El cierre del Gobierno federal de Estados Unidos sigue generando consecuencias inmediatas en todo el país. Esta semana, aeropuertos en EE.UU. registran retrasos y cancelaciones porque los controladores aéreos no han cobrado salarios desde el inicio del cierre gubernamental. La situación ha incrementado la tensión entre los trabajadores y ha elevado la preocupación por la seguridad aérea.
Controladores aéreos trabajan sin sueldo
Según la Asociación Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo (NATCA), miles de controladores considerados empleados esenciales deben continuar trabajando a pesar de no recibir pago alguno. Muchos cumplen turnos de 10 horas, seis días por semana, lo que ha exacerbado el estrés y reducido significativamente la moral dentro del sector.
“Este trabajo ya es bastante estresante. Tomamos miles de decisiones a diario y ahora, además, no estamos recibiendo nuestro salario completo”, expresó Nick Daniels, presidente de la NATCA, durante una conferencia de prensa.
El retraso en las nóminas, combinado con la escasez de personal que ya afectaba a las torres de control, ha agravado los problemas de coordinación aérea. Algunos trabajadores solicitaron permisos médicos o consideraron buscar ingresos temporales fuera de sus empleos, lo que ha reducido aún más la disponibilidad operativa.
Un sistema bajo presión
Daniels advirtió que la falta de personal podría derivar en un sistema aéreo menos seguro, ya que “la única manera de hacerlo seguro es reducir el número de aeronaves en el aire”. La advertencia llegó justo cuando el tráfico aéreo vuelve a niveles previos a la pandemia, generando una presión adicional sobre los servicios de control.
Por su parte, el secretario de Transporte, Sean Duffy, reconoció la gravedad de la situación y pidió calma a los trabajadores. “Les he dejado claro a los controladores: deben seguir trabajando. Hacen un trabajo vital para el país, aunque reconozco que sienten el estrés”, señaló Duffy.
Durante su intervención, explicó que el cierre del Gobierno afectó directamente al 44% de los vuelos retrasados el domingo y al 24% del lunes siguiente. Según Duffy, los más de 5.000 vuelos afectados reflejan la urgente necesidad de resolver la crisis presupuestaria en el Congreso.
Efectos en los aeropuertos y pasajeros
En aeropuertos como Atlanta, Chicago y Nueva York, los viajeros enfrentan tiempos de espera prolongados y cancelaciones de última hora debido a la falta de personal y la sobrecarga del sistema. Las aerolíneas también reportaron dificultades logísticas crecientes relacionadas con la coordinación entre torres de control y despachos de vuelo.
La administración de Donald Trump ha insistido en que los trabajadores esenciales “seguirán siendo compensados retroactivamente” cuando se liberen los fondos, pero las asociaciones laborales advierten que las consecuencias del cierre podrían tener efectos duraderos sobre la seguridad y el rendimiento del sistema aéreo.
Además, sectores económicos vinculados al turismo y la aviación han comenzado a calcular pérdidas significativas derivadas de las cancelaciones acumuladas, una situación que aumenta la presión sobre el Senado para alcanzar un acuerdo.
Negociaciones estancadas en el Senado
El actual cierre del Gobierno ya cumple cinco semanas sin señales de solución. El Senado volvió a rechazar este martes una propuesta republicana de financiamiento temporal, que habría extendido los recursos federales hasta el 21 de noviembre. La iniciativa recibió solo 54 votos a favor y 45 en contra, sin alcanzar la mayoría de 60 apoyos requerida.
La oposición demócrata insiste en que no aprobará ninguna propuesta que no incluya una prórroga a los subsidios del programa sanitario Obamacare, que expirarán a fin de año. En consecuencia, los trabajadores federales permanecen atrapados en la disputa política mientras continúan desempeñando tareas sin recibir compensación alguna.
Este cierre se ha convertido en el segundo más largo en la historia de Estados Unidos, solo detrás del de 2018-2019, cuando la crisis concluyó tras la presión del sector aéreo, que paralizó operaciones en los principales aeropuertos del país.
Más de un millón de empleados afectados
De acuerdo con el Centro de Política Bipartidista, al menos 670.000 empleados federales se encuentran actualmente en licencia sin sueldo, mientras que 730.000 siguen trabajando sin retribución. El Gobierno ha asegurado que los pagos atrasados serán restituidos, pero los sindicatos demandan una solución inmediata ante la caída del poder adquisitivo de miles de familias.
Mientras tanto, el Departamento de Transporte ha implementado medidas temporales para garantizar que los vuelos más críticos continúen operando con prioridad. Sin embargo, los expertos advierten que, si la parálisis se extiende, los retrasos y cancelaciones podrían aumentar exponencialmente en las próximas semanas.
La Administración Trump enfrenta así un nuevo desafío político, con una crisis que afecta la movilidad, la economía y la imagen internacional del país. En los aeropuertos, las escenas de frustración se repiten mientras los viajeros esperan una solución inmediata por parte del Congreso y la Casa Blanca.
