El gobierno del presidente Donald Trump anunció que exigirá a todas las universidades de Estados Unidos entregar información detallada sobre los nuevos estudiantes para determinar si sus criterios de admisión se basan en la raza. La medida, confirmada por la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, busca fiscalizar y transparentar los procesos de selección académica en instituciones que reciben fondos federales.
La decisión surge en un momento en el que el mandatario ha intensificado sus acciones contra universidades públicas y privadas, con el objetivo de eliminar políticas de diversidad, equidad e inclusión que han sido defendidas por años en la educación superior. Según la Casa Blanca, esta acción responde a una preocupación “por el uso continuo de preferencias raciales en el proceso de admisión”, lo que, a juicio del gobierno, podría constituir una forma de discriminación.
Trump y el control sobre datos raciales en universidades
El anuncio se produjo después de que el medio Daily Caller revelara el contenido de un documento que será firmado por Trump. En él, se instruye al Departamento de Educación, encabezado por Linda McMahon, a “intensificar las verificaciones de precisión de los datos presentados a través del Sistema Integrado de Datos de Educación Postsecundaria”.
La orden presidencial establece que, en caso de que las instituciones presenten información que no cumpla con los estándares federales, se tomarán medidas correctivas. Además, el gobierno exigirá que toda universidad que reciba financiamiento federal certifique que “no participa en prácticas discriminatorias” relacionadas con la admisión de estudiantes.
Gobierno de Trump pedirá a universidades que entreguen datos sobre el perfil racial de nuevos estudiantes. Foto: X/@Jfreeg_
Este cambio se alinea con el fallo de la Corte Suprema de 2023 que puso fin al uso de la acción afirmativa en los procesos de admisión universitaria. Esa decisión histórica prohibió que las universidades consideren la raza como un factor directo para aceptar estudiantes, lo que afectó de manera particular a minorías étnicas que históricamente han tenido menor acceso a la educación superior.
Impacto del fallo de la Corte Suprema y la postura de Trump
Desde que la Corte Suprema emitió su decisión, varias universidades han reportado cambios significativos en la composición racial de sus estudiantes admitidos. El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), por ejemplo, informó que la proporción de estudiantes pertenecientes a grupos minoritarios cayó al 16%, después de haber mantenido un promedio cercano al 25% en años anteriores.
Otras instituciones, como Amherst College y la Universidad Tufts, también evidenciaron descensos notables en la admisión de estudiantes afroestadounidenses e hispanos. Amherst reportó que la proporción de alumnos negros admitidos se redujo de 11% a 3%, mientras que los hispanos pasaron de 12% a 8%. En Tufts, la cifra de estudiantes negros cayó de 7.3% a 4.7%, aunque en el caso de los hispanos hubo un leve aumento.
JT Duck, decano de Admisiones en Tufts, expresó su preocupación por estas cifras. “Ahora hemos seleccionado nuestra primera promoción siguiendo las pautas de la Corte Suprema. El porcentaje de estudiantes de color en Estados Unidos ha caído de aproximadamente el 50% el año pasado al 44% este año. Aunque sigue por encima del 38% que teníamos en 2019, representa una caída decepcionante”, declaró en un comunicado oficial.
Las instalaciones de la Universidad de Harvard, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/CJ Gunther
Universidades bajo presión federal
El nuevo requerimiento del presidente Donald Trump busca que las universidades no solo entreguen datos raciales de sus estudiantes, sino que lo hagan con total precisión y sin omitir información relevante. La Casa Blanca argumenta que esta medida es necesaria para garantizar que los procesos de admisión sean justos y no favorezcan o perjudiquen a ningún grupo en función de su origen étnico.
Para los críticos, esta política podría tener un efecto disuasorio en las instituciones que buscan mantener o incrementar la diversidad estudiantil. Organizaciones defensoras de derechos civiles han advertido que el control de datos raciales por parte del gobierno podría usarse como una herramienta para limitar los esfuerzos de inclusión en la educación superior.
Sin embargo, el gobierno sostiene que el objetivo es asegurar igualdad de oportunidades para todos los aspirantes, independientemente de su raza. “Nuestro compromiso es con la meritocracia y la transparencia”, afirmó Leavitt al explicar la postura oficial.
Un debate que seguirá creciendo
El debate sobre el papel de la raza en las admisiones universitarias no es nuevo, pero con Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca y con mayoría republicana en el Congreso, el tema ha ganado una nueva dimensión política. Sus aliados ven esta medida como un paso hacia un sistema de admisión “libre de sesgos ideológicos”, mientras que sus opositores la califican como un retroceso en la lucha por la igualdad de acceso a la educación.
Lo que está claro es que, en los próximos meses, las universidades deberán adaptarse a esta nueva normativa o arriesgarse a perder fondos federales. Y mientras tanto, la discusión sobre cómo equilibrar diversidad, mérito académico y justicia social seguirá siendo uno de los temas más candentes en la política educativa de Estados Unidos.