFEF se mostró particularmente molesta por cómo se enteró de la situación. En un comunicado oficial, lamentó haber «conocido los detalles a través de un informe recibido a las 22:40 del lunes», apenas dos horas después de que Yamal se presentara en la concentración. Luis de la Fuente expresó su incredulidad: «Nunca había vivido una situación como esta. No creo que sea muy normal». El seleccionador incluso sugirió que Yamal desconocía las consecuencias exactas del procedimiento y el tiempo de recuperación requerido.
Barcelona, sin embargo, aseguró que España estaba completamente informada de la situación en todo momento. El presidente Joan Laporta defendió al club, argumentando que la RFEF había sido comunicada sobre los pasos a seguir. A pesar de la controversia, Laporta minimizó el impacto deportivo, afirmando que España mantiene 12 puntos en cuatro partidos con una ventaja de tres sobre Turquía en el Grupo E de clasificación.
Un problema que viene de atrás
La lesión de Yamal no es reciente ni simple. Se trata de una pubalgia atlética, conocida también como hernia deportiva, que surge por el desgaste acumulado de acciones repetitivas, no por un impacto específico. Los expertos señalan que el problema se agravó durante el parón internacional de septiembre, cuando Yamal jugó para España contra Bulgaria y Turquía. Flick acusó de que el jugador fue medicado con analgésicos para poder disputar esos encuentros, una acusación que la RFEF no negó explícitamente.

Desde entonces, el problema ha sido intermitente. Yamal se perdió varios partidos en octubre, regresó brevemente, pero volvió a recaer tras el partido contra el Paris Saint-Germain. El Barcelona estimó en ese momento que necesitaría dos o tres semanas para recuperarse. Lo complejo de esta lesión es que no se resuelve solo con descanso. Requiere un fortalecimiento gradual y una reexposición controlada a través de trabajo específico en el gimnasio.
El Barcelona incluso consultó al especialista Ernest Schilders a principios de esta semana para una valoración, que resultó positiva sin necesidad de cirugía. Sin embargo, dada la naturaleza del problema, existe la posibilidad de que eventualmente requiera intervención quirúrgica si no mejora adecuadamente. Flick ha repetido constantemente que la lesión aún no está completamente resuelta, enfatizando la importancia del cuidado continuo.
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