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¿Trump planea una guerra en Venezuela? Esto dicen los demócratas

Demócratas acusan a Trump y Rubio de impulsar una posible guerra en Venezuela tras romper diálogo. El conflicto escala cada vez más.
Trump planea una guerra en Venezuela
EFE

El Partido Demócrata acusó este martes al presidente Donald Trump y al secretario de Estado, Marco Rubio, de promover una posible “guerra” en Venezuela tras la reciente decisión de la Casa Blanca de suspender los contactos diplomáticos con el gobierno de Nicolás Maduro.

“Trump y Rubio están presionando por un cambio de régimen en Venezuela. El pueblo estadounidense no quiere otra guerra, y el Congreso no puede permitir que ningún presidente inicie una ilegal o unilateralmente. Así no funciona la Constitución”, señaló el comité demócrata de Exteriores de la Cámara de Representantes en un comunicado.

Las críticas surgen después de que se revelara que Trump habría ordenado cancelar las gestiones diplomáticas encabezadas por su enviado especial, Richard Grenell, cerrando uno de los pocos canales de comunicación indirecta que existían entre Washington y Caracas. El diario The New York Times informó que la ruptura de esos contactos podría intensificar la confrontación y abrir la puerta a una escalada militar en la región.

Tensiones en aumento y despliegue en el Caribe

Desde finales de agosto, Estados Unidos ha incrementado notablemente su presencia militar en el Caribe, argumentando que se trata de una operación dirigida contra el narcotráfico internacional. No obstante, el gobierno venezolano ha calificado el movimiento como una amenaza directa a su soberanía.

En las últimas semanas, las fuerzas estadounidenses destruyeron varias embarcaciones acusadas de transportar drogas, resultando en la muerte de al menos veinte personas. Los medios locales en Venezuela han reportado sobrevuelo de aeronaves y movimientos navales cerca del territorio venezolano.

Trump justificó públicamente estas operaciones al afirmar que “Estados Unidos está en un conflicto armado contra los carteles”, declaraciones que aumentaron la preocupación de legisladores y diplomáticos sobre el alcance real de las acciones militares estadounidenses en la zona.

Acusaciones contra Maduro y posibles motivaciones

La Administración Trump sostiene que el mandatario venezolano encabeza el llamado Cartel de los Soles, una estructura de narcotráfico vinculada, según Washington, a altos mandos del ejército venezolano y figuras del oficialismo. Estados Unidos ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro, acusaciones que Caracas ha calificado de infundadas y motivadas políticamente.

Los analistas consideran que la ruptura de los canales diplomáticos y el refuerzo militar en el Caribe coinciden con la estrategia de la Casa Blanca de aumentar la presión internacional sobre el régimen de Maduro, que desde hace años enfrenta sanciones económicas y aislamiento diplomático. Sin embargo, el Partido Demócrata teme que estas medidas sean el preludio de una acción militar directa.

Según fuentes legislativas demócratas, varios congresistas planean introducir mociones para limitar el poder presidencial de iniciar hostilidades sin el consentimiento del Congreso, apelando a la Ley de Poderes de Guerra.

Reacciones desde Caracas y la comunidad internacional

El gobierno venezolano, a través de su canciller, Yván Gil, denunció la estrategia estadounidense como “una provocación imperialista” y advirtió que “cualquier intento de agresión será respondido con fuerza”. Caracas también solicitó apoyo de aliados regionales y de la ONU para impedir lo que considera una violación del derecho internacional.

Entre tanto, varios países del Caribe y América del Sur han manifestado preocupación ante el despliegue militar estadounidense. Algunos gobiernos señalan que el operativo no solo eleva la tensión en la región, sino que también podría afectar rutas de comercio marítimo y seguridad fronteriza.

Divisiones políticas y debate interno en EE.UU.

Las acusaciones de los demócratas refuerzan la polarización en Washington sobre la política exterior hacia América Latina. Mientras la Casa Blanca insiste en que su prioridad es combatir el narcotráfico y promover la “liberación del pueblo venezolano”, los opositores sostienen que las recientes decisiones apuntan a una estrategia intervencionista.

“Estados Unidos ya aprendió las lecciones de conflictos pasados. No hay apoyo público ni institucional para iniciar una guerra en Sudamérica”, afirmó un alto legislador demócrata que participa en el Comité de Asuntos Exteriores.

Por ahora, la administración Trump no ha confirmado planes militares específicos, aunque el aumento de operaciones conjuntas con aliados regionales y la retórica más dura hacia Maduro intensifican la percepción de que la confrontación entre ambos gobiernos podría escalar en cualquier momento.

Demócratas alertan sobre un posible conflicto con Venezuela

El Partido Demócrata acusó este martes al presidente Donald Trump y al secretario de Estado Marco Rubio de impulsar un cambio de régimen en Venezuela tras interrumpir los contactos diplomáticos con el gobierno de Nicolás Maduro. La medida, aseguran, podría encaminar a Estados Unidos hacia una nueva guerra en América Latina.

«Trump y Rubio están presionando por un cambio de régimen en Venezuela. El pueblo estadounidense no quiere otra guerra, y el Congreso no puede permitir que ningún presidente inicie una de forma ilegal o unilateral», advirtió el comité demócrata de Exteriores de la Cámara de Representantes.

La declaración siguió a un reporte de prensa que reveló que Trump habría ordenado cancelar las conversaciones diplomáticas encabezadas por Richard Grenell, su enviado especial a Caracas. Esa decisión, según analistas, podría elevar el riesgo de una confrontación directa entre ambos países.

Aumento de la tensión en el Caribe

A finales de agosto, Estados Unidos desplegó una amplia operación militar en el Caribe bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas. El gobierno venezolano, sin embargo, considera este movimiento como una amenaza a su seguridad nacional y un posible preludio de intervención.

Durante las últimas semanas, las fuerzas estadounidenses destruyeron varias embarcaciones calificadas como narcolanchas, provocando la muerte de al menos veinte personas. Trump defendió públicamente la operación, afirmando que Estados Unidos se encuentra en un «conflicto armado» contra los carteles.

El despliegue militar incluye buques, aeronaves y unidades de vigilancia electrónica cercanas a la costa venezolana. Para la Casa Blanca, estas acciones forman parte de una campaña para frenar el narcotráfico; pero para los críticos, consolidan una estrategia de presión sobre el régimen de Maduro.

Acusaciones cruzadas y rupturas diplomáticas

La administración Trump sostiene que Nicolás Maduro lidera el Cartel de los Soles, una supuesta red de narcotráfico integrada por altos mandos militares venezolanos. En 2020, el Departamento de Justicia ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por su captura, señal que mantiene vigente.

Maduro, por su parte, rechazó las acusaciones y señaló que Estados Unidos «utiliza el combate al narcotráfico como excusa para justificar sus intentos de derrocar gobiernos independientes». Agregó que el país «defenderá su soberanía ante cualquier agresión».

Analistas consideran que la combinación de sanciones económicas, aislamiento diplomático y operaciones militares cerca del territorio venezolano podría incrementar el riesgo de errores estratégicos o incidentes armados no planificados.

El Congreso intenta frenar una posible escalada

En el Congreso, los legisladores demócratas preparan medidas para limitar la autoridad de Trump y evitar una intervención unilateral. La Ley de Poderes de Guerra, recuerdan, exige autorización parlamentaria antes de que el presidente pueda iniciar hostilidades.

«El pueblo estadounidense no apoya una nueva guerra en Latinoamérica», comentó el representante Jim McGovern, integrante del Comité de Asuntos Exteriores. «Si el presidente continúa intensificando este tipo de acciones, el Congreso tendrá que asumir su responsabilidad constitucional».

Mientras tanto, algunos senadores republicanos han respaldado las acciones de Trump y Rubio, señalando que la presencia militar en el Caribe actúa como disuasión ante el régimen venezolano y sus aliados internacionales, en referencia a Cuba e Irán.

Preocupación internacional ante una posible intervención

El gobierno de Caracas ha denunciado ante la ONU que el despliegue estadounidense constituye una violación del derecho internacional. También pidió apoyo a sus socios regionales para condenar la militarización del Caribe.

Países como México, Colombia y Brasil han manifestado su preocupación por la creciente tensión. Incluso algunos miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitaron una reunión de emergencia para analizar las implicaciones del operativo.

La comunidad internacional sigue atenta a la evolución de la situación mientras Estados Unidos refuerza su postura frente al gobierno de Maduro, y la oposición venezolana mantiene su esperanza de que el nuevo escenario sirva para presionar una transición política en el país suramericano.

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