La obesidad infantil constituye un problema de salud pública que afecta de manera desproporcionada a las familias latinas en Chicago. Datos de los Centros para el Control de las Enfermedades y del Chicago Department of Public Health muestran que la prevalencia de obesidad en niños latinos supera el promedio nacional, debido a una serie de factores interrelacionados.
Uno de los principales determinantes es el limitado acceso a alimentos frescos y nutritivos en muchos barrios, comúnmente conocidos como “desiertos alimentarios”. En estas áreas, la abundancia de tiendas de conveniencia y restaurantes de comida rápida—que ofrecen alimentos altamente procesados y ricos en calorías—fomenta hábitos alimenticios poco saludables. Además, la desinformación sobre nutrición y la falta de educación en salud alimentaria refuerzan esta problemática desde una edad temprana.
Factores que contribuyen
Alimentación no saludable: El consumo excesivo de comidas rápidas y bebidas azucaradas es común en muchas familias.
Falta de actividad física: Según el Centers for Disease Control and Prevention (CDC), menos del 25% de los niños realizan suficiente actividad física diaria.
Acceso limitado a alimentos frescos: En comunidades de bajos recursos, como algunas áreas de Chicago, encontrar frutas y verduras frescas puede ser un desafío.