La economía estadounidense enfrenta una crisis laboral sin precedentes tras la pérdida de 1.2 millones de trabajadores migrantes desde enero de 2025, según un análisis de Economic Insights and Research Consulting. Las políticas migratorias del presidente Donald Trump, que han intensificado las redadas y deportaciones, han golpeado sectores clave como la agricultura, la construcción y el turismo, generando alzas en los precios de alimentos y viviendas, y desatando preocupaciones sobre una posible desaceleración económica. Comunidades y empresarios piden soluciones urgentes para mitigar el impacto.
Agricultura en jaque por falta de mano de obra
El sector agrícola ha sido el más afectado, con una caída del 6.5% en empleos entre marzo y julio de 2025, según el Buró de Estadísticas Laborales (BLS). En marzo, se reportaron 2.371 millones de empleos agrícolas, pero para julio, la cifra se redujo a 2.216 millones, una pérdida de 155,000 puestos en apenas cuatro meses. Las redadas de ICE en granjas han generado temor entre los trabajadores migrantes, muchos de los cuales han abandonado sus empleos. Como resultado, los precios de las verduras frescas han subido un 8% anual, mientras que la carne ha aumentado un 7%, según el análisis.
Por lo tanto, los efectos se sienten en los supermercados y en la mesa de los estadounidenses. En estados como California y Florida, donde los migrantes representan hasta el 15% de la fuerza laboral agrícola, según el American Immigration Council, los productores enfrentan dificultades para cosechar cultivos como fresas y cítricos. Matt Teagarden, de la Asociación de Ganaderos de Kansas, advirtió que las granjas “no pueden operar sin esta mano de obra esencial”, lo que podría llevar a una crisis en la cadena de suministro de alimentos.
Construcción y turismo en declive
El sector de la construcción también ha sufrido un impacto significativo. Los permisos de construcción cayeron un 17% en el noreste, y el empleo disminuyó en los 10 estados con mayor población migrante, incluyendo Texas, Florida y California, según el informe. La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas reportó retrasos en proyectos debido a la ausencia de trabajadores, muchos de los cuales temen ser detenidos. Esto ha exacerbado la crisis de vivienda, con un aumento del 12% en los costos de alquiler en áreas urbanas, según datos de la Reserva Federal de Dallas.
En consecuencia, la industria del ocio y el turismo, que depende de migrantes para el 7.6% de sus empleos, creció solo un 0.2% en estados con alta inmigración. Hoteles y restaurantes en destinos turísticos como Miami y Las Vegas enfrentan escasez de personal, lo que ha llevado a cierres parciales y aumento de precios. Vanessa Cárdenas, directora de America’s Voice, calificó estas políticas como un “sabotaje económico” que eleva los costos para todos los estadounidenses.
Llamados a una reforma migratoria
Pese a todo, algunos ven en la crisis una oportunidad para impulsar cambios. Chris Gibbs, presidente de Rural Voice USA, instó a la Casa Blanca a promover una reforma migratoria que estabilice la fuerza laboral. “Sin trabajadores, no hay cosechas ni crecimiento”, afirmó, recordando el Programa Bracero de la década de 1940, que permitió a millones de mexicanos trabajar legalmente en EE.UU. Gibbs señaló que un programa similar podría evitar pérdidas económicas estimadas en un punto porcentual del crecimiento del PIB en 2025, según la Reserva Federal de Dallas.
Además, activistas como Cristóbal Cavazos de Immigrant Solidarity denunciaron despidos masivos, como los 300 trabajadores despedidos en una fábrica en Elgin, Illinois, tras una auditoría de ICE. “Están usando el miedo para desmantelar comunidades”, dijo Cavazos, destacando que incluso trabajadores con permisos temporales evitan trabajar por temor a represalias contra sus familias. El National Foundation for American Policy estima que las deportaciones podrían afectar a 9 millones de trabajadores no autorizados, según Oxford Economics, lo que paralizaría sectores enteros.
Impacto económico y social
La salida de 1.2 millones de trabajadores migrantes no solo ha afectado la producción, sino también a las comunidades. En áreas rurales, granjas y empacadoras de carne han reducido operaciones, mientras que en ciudades, la construcción de viviendas asequibles se ha estancado. La Cámara de Comercio de EE.UU. reportó que el 70% de las empresas agrícolas y de construcción enfrentan dificultades para encontrar trabajadores, lo que podría reducir el crecimiento económico al 1.5% en 2025, frente al 3% de años anteriores.
Mientras tanto, el temor entre los migrantes ha generado un impacto humano significativo. Videos en redes sociales muestran campos abandonados y fábricas desiertas, reflejando la magnitud de la crisis. La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, expresó preocupación por la pérdida de trabajadores esenciales, mientras que el gobernador de California, Gavin Newsom, pidió al gobierno federal reconsiderar su enfoque. A medida que la economía siente el peso de estas políticas, la presión crece para encontrar una solución que equilibre la seguridad y la estabilidad económica.