Cientos de manifestantes se congregaron hoy frente a una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), por sus siglas en inglés) en el área metropolitana de Chicago, en medio de un clima de creciente tensión y denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de agentes federales. La protesta se produce en el marco de la operación federal “Operation Midway Blitz”, que busca intensificar las deportaciones a nivel nacional.
Los manifestantes entre ellos activistas de derechos humanos, familiares de inmigrantes, iglesias locales y organizaciones comunitarias exigen el cese inmediato de las redadas migratorias agresivas, demandas de mayor transparencia en las operaciones de ICE y garantías para que los derechos civiles de los afectados no sean violados en el proceso. Algunos denuncian que personas sin antecedentes criminales han sido detenidas arbitrariamente.
La tensión también se ve alimentada por la reciente autorización del gobierno federal para desplegar tropas de la Guardia Nacional en apoyo a operaciones federales en Illinois; sin embargo, esa medida ha sido temporalmente bloqueada por una orden judicial local.
Bloqueo al uso de la fuerza contra periodistas y manifestantes
Una juez federal emitió una orden de restricción temporal que impide que agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) utilicen armas antidisturbios, fuerza física o arrestos contra periodistas y manifestantes pacíficos a menos que haya causa probable para un delito distinto a no acatar una orden de dispersión.
Esta medida surge tras reportes de incidentes en los que comunicadores fueron impactados por proyectiles, cercados o impedidos de documentar las protestas. Autoridades federales han expresado su preocupación por que el derecho a la prensa no se convierta en impedimento para operaciones legítimas, pero aceptaron la restricción mientras dure la orden judicial.
Choques y detenciones durante la jornada del ICE en Chicago
Durante la manifestación frente al centro de procesamiento de ICE en Broadview, Illinois ubicado a unos 19 kilómetros al oeste de Chicago— hubo momentos de enfrentamiento. Los agentes recurrieron al lanzamiento de gas pimienta, proyectiles no letales y gases lacrimógenos para dispersar a los presentes.
Al menos cuatro personas fueron arrestadas durante la protesta por cargos como obstrucción o resistencia. En un incidente particular, la productora y editora de video Debbie Brockman fue detenida por agentes federales, aparentemente por presunta agresión a un agente; sin embargo, no se presentaron cargos formales y fue liberada el mismo día.
Testigos reprocharon que los agentes actuaron con excesiva dureza, empujando manifestantes al suelo y arrestando sin distinción a periodistas. Además, el reverendo David Black denunció que fue alcanzado en la cabeza por un proyectil de pimienta disparado por agentes de ICE mientras rezaba, una acción que calificó de “indiscriminada” e injustificada.
Reacción institucional y perspectivas legales
Los alcaldes, líderes estatales y organizaciones de derechos civiles han condenado la militarización de las operaciones migratorias. El gobernador de Illinois y el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, han presentado demandas contra la administración federal, acusándola de abuso de poder y violación de las libertades constitucionales.
El bloqueo judicial a la llegada de tropas de la Guardia Nacional se mantiene por el momento, con un plazo que expira en octubre salvo que sea extendido. Mientras tanto, defensores de inmigrantes han intensificado campañas para que estudiantes y familias conozcan sus derechos frente a posibles redadas.