Durante la última semana de septiembre, una gran redada tuvo lugar en el oeste de Oklahoma, donde más de 125 inmigrantes que trabajaban como conductores de camiones comerciales fueron detenidos. La operación fue realizada por la Patrulla de Carreteras de Oklahoma en alianza con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), confirmaron fuentes del gobierno estatal.
Los detenidos provenían de diversos países, entre ellos China, Georgia, India, Mauritania, Rusia, Tayikistán, Turquía, Ucrania y Uzbekistán, mostrando la diversidad de la comunidad migrante en la región.
Licencias de “estados santuario” bajo la lupa
Un detalle destacado por las autoridades es que algunos de los conductores poseen licencias de conducir expedidas en “estados santuario”. Estos estados limitan la cooperación con agencias federales migratorias, lo que según el gobernador republicano Kevin Stitt, representa un riesgo para la seguridad pública en Oklahoma.
Stitt señaló que muchas de estas licencias no incluían nombres reales o mostraban información genérica, lo que dificulta la identificación y regulación adecuada de los conductores.
Declaraciones del gobernador Stitt
El gobernador Kevin Stitt expresó su respaldo a la operación y agradeció a las fuerzas del orden y a ICE por su trabajo, afirmando que el objetivo era mantener la seguridad de los habitantes de Oklahoma.
Además, enfatizó que la circulación de vehículos comerciales de peso considerable sin la debida verificación pone en riesgo a todos en las carreteras, justificando así la magnitud y firmeza de la redada.
“Operación Guardián”: más allá de las cárceles
La redada forma parte del plan conocido como “Operación Guardián”, un programa diseñado inicialmente para deportar a indocumentados bajo custodia del Departamento de Correccionales de Oklahoma. Sin embargo, a comienzos de 2025 se amplió para incluir la expulsión de otros inmigrantes, con la colaboración estrecha entre la policía estatal y ICE.
Esta estrategia refleja el compromiso de las autoridades oklahomaenses con el control migratorio y la seguridad vial, aunque genera controversias sobre el impacto en la comunidad migrante y el derecho al trabajo.
Impacto y reacción comunitaria
Este operativo ha causado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y defensores de los migrantes, quienes argumentan que estas acciones afectan familias y ponen en riesgo los medios de vida de cientos de trabajadores legales o en proceso de regularización.
Pese a ello, el gobierno estatal sostiene que la seguridad pública es prioridad y que las medidas responden a la necesidad de garantizar carreteras más seguras y combatir actividades que vulneran las leyes estatales y federales.
Contexto nacional en las políticas migratorias
La redada en Oklahoma se enmarca en un contexto nacional de endurecimiento en las políticas migratorias, donde estados conservadores han incrementado la cooperación con ICE para realizar acciones contra indocumentados.
Aunque estas medidas son respaldadas por sectores que priorizan la seguridad y legalidad, también han generado un debate intenso sobre derechos humanos, integración social y el papel de los estados ante las políticas federales migratorias.
Este operativo en Oklahoma representa un ejemplo de cómo las autoridades estatales refuerzan su postura en materia de migración y seguridad, destacando la tensión continua entre control fronterizo y protección de comunidades migrantes en Estados Unidos.
