Estados Unidos planea usar la Asamblea General de la ONU, que comienza el 23 de septiembre de 2025, para empujar restricciones al asilo a nivel mundial. La administración de Donald Trump busca que los países adopten políticas más estrictas, alineadas con su ofensiva contra la inmigración. Según el Departamento de Estado, los solicitantes de asilo deberían pedir protección en el primer país al que lleguen, en lugar de elegir su destino. Este enfoque, que critica el actual sistema como “caótico”, se presentará en un evento paralelo durante la reunión de la ONU en Nueva York. La propuesta llega mientras Trump intensifica arrestos y desmantela programas humanitarios, afectando a cientos de miles de migrantes. Aquí te contamos qué busca EE.UU. y cómo podría impactar a los migrantes globalmente.
Una propuesta para cambiar el asilo en la ONU
El Departamento de Estado de EE.UU. anunció que sus representantes abogarán por un nuevo marco global de asilo en la ONU. “El sistema actual ha sido abusado por migrantes económicos y actores maliciosos”, afirmó un comunicado oficial. La propuesta sugiere que los solicitantes de asilo soliciten protección en el primer país al que ingresen, limitando su capacidad de elegir destinos como EE.UU. o Europa.
Esta idea busca reemplazar lo que Washington llama un sistema “desordenado” que, según ellos, ha enriquecido a cárteles y desestabilizado regiones. La delegación, liderada por el subsecretario de Estado Christopher Landau, presentará la iniciativa en un foro paralelo durante la 80ª sesión de la Asamblea General. La ONU, con sus 193 miembros, tiene leyes de asilo variadas, lo que complica un consenso global.
El contexto de la política migratoria de Trump
La propuesta de EE.UU. refleja la agresiva política migratoria de Trump, iniciada el 20 de enero de 2025. Desde entonces, su administración ha intensificado las detenciones de migrantes y eliminado programas como el parole humanitario, que beneficiaba a 430,000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Estas medidas han generado críticas por su impacto en comunidades vulnerables que huyen de crisis.
Trump argumenta que las leyes actuales de asilo fomentan la inmigración irregular y afectan la soberanía nacional. En EE.UU., el número de arrestos en la frontera sur superó los 2.5 millones en 2025, según datos de Aduanas y Protección Fronteriza. La presión de EE.UU. en la ONU busca exportar este enfoque restrictivo, lo que podría cambiar cómo los países manejan a los migrantes.
Impacto potencial en los migrantes
Si la propuesta de EE.UU. gana apoyo en la ONU, los migrantes enfrentarían mayores obstáculos para buscar asilo. Obligar a los solicitantes a quedarse en el primer país de tránsito, como México para los centroamericanos, podría saturar las capacidades de naciones con recursos limitados. Por ejemplo, países como Turquía, que alberga 3.6 millones de refugiados, podrían verse aún más presionados.
Organizaciones de derechos humanos han advertido que estas restricciones podrían dejar a millones sin protección. En América Latina, donde 6 millones de venezolanos han huido de la crisis, muchos dependen de la posibilidad de buscar asilo en países más estables. La propuesta de EE.UU. podría complicar estas rutas, forzando a los migrantes a permanecer en zonas de riesgo.
Reacciones y desafíos en la ONU
La iniciativa de EE.UU. enfrenta un camino difícil en la ONU, donde países como Canadá y Alemania defienden sistemas de asilo más abiertos. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, firmada por 149 países, garantiza el derecho a solicitar asilo, un principio que la propuesta de Trump desafía. Lograr un consenso entre los 193 miembros será complicado, dado los intereses diversos.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) no ha emitido comentarios oficiales, pero ha enfatizado en el pasado la importancia de proteger a los solicitantes de asilo. La reunión de la Asamblea General será un espacio clave para que EE.UU. defienda su postura, pero también para que otros países respondan.
El panorama migratorio global
La presión de EE.UU. llega en un momento de crisis migratoria mundial. Según ACNUR, más de 26 millones de refugiados viven fuera de sus países, y las políticas restrictivas podrían agravar su situación. En regiones como Centroamérica, donde la violencia y la pobreza empujan a miles a migrar, el plan de EE.UU. podría limitar las opciones de refugio.
En EE.UU., las comunidades de migrantes, especialmente en estados como Florida y California, están preocupadas. La propuesta podría inspirar a otros países a endurecer sus leyes, afectando a quienes buscan seguridad. Mientras tanto, Trump sigue adelante con su agenda, incluyendo operativos de deportación que han generado protestas en varias ciudades.
La Asamblea General de la ONU, que inicia el 23 de septiembre, será un escenario crítico para este debate. EE.UU. planea usar su influencia para ganar aliados, especialmente entre naciones con políticas migratorias estrictas. Sin embargo, países con grandes poblaciones de refugiados podrían resistirse, temiendo un impacto económico y social.
La reunión también abordará otros temas, como el cambio climático y la seguridad global, pero la propuesta sobre el asilo promete generar controversia. Para los migrantes, el resultado de estas discusiones en la ONU podría definir su futuro, en un mundo donde las fronteras se cierran cada vez más.