El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu enfrentó un rechazo audible este viernes en la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuando decenas de delegados abandonaron la sala al inicio de su discurso. Netanyahu defendió con firmeza las operaciones militares de Israel en Gaza y criticó duramente el reconocimiento creciente de un Estado palestino por parte de varios países. Este acto de protesta subraya el aislamiento internacional que enfrenta Israel por la guerra en Gaza, que ha dejado miles de víctimas y una crisis humanitaria. Netanyahu prometió continuar la ofensiva hasta eliminar a Hamás, ignorando las condenas globales que lo rodean.
Netanyahu subió al podio entre una mezcla de vítores y gritos de desaprobación, con representantes de países como España, Noruega y Turquía liderando la salida en masa. El líder israelí inició su intervención destacando lo que llamó un «regreso impresionante» de Israel tras los ataques del 7 de octubre de 2023. «Los últimos remanentes de Hamás están atrincherados en la ciudad de Gaza», declaró, justificando la intensificación de la ofensiva terrestre en una zona asediada por hambruna. Según reportes de la ONU, estas acciones han desplazado a cientos de miles de palestinos y causado muertes diarias. Netanyahu insistió en que Israel debe «terminar la tarea» para prevenir futuras atrocidades, un mensaje dirigido también a los rehenes aún retenidos por Hamás.
El discurso de Netanyahu incluyó un llamado directo a los cautivos, afirmando que sus palabras se transmitían por altavoces en la frontera con Gaza y en teléfonos móviles palestinos, gracias a operaciones de inteligencia israelí. «No los hemos olvidado ni un segundo. El pueblo de Israel está con ustedes», dijo, reconociendo las protestas de las familias de los rehenes que lo acusan de arriesgar vidas al rechazar acuerdos de paz. En un tono amenazante hacia Hamás, agregó: «Depongan las armas. Dejen ir a mi pueblo. Si lo hacen, vivirán. Si no, Israel los perseguirá».
Rechazo al reconocimiento palestino
Netanyahu dedicó parte de su intervención a arremeter contra la decisión de varios países de reconocer formalmente un Estado palestino, calificándola de «vergonzosa» y promotora del terrorismo. «Será una vergüenza para todos ustedes», lanzó, apuntando a naciones como Francia y el Reino Unido, que anunciaron su apoyo en las últimas semanas. Esta mención llegó en medio de acusaciones de genocidio contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia, respaldadas por expertos en derechos humanos. Netanyahu rechazó estas críticas, insistiendo en que Israel actúa en legítima defensa. Su ruta a Nueva York evitó países que podrían ejecutar órdenes de arresto por presuntos crímenes de guerra, un detalle que resalta su creciente aislamiento diplomático.
La salida de delegados no fue espontánea, sino un gesto coordinado por el Movimiento de Países No Alineados, que representa a más de 100 naciones. Mientras Netanyahu hablaba, representantes de América Latina y África se unieron al éxodo, dejando la sala semivacía. Este boicot recuerda incidentes pasados en la ONU, pero en escala mayor, con al menos 40 países participando. La sesión, parte de la agenda anual de debates generales, vio a Netanyahu defender la expansión de asentamientos en Cisjordania, pese a advertencias de aliados clave. El primer ministro también aludió a amenazas de Irán, prometiendo una respuesta contundente si prosiguen sus acciones.
En paralelo, el presidente palestino Mahmoud Abbas intervino vía video, ya que Estados Unidos revocó su visa el mes pasado junto con otros funcionarios de la Autoridad Palestina. Abbas describió la situación en Gaza como una «guerra de genocidio, destrucción, hambruna y desplazamiento» orquestada por Israel. «A pesar de todo lo que nuestro pueblo ha sufrido, rechazamos lo que Hamás llevó a cabo el 7 de octubre», aclaró, distanciándose del grupo militante. Abbas enfatizó que Hamás no tendrá rol en la gobernanza futura de Gaza, abogando por un estado palestino viable que incluya Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.
Tensiones con aliados y el rol de Trump
El discurso de Netanyahu en la ONU se da en un contexto de fricciones con su principal aliado, Estados Unidos. El presidente Donald Trump, quien se reunirá con el primer ministro este fin de semana, emitió una advertencia clara el jueves sobre la anexión de Cisjordania. «No permitiré que Israel se anexione Cisjordania. No, no lo permitiré. No va a suceder», declaró Trump a la prensa, tras conversaciones privadas con líderes árabes. Esta postura inusual responde a presiones de miembros de extrema derecha en la coalición de Netanyahu, que exigen la anexión del territorio ocupado desde 1967. Trump confirmó haber discutido el tema directamente con Netanyahu, añadiendo: «Ya es suficiente. Es hora de parar».
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Boicot masivo a Netanyahu en la ONU La llegada del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu este viernes a la Asamblea General de la ONU provocó la salida de numerosos delegados de la sala. La presidencia de la Asamblea pidió repetidamente orden antes de que Netanyahu tomara la palabra en el estrado.
Trump presentó su plan de paz de 21 puntos a líderes árabes, y su enviado especial Steve Witkoff lo describió como «productivo», sugiriendo avances inminentes. Este enfoque busca equilibrar el apoyo a Israel con concesiones a palestinos, aunque detalles permanecen bajo reserva. Mientras tanto, Tony Blair, ex primer ministro británico, aspira a un rol clave en la reconstrucción de Gaza posguerra, según fuentes cercanas. Su oficina declinó comentar, pero el plan podría involucrar gestión internacional para estabilizar la zona.
Las fuerzas israelíes han escalado ataques en Gaza recientemente, forzando desplazamientos masivos y ataques casi diarios que la ONU califica de «mortales«. Netanyahu, en su alocución, ignoró estas realidades, enfocándose en victorias contra Hamás e Irán. Su mensaje a los rehenes, transmitido en la frontera, busca elevar la moral interna pero genera críticas por politizar una crisis humanitaria. Familias de cautivos han protestado en Jerusalén, exigiendo negociaciones inmediatas. La ONU estima que más de 40 mil palestinos han muerto desde octubre de 2023, con hambruna afectando a un millón de personas.
Protestas en la asamblea
El abandono en la sala de la ONU no solo simboliza rechazo diplomático, sino un llamado a la acción. Países como Noruega y España, que reconocieron Palestina, ven en esto un paso hacia la equidad. Netanyahu, por su parte, salió del podio entre aplausos de delegados aliados, como Estados Unidos y algunos europeos. Su visita a Nueva York incluye reuniones con donantes y lobbies pro-Israel, fortaleciendo su posición doméstica. Mientras la guerra en Gaza persiste, el eco de su discurso en la ONU reverbera en foros globales, donde la presión por un alto al fuego crece día a día.
En las calles de Nueva York, miles protestaron contra Netanyahu durante su estancia, con manifestaciones que bloquearon avenidas cercanas a la ONU. Activistas exigieron el fin de la ocupación y la liberación de rehenes, reflejando divisiones profundas. Abbas, desde Ramala, reiteró su visión de paz sin Hamás en el poder, alineándose con aliados occidentales. Trump, en su advertencia, busca mediar sin alienar a Israel, pero analistas dudan de su impacto en la coalición de Netanyahu. La sesión de la ONU, que continúa con discursos de líderes mundiales, pone el foco en un conflicto que divide al planeta.