Todas las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se encuentran bajo “alerta máxima” después de un tiroteo que dejó un migrante muerto y dos heridos de gravedad. La información fue confirmada por Todd Lyons, director interino de ICE, quien aseguró que la seguridad en los centros de detención y oficinas de la agencia se reforzó de inmediato tras el ataque.
Un ataque directo contra instalaciones de ICE
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) calificó lo ocurrido como “un ataque contra la policía de ICE”. Según el reporte oficial, el presunto tirador fue identificado como Joshua Jahn, de 29 años. El hombre abrió fuego desde una azotea cercana al edificio y disparó contra una camioneta en el área de salida, donde se encontraban las víctimas. Posteriormente, las autoridades confirmaron que Jahn murió a causa de una herida de bala autoinfligida.
Aunque inicialmente se informó que había dos fallecidos y un herido, ICE corrigió la versión horas después y precisó que el saldo fue de un muerto y dos heridos. Ningún oficial de inmigración resultó lesionado en el ataque.
Un mexicano entre los heridos
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México confirmó que uno de los heridos es un ciudadano mexicano, quien permanece hospitalizado junto a otra persona también alcanzada por los disparos. Ambos se reportan estables. Esta confirmación ha generado preocupación en la comunidad migrante, que ya vive un clima de tensión ante el aumento de las operaciones de detención y deportación en todo Estados Unidos.
Además, el FBI asumió el liderazgo de la investigación y lo catalogó como “un acto de violencia selectiva”. La agencia federal no ha descartado que la intensificación de las deportaciones y el clima político alrededor de la inmigración hayan influido en la motivación del ataque.
Crece la violencia contra agentes de inmigración
En los últimos meses, ICE ha denunciado un incremento notable en los actos de violencia contra sus agentes. El DHS aseguró que las agresiones han aumentado más de un 1000 % en comparación con años anteriores. Este contexto refuerza la decisión de colocar a todas las instalaciones en alerta máxima y endurecer las medidas de seguridad para proteger tanto a funcionarios como a migrantes bajo custodia.
De acuerdo con expertos en seguridad, los incidentes recientes reflejan un aumento en las tensiones sociales vinculadas al tema migratorio. Al mismo tiempo, el debate político en torno al manejo de la frontera y las deportaciones ha intensificado el riesgo de ataques contra instalaciones gubernamentales.
Balas con mensajes anti-ICE
Uno de los elementos que más llamó la atención de los investigadores fue el hallazgo de balas con mensajes grabados. Joe Rothrock, agente especial del FBI, explicó que la munición encontrada cerca del presunto atacante contenía frases de carácter anti-ICE. La información fue respaldada con una imagen difundida por el director del FBI, Kash Patel, donde se apreciaban proyectiles marcados con la frase “ANTI-ICE”.
Este detalle refuerza la hipótesis de que el ataque fue motivado por un rechazo directo hacia las operaciones de la agencia de inmigración, especialmente en un momento de recrudecimiento de las políticas de detención y deportación en varias ciudades del país.
Reacciones políticas al tiroteo
El vicepresidente JD Vance reaccionó durante un evento en Carolina del Norte y afirmó que la evidencia apunta a que el tirador era un “extremista de izquierda”, supuestamente motivado por razones políticas. Aunque no ofreció pruebas concretas, sus declaraciones reflejan la tensión partidista en torno a la seguridad fronteriza y el papel de ICE en la aplicación de las leyes migratorias.
Este tiroteo en Dallas se suma a otros ataques registrados en Texas. En julio, un oficial resultó herido en un centro de detención de ICE en Alvarado, mientras que en McAllen se reportaron disparos contra la entrada de un anexo de la Patrulla Fronteriza. Estos hechos han encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de las instalaciones de inmigración en el país.