Durante la última semana de septiembre, más de 125 inmigrantes que laboraban como conductores de camiones comerciales fueron detenidos en una operación conjunta entre la Patrulla de Carreteras de Oklahoma y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La redada tuvo lugar a lo largo de la Interestatal 40, en el oeste del estado.
Diversidad de nacionalidades en los detenidos
Los inmigrantes detenidos provenían de varios países como China, Georgia, India, Mauritania, Rusia, Tayikistán, Turquía, Ucrania y Uzbekistán. Esta variedad refleja la presencia global de trabajadores en la industria del transporte en Estados Unidos.
Licencias emitidas en “estados santuario”
Muchos de los detenidos portaban licencias de conducir expedidas en estados que limitan la cooperación con agencias migratorias, conocidos como “estados santuario”. Uno de los casos destacados fue la presentación de una licencia del estado de Nueva York con el titular indicado como «No name given» (sin nombre).
El gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, criticó estas prácticas señalando que, aunque esos estados permitan esas licencias, los conductores deben cumplir las leyes locales al cruzar a Oklahoma.
Declaraciones del gobernador Stitt
Kevin Stitt agradeció a los agentes estatales y federales por su labor en el operativo, enfatizando la importancia de mantener la seguridad pública en las carreteras del estado. Destacó que los conductores operaban vehículos comerciales pesados sin la debida verificación, lo que representa un riesgo para todos.
“Operación Guardián”: estricto control migratorio
La redada forma parte del programa estatal conocido como “Operación Guardián”, que inicialmente se enfocaba en deportar a indocumentados bajo custodia estatal. A comienzos del año, se amplió para incluir expulsiones adicionales a través de la colaboración estrecha entre ICE y las fuerzas policiales de Oklahoma.
Este esfuerzo refleja la postura firme del estado para proteger la seguridad vial y hacer cumplir las leyes migratorias.
Controversias y reacciones
La operación ha generado críticas de defensores de derechos humanos que advierten sobre el impacto negativo en las familias migrantes y cuestionan la legalidad y humanidad de estas redadas masivas. No obstante, las autoridades sostienen que estas medidas son necesarias para proteger a los residentes y garantizar un tránsito seguro en las carreteras.
Contexto nacional
Estos sucesos ocurren en un momento de intensificación del debate migratorio en Estados Unidos, donde varios estados han adoptado políticas estrictas frente a la migración indocumentada. Oklahoma es uno de los estados que ha incrementado su cooperación con agencias federales como ICE.
Seguridad y regulación, un desafío constante
La redada en Oklahoma subraya la dificultad de equilibrar la seguridad pública con la protección de los derechos humanos en un país con una gran población migrante. Mientras el debate sigue vigente, las acciones en terreno marcan la pauta sobre la aplicación real de las políticas migratorias y sus consecuencias en la vida cotidiana.
Estas operaciones apuntan a mejorar la regulación en sectores estratégicos, pero también implican controversia por su alcance y métodos utilizados.
Este operativo es un claro reflejo del enfoque estricto en migración que algunos estados adoptan para hacer cumplir la ley, mientras comunidades y organizaciones sociales exigen mayor consideración y respeto a los derechos fundamentales.