En medio del cierre de Gobierno, las tensiones estallaron afuera de las instalaciones de ICE en South Portland, Oregon, el martes por la noche. Oficiales federales dispararon bolas de pimienta desde el techo y arrestaron a al menos cuatro personas en enfrentamientos con manifestantes, que desde junio protestan pacíficamente contra las políticas migratorias.
Operativo federal en plena tensión
La administración Trump envió 200 miembros de la Guardia Nacional de Oregón para proteger edificios federales, incluido el centro de ICE, tras calificar a la ciudad como “zona de guerra”. Sin embargo, líderes locales rechazaron esa descripción y afirmaron tener la situación bajo control, criticando el despliegue militar como innecesario.
Durante la noche, decenas de agentes federales marcharon frente a las instalaciones, confrontando a manifestantes; se registraron varias detenciones en episodios de tensión y uso de gas pimienta. En un momento, oficiales detuvieron a uno de los manifestantes tras una colisión directa.
Protestas y vigilancia constante
Los protestantes denuncian la militarización de la ciudad y el impacto negativo de la política migratoria del Gobierno federal en sus comunidades. A pesar de la escalada, manifestantes insisten en que buscan proteger a su gente sin generar violencia.
Un manifestante identificado como Ritto destacó que la seguridad es prioridad y lamentó que los medios puedan malinterpretar las protestas en su lucha pacífica.
Contexto y antecedentes
Las protestas se incrementaron tras un tuit del presidente Trump, que describió a Portland como devastada por la guerra. Pequeños grupos han estado presentes frente a ICE desde junio. La situación refleja la polarización actual sobre la política migratoria y la seguridad nacional.
Con un helicóptero sobrevolando la zona, la confrontación muestra un Portland dividido entre políticas federales estrictas y demandas locales por justicia y dignidad para los migrantes.