El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizó un discurso cargado de mensajes contundentes durante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Desde el podio del organismo, el mandatario celebró la reducción de los flujos migratorios hacia su país y advirtió a los gobiernos de origen que deben hacerse responsables de la crisis. “Sus países se van al infierno y ustedes deben arreglarlos”, declaró ante la mirada de decenas de jefes de Estado.
La migración como eje del discurso
Trump resaltó que las medidas de seguridad implementadas por su administración han generado una caída significativa en el número de cruces fronterizos irregulares. Según dijo, se trata de un logro que coloca a Estados Unidos en una posición más fuerte frente a la crisis migratoria que afecta a gran parte del continente.
“El mundo entero lo ve. La migración hacia Estados Unidos ha descendido de una manera que nadie creía posible. Y eso es porque nosotros hemos actuado con decisión”, señaló. Además, responsabilizó a los gobiernos latinoamericanos de la salida masiva de ciudadanos y los instó a detener el colapso de sus propias sociedades.
Críticas a los países de origen
El presidente estadounidense fue directo en su mensaje a las naciones que, a su juicio, han permitido el deterioro de sus economías y sistemas sociales. “Muchos de sus países se van al infierno y no es responsabilidad de Estados Unidos salvarlos. Ustedes deben resolver sus problemas y dar esperanza a su gente”, afirmó con tono enérgico.
Estas palabras resonaron especialmente en medio de un año marcado por protestas, crisis políticas y olas migratorias en Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. Sin embargo, Trump defendió que su Gobierno seguirá garantizando la seguridad de las fronteras y protegerá “la soberanía estadounidense frente a cualquier intento de desbordarla”.
Seguridad global y armas de destrucción masiva
Más allá de la migración, Trump aprovechó su intervención para lanzar un llamado a la comunidad internacional respecto al riesgo que representan las armas nucleares y biológicas. Anunció que Estados Unidos liderará un esfuerzo global para reforzar la Convención sobre Armas Biológicas y frenar la investigación de patógenos artificiales.
“Simplemente no podemos usarlas nunca. Si alguna vez las usamos, el mundo podría llegar literalmente a su fin”, advirtió. “No habría Naciones Unidas de las que hablar. No habría nada”. Con estas palabras, el mandatario subrayó que el peligro de una catástrofe mundial sigue presente si no se imponen controles más estrictos.
Advertencia sobre experimentos biológicos
Trump también señaló que, pese a las lecciones de la pandemia de COVID-19, algunos países continúan desarrollando investigaciones “extremadamente arriesgadas” con virus y patógenos. Sin mencionar directamente a China, el presidente sugirió que esos “imprudentes experimentos en el extranjero” fueron los que contribuyeron a la emergencia sanitaria que paralizó al planeta en 2020.
“Esto es increíblemente peligroso. Debemos detenerlo ahora mismo antes de que una próxima fuga o error provoque un desastre aún peor”, expresó frente a los delegados de Naciones Unidas.
Apoyo condicionado a la ONU
Aunque en varias ocasiones criticó duramente al organismo, Trump aseguró que Estados Unidos sigue comprometido con Naciones Unidas. No obstante, recalcó que el apoyo de su Gobierno dependerá de que el organismo “tome acciones reales” en lugar de “emitir comunicados sin impacto”.
“La ONU tiene un potencial tremendo, pero debe dejar de ser un lugar donde se pronuncian discursos vacíos y empezar a trabajar en soluciones concretas”, sostuvo el presidente, quien reiteró que su país “no puede cargar solo con los problemas del mundo”.
Un discurso con impacto global
El mensaje de Trump en Nueva York se produjo en un contexto internacional marcado por guerras, tensiones diplomáticas y el debate sobre el papel de los organismos multilaterales. Sus palabras sobre migración tuvieron un eco inmediato entre gobiernos de América Latina, mientras que su advertencia sobre armas biológicas volvió a poner sobre la mesa el debate de la seguridad global.
Con un tono desafiante y a la vez reivindicativo, Trump dejó claro que su administración priorizará el control fronterizo, la soberanía estadounidense y el liderazgo internacional frente a amenazas que, según dijo, “podrían poner en peligro la existencia misma del planeta”.