La Administración Trump anunció una serie de recortes presupuestarios que impactarán principalmente a los estados de Nueva York y California, tras el reciente cierre del gobierno federal provocado por la falta de acuerdo en el Congreso para aprobar un presupuesto. Según lo confirmado por la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), son miles de millones de dólares los que dejarán de financiar programas de infraestructura y energía en estos territorios.
Russell Vought, director de la OMB, detalló que los primeros fondos retirados ascienden a unos 26 mil millones de dólares, repartidos en diversos programas. La justificación, según el funcionario, es redirigir los recursos hacia proyectos más “esenciales” en un momento de ajuste fiscal. Sin embargo, en la práctica los recortes parecen centrarse en estados clave gobernados por demócratas, como Nueva York y California, lo que ha levantado fuertes críticas entre líderes locales.
California y el freno a la transición energética
Uno de los principales afectados será California. El estado, que bajo el liderazgo del gobernador Gavin Newsom ha impulsado una ambiciosa agenda de transición hacia energías limpias, perderá cerca de 8 mil millones de dólares en fondos federales.

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Estos recursos estaban destinados a proyectos de desarrollo de energía solar, infraestructura para vehículos eléctricos y planes de reducción de emisiones de carbono. Con la eliminación del financiamiento, varias iniciativas quedarán en pausa, lo que representa un golpe a los compromisos climáticos del estado.
Además, especialistas señalan que el freno a estas inversiones pone en riesgo no solo los objetivos ambientales, sino también la creación de miles de empleos vinculados con la industria de energías renovables. Por lo tanto, la medida tiene consecuencias económicas directas para trabajadores e inversionistas del sector.
Nueva York: transporte público en la cuerda floja
Nueva York es otro de los estados más castigados con los recortes, pues perderá alrededor de 18 mil millones de dólares asignados a cruciales proyectos de infraestructura.
El Túnel Gateway es considerado estratégico para la movilidad de la región, ya que más de 200.000 personas lo utilizan a diario. Su modernización buscaba reducir el riesgo de colapsos y mejorar la conectividad entre los dos estados. Sin embargo, con la suspensión del financiamiento, los retrasos en su ejecución serán inevitables.
La extensión del metro de la Segunda Avenida también queda en suspenso, lo que podría profundizar la crisis de transporte en Manhattan. De acuerdo con estimaciones, millones de usuarios enfrentarán mayores problemas de congestión y tiempos de traslado más extensos debido a la falta de alternativas.
La respuesta de la Casa Blanca
Consultado sobre los recortes, el presidente Donald Trump señaló que el cierre del gobierno ofrecía la oportunidad de “deshacerse de muchas cosas que no queríamos, y serían cosas demócratas”. Su declaración fue interpretada como un mensaje político directo hacia estados opositores, lo que detonó más controversia en los círculos legislativos.
Por su parte, el vicepresidente J. D. Vance defendió la decisión al asegurar que el dinero debe destinarse únicamente a proyectos esenciales durante la contingencia presupuestaria. En la misma línea, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, culpó a los demócratas por la falta de acuerdo en el Congreso y afirmó que la suspensión de fondos era “inminente” debido a la parálisis legislativa.
