La tormenta tropical Gabrielle avanza lentamente sobre el Atlántico central este viernes, manteniéndose lejos de tierra firme y sin representar, por ahora, un peligro directo para Estados Unidos ni para las islas del Caribe. El sistema se formó el miércoles, poniendo fin a un inusual periodo de casi tres semanas sin actividad ciclónica en pleno pico de la temporada de huracanes.
Condiciones actuales de Gabrielle
Este viernes por la mañana, Gabrielle se encontraba a más de 1.070 kilómetros de las Islas de Sotavento, con vientos sostenidos de 85 km/h. Aunque el Atlántico presenta temperaturas oceánicas lo suficientemente cálidas como para fortalecerla, la tormenta enfrenta varios obstáculos atmosféricos.
El aire seco en la región y la fuerte cizalladura del viento, que desgarra las nubes alrededor de su centro, han limitado su capacidad de intensificación. Estas condiciones explican por qué Gabrielle no ha mostrado todavía una estructura organizada típica de sistemas más fuertes.
¿Podría convertirse en huracán?
A pesar de estas dificultades, el Centro Nacional de Huracanes proyecta que Gabrielle podría convertirse en huracán entre el domingo y el lunes, a medida que se desplace hacia un entorno más favorable. La tormenta se mueve hacia el noroeste y, de mantenerse en esa trayectoria, pasaría al norte de las Antillas Menores sin un impacto directo en las islas.
Por lo tanto, aunque Estados Unidos no enfrenta una amenaza inmediata, se espera que el sistema genere oleaje en la costa este durante la próxima semana, lo que podría afectar a bañistas y embarcaciones.
Gabrielle y la temporada 2025
Gabrielle se convierte en la primera tormenta tropical desde la desaparición de Fernand a finales de agosto. Entre el 29 de agosto y el 16 de septiembre, el Atlántico no registró ningún ciclón, un hecho que solo se había visto en dos ocasiones desde 1950. La última vez ocurrió en 1992, después del devastador paso del huracán Andrew.
Según expertos, esta calma inusual responde a la presencia de aire seco y a la fuerte cizalladura del viento, dos factores que han dominado gran parte del Atlántico tropical en las últimas semanas.
Trayectoria prevista y posibles impactos
Durante los próximos días, un área de alta presión al norte del sistema guiará su movimiento hacia el oeste-noroeste, lo que llevará a Gabrielle a posicionarse al norte de las islas del Caribe oriental este fin de semana. Sin embargo, se espera que esta alta presión se debilite lo suficiente como para permitir que el ciclón gire hacia el norte y luego al noreste, internándose en el Atlántico central a inicios de la próxima semana.
En consecuencia, Bermudas deberá mantenerse atenta a los reportes, aunque los pronósticos actuales sugieren que la mayor parte de los efectos de lluvia y viento se mantendrán al este del archipiélago.
Otra zona bajo vigilancia
El Centro Nacional de Huracanes también monitorea otra área de lluvias y tormentas cerca de las islas de Cabo Verde. Este sistema, que avanza hacia el oeste, no representa una amenaza inmediata para tierra firme, aunque podría provocar precipitaciones intensas en la región durante los próximos días.
Los meteorólogos señalan que, incluso si evoluciona a depresión o tormenta tropical, no tendría efectos significativos fuera de África en el corto plazo.
Un septiembre inusual en el Atlántico
Tradicionalmente, septiembre concentra la mayor actividad ciclónica de la temporada, gracias a la combinación de aguas cálidas y condiciones atmosféricas favorables. No obstante, este año el Atlántico ha mostrado dificultades para producir tormentas de gran intensidad.
De hecho, de las seis tormentas tropicales registradas hasta agosto, solo Erin logró alcanzar la categoría de huracán. La mayoría de los sistemas se han debilitado rápidamente debido a la cizalladura del viento y al aire seco que han predominado en la cuenca.
Regiones a vigilar en lo que resta de temporada
A medida que avanza octubre, el foco de formación de ciclones suele trasladarse hacia el Caribe, el Golfo de México y el Atlántico occidental. Estas zonas, al estar más próximas a tierra, representan un mayor riesgo de impactos directos en comunidades costeras.
Por lo tanto, aunque Gabrielle no suponga una amenaza inmediata para Estados Unidos ni para el Caribe, los expertos recuerdan que la temporada aún no ha terminado y que las condiciones podrían favorecer la formación de nuevos ciclones en las próximas semanas.