El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este domingo la realización de un nuevo ataque militar contra una embarcación que se desplazaba en el mar Caribe, como parte de las operaciones antinarcóticos que su administración mantiene desde septiembre. El mandatario sugirió, además, que estas acciones podrían extenderse pronto a zonas terrestres, elevando la tensión regional frente a las costas de Venezuela.
Durante su discurso con motivo del 250º aniversario de la Armada estadounidense, pronunciado en la Estación Naval de Norfolk, en Virginia, Trump calificó como “exitosas” las recientes incursiones y aseguró que “no quedan embarcaciones” en el área de operaciones. “En las últimas semanas, la Armada ha apoyado nuestra misión de eliminar por completo a los terroristas de los carteles. Ya no encontramos ninguna. Ni siquiera botes de pesca; nadie quiere entrar al agua”, declaró ante centenares de uniformados.
Según fuentes del Departamento de Defensa, las Fuerzas Armadas han llevado a cabo al menos cuatro operativos navales contra embarcaciones sospechosas desde inicios de septiembre, como parte de la estrategia para desmantelar las rutas marítimas de tráfico de drogas hacia EE.UU.
Golpe a la logística del narcotráfico
El presidente detalló que el ataque más reciente ocurrió el sábado por la noche, aunque evitó mencionar la ubicación exacta o las nacionalidades de los implicados. “Mi gente dará los detalles”, respondió a la prensa al regresar a la Casa Blanca. Aunque los reportes oficiales son escasos, funcionarios del Pentágono aseguraron que las acciones se concentraron en sectores del mar Caribe bajo vigilancia conjunta con aliados regionales, en los que operan rutas provenientes del norte de Sudamérica.
De acuerdo con los datos proporcionados por altos mandos militares, al menos 21 personas han muerto como resultado de los ataques desde que se inició la campaña. La Casa Blanca sostiene que los operativos han logrado “desarticular redes de tráfico responsables de miles de muertes por sobredosis” dentro del país.
“Cada uno de esos botes representa la muerte de 25.000 estadounidenses y sus familias. Cuando lo miras desde ese punto de vista, lo que estamos haciendo es un acto de bondad”, afirmó Trump durante su discurso.
Posible traslado de operaciones a tierra firme
En un comentario que generó inquietud en la región, el mandatario advirtió que, ante la disminución del tráfico marítimo, “los traficantes no tienen otra opción que esconderse en tierra”. “Si ya no los encontramos en el mar, los buscaremos donde estén”, añadió.
Esa afirmación alimentó las especulaciones sobre una eventual expansión de la Operación Freedom Shield —nombre bajo el cual se coordinan las operaciones navales en el Caribe— hacia territorios continentales, con el objetivo de atacar las estructuras logísticas del cartel de Los Soles, vinculado por Washington con altos mandos militares venezolanos.
Fuentes diplomáticas latinoamericanas confirmaron que varios gobiernos de la región han solicitado explicaciones sobre el alcance de los operativos, ante el riesgo de incursiones en aguas internacionales o zonas en disputa. Sin embargo, el Departamento de Estado insistió en que las operaciones “se desarrollan dentro del marco legal del derecho marítimo internacional”.
La Armada en el centro de la estrategia
El aniversario de la Armada sirvió de escenario para que Trump reforzara su discurso sobre seguridad nacional y combate al narcotráfico. El presidente destacó el papel estratégico de la fuerza naval en “proteger las fronteras marítimas del país” y recuperar el control de rutas históricas del contrabando.
“Cada barco interceptado significa menos drogas, menos crimen y menos sufrimiento en nuestras comunidades. Esta es la verdadera defensa de la libertad”, manifestó ante los marinos reunidos en el puerto de Norfolk. En su mensaje también hizo referencia al trabajo conjunto con la Guardia Costera y agencias de inteligencia como la DEA y la CIA, encargadas de proporcionar información sobre movimientos sospechosos en el mar Caribe.
El mandatario recordó que, desde el inicio de su administración, se destinó un presupuesto especial para reforzar las operaciones contra el narcotráfico, incluyendo el uso de drones submarinos, radares de alta resolución y misiones de patrullaje de largo alcance.
Reacciones y contexto regional
La confirmación del nuevo operativo llega en un contexto de creciente fricción entre Washington y Caracas. El Gobierno venezolano ha acusado en varias ocasiones a Estados Unidos de utilizar la lucha contra el narcotráfico como “pretexto” para intervenir en su soberanía territorial. Las autoridades de Caracas aseguran que las acciones militares estadounidenses ponen en riesgo la navegación comercial y la seguridad de los pescadores en el Caribe oriental.
A su vez, varios analistas en seguridad han advertido que trasladar las operaciones del mar a la tierra podría desencadenar una escalada militar de grandes proporciones. “Este tipo de mensajes suelen tener un fuerte impacto diplomático”, advirtió un experto en política internacional consultado, al recordar los precedentes de 2020, cuando EE.UU. desplegó buques de guerra cerca de las costas venezolanas bajo el argumento de detener el tráfico de drogas.
Mientras tanto, el Pentágono mantiene el operativo activo, con cinco embarcaciones en patrullaje permanente frente a las Antillas y América Central. Aunque el Gobierno insiste en que la misión solo busca interceptar cargamentos ilícitos, el discurso de Trump sugiere que la estrategia estadounidense contra el narcotráfico podría entrar en una nueva fase dentro y fuera de los mares del Caribe.