Un video grabado en Torreón, Coahuila, se volvió viral tras mostrar a un policía municipal regañando a una mujer que habría denunciado a su pareja por violencia, pero que volvió con él pocos días después. Las imágenes, que circulan ampliamente en redes sociales, reflejan la frustración del uniformado ante un problema que, según sus propias palabras, ocurre con frecuencia en la atención a casos de violencia doméstica.
Durante la grabación, el policía expresa de manera clara su desesperación. “Siempre es lo mismo, señora, vuelve, vuelve y regresan… ¿De qué me sirve que me lo lleve, si a los tres días va a volver con él?”, se le escucha decir. El comentario, aunque espontáneo y sin aparente intención de ofender, desató un intenso debate público sobre la manera en que las autoridades enfrentan los casos de violencia de pareja y los límites entre la empatía, la frustración y la profesionalidad.
Un caso que evidencia un ciclo doloroso
El contexto del suceso revela una situación conocida en muchos hogares mexicanos: mujeres que denuncian agresiones y, aun así, terminan regresando con sus agresores. De acuerdo con el relato de la propia afectada, esta no sería la primera vez que solicita ayuda a la policía para intervenir en su relación, marcada por conflictos y presuntas agresiones físicas. Sin embargo, pese a la intervención de la autoridad, la historia tiende a repetirse.
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Este tipo de casos, según especialistas en atención a víctimas, muestra la complejidad emocional y psicológica que enfrentan muchas mujeres atrapadas en relaciones violentas. Salir de un ciclo de abuso no depende únicamente de una decisión racional, sino también de factores sociales, económicos y afectivos. La dependencia emocional, el miedo a quedarse sola o la falta de apoyo familiar pueden jugar un papel determinante en la decisión de permanecer o volver con el agresor.
La reacción del agente, aunque controversial, refleja en parte el agotamiento que muchos policías enfrentan al atender sucesos similares una y otra vez. Desde su perspectiva, el esfuerzo operativo parece perder sentido cuando la víctima no logra romper definitivamente con su agresor. Sin embargo, esa visión choca con la necesidad de brindar acompañamiento constante y empático, clave para evitar que una situación de riesgo escale a consecuencias más graves.
Debate social y posturas divididas en redes
Tras la difusión del video, las opiniones en redes sociales se dividieron. Algunos usuarios expresaron su apoyo al policía, argumentando que su comentario, aunque duro, refleja una realidad frustrante para quienes trabajan diariamente en la atención a emergencias. Otros, en cambio, criticaron su reacción por considerarla poco profesional y carente de sensibilidad ante una víctima que, a pesar de sus decisiones, continúa viviendo violencia.
Las imágenes muestran también el momento en que otros agentes municipales proceden a detener al hombre señalado como pareja de la mujer. Sin embargo, no se ha confirmado si el detenido enfrenta cargos por violencia doméstica o si fue liberado posteriormente. La Secretaría de Seguridad Pública de Torreón no ha emitido hasta ahora un posicionamiento oficial sobre el incidente ni sobre las posibles acciones contra el agente involucrado.
Más allá del video, este caso dio pie a una reflexión colectiva sobre cómo las instituciones y la sociedad abordan la violencia de género. Mientras algunos sectores insisten en fortalecer los protocolos policiales y la capacitación en atención psicológica, otros subrayan la importancia de la prevención desde etapas tempranas, así como de garantizar redes de apoyo efectivas para las víctimas que buscan salir de una relación abusiva.
Una realidad que se repite en México
Historias como esta no son aisladas. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en México se reportan miles de denuncias por violencia familiar cada mes, muchas de ellas reiteradas por las mismas víctimas. Esto demuestra que los ciclos de reconciliación y agresión siguen siendo una constante en distintos puntos del país.
En contextos como el de Torreón, los cuerpos de seguridad enfrentan el desafío de mantener la calma y la objetividad ante situaciones que los desgastan emocionalmente, especialmente cuando los episodios de violencia se repiten con las mismas familias. Aunque el video genera controversia, también pone sobre la mesa la necesidad de revisar los mecanismos de apoyo institucional tanto para las víctimas como para los propios agentes.
Expertos en intervención comunitaria señalan que, además de sancionar comportamientos inadecuados, es necesario capacitar a los policías en herramientas emocionales y comunicativas para manejar con profesionalismo momentos de tensión. Una reacción empática puede ser determinante para que una víctima se sienta comprendida y continúe buscando ayuda, en lugar de alejarse del sistema de justicia.
Entre los comentarios de los internautas, predomina una mezcla de comprensión y enojo. Algunos reconocen el cansancio visible del oficial, mientras otros recuerdan que su función principal es proteger, independientemente de cuántas veces se repita la historia. En cualquier caso, el incidente ha servido para reabrir el diálogo sobre la violencia doméstica y sobre el papel que todos, desde ciudadanos hasta autoridades, deben desempeñar para erradicarla.
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