Tener una green card, también conocida como residencia permanente, no garantiza inmunidad frente a un proceso de deportación en Estados Unidos. A pesar de los derechos y protecciones que otorga este documento, los residentes permanentes pueden enfrentar procedimientos migratorios bajo ciertas circunstancias, como delitos, fraudes o violaciones a las condiciones migratorias.
Uno de los aspectos más inciertos de estos procesos es el tiempo que pueden tardar en resolverse. No hay un plazo uniforme: algunos casos se resuelven en pocos meses, mientras que otros pueden extenderse por años. La duración depende de múltiples factores, incluyendo la carga de trabajo de las cortes migratorias, la gravedad del caso, la estrategia de defensa del migrante y las políticas migratorias vigentes.
¿Qué determina el tiempo de un proceso de deportación con green card?
Todo proceso de deportación inicia formalmente con la entrega de una Notice to Appear (NTA), documento emitido por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que informa al residente que debe comparecer ante un juez de inmigración. Esta notificación detalla las causas por las que el gobierno considera que la persona es deportable.

Un grupo de manifestantes latinos y asiáticos protestan en Los Ángeles, EE.UU., en rechazo las acciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). EFE/ David Toro
A partir de ese momento, se programan audiencias, se recopilan pruebas y se abre un procedimiento judicial. Según el Manual de Prácticas de la Corte de Inmigración del Departamento de Justicia (EOIR), el calendario de audiencias se ajusta dependiendo del tipo de caso y la disponibilidad del tribunal.
Las causas más comunes que aceleran estos procesos son:
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Delitos graves (como violencia, narcotráfico o abuso sexual).
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Fraude migratorio, incluyendo declaraciones falsas para obtener la green card.
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Documentación falsa o fraudulenta.
En estos casos, ICE puede solicitar prioridad en las audiencias, reduciendo el tiempo del proceso a semanas o pocos meses.
Sin embargo, en situaciones más complejas, como cuando se alega una amenaza a la seguridad nacional o se investigan nexos políticos, los plazos se extienden debido a la participación de múltiples agencias, como el FBI, el Departamento de Estado o incluso tribunales federales.
Casos recientes: incertidumbre y detenciones en aeropuertos
En los últimos meses, medios como The Washington Post han reportado el aumento de detenciones a residentes permanentes en puntos de ingreso al país. Algunas personas con green card han sido citadas a cortes migratorias sin antecedentes penales previos. En ciertos casos, los motivos incluyen visitas prolongadas al extranjero sin reentry permit o errores en sus declaraciones de impuestos.
Estas situaciones han generado temor entre las comunidades migrantes. Incluso personas con más de 10 años de residencia en Estados Unidos han sido incluidas en procesos de remoción por supuestas inconsistencias o por cambios recientes en la política migratoria federal tras el retorno de Donald Trump a la presidencia.
¿Qué dicen los abogados sobre los plazos de deportación con green card?
La Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA) advierte que no existe un plazo legal definido para cerrar un caso de deportación. En promedio, según datos del Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), los casos en tribunales migratorios tardan entre 18 meses y tres años en resolverse, aunque hay expedientes que pueden durar incluso más tiempo.
Los abogados consultados por medios como Law Kessler destacan que la estrategia legal influye directamente en la duración. Si el residente solicita asilo, ajuste de estatus u otros beneficios migratorios mientras enfrenta la deportación, el juez puede postergar el proceso para evaluar todas las solicitudes.
Asimismo, cuando existen apelaciones ante la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) o tribunales federales, el tiempo se extiende aún más. En algunos casos, una apelación puede demorar de 6 a 12 meses adicionales. Y si el residente presenta una moción para reabrir el caso o una moción para reconsideración, se reinicia el reloj procesal.
Coordinación entre agencias y demoras administrativas
En muchos casos, las demoras en los procesos de deportación no se deben a la complejidad del caso, sino a problemas estructurales. La falta de jueces migratorios, los retrasos en las notificaciones y el volumen de casos pendientes han creado un cuello de botella que afecta a miles de residentes.
Según reportes internos del EOIR, en junio de 2025 existían más de 2 millones de casos pendientes en los tribunales de inmigración. Esto implica que, incluso en casos prioritarios, el tiempo promedio de espera para una audiencia inicial puede superar los 300 días.
Cuando el caso involucra trámites paralelos ante USCIS (como una petición familiar o un ajuste de estatus), el procedimiento puede ser suspendido temporalmente o integrado a la evaluación general del expediente. En esos casos, ICE y USCIS tienen protocolos de coordinación con plazos internos de entre 30 y 60 días para emitir resoluciones o tomar acciones conjuntas.
¿Qué puede hacer un residente para no agravar su situación?
Los abogados migratorios recomiendan actuar con rapidez y responsabilidad. Si un residente recibe una Notice to Appear, debe contactar de inmediato a un abogado calificado y evitar ausentarse de las audiencias, ya que no presentarse puede derivar en una orden de deportación automática.
Además, es clave mantener actualizados los datos personales con USCIS, declarar correctamente los impuestos y no salir del país sin asesoría legal si existe alguna causa pendiente.
Tener la green card no es garantía de permanencia si se viola la ley migratoria, pero sí permite contar con un proceso legal completo donde el migrante puede defender sus derechos.