Una reciente operación federal en un barrio de Chicago dejó unas 40 personas detenidas, rodeadas por decenas de agentes migratorios que irrumpieron en un edificio de apartamentos habitado mayormente por afroamericanos. El despliegue se llevó a cabo en la madrugada del martes en South Shore, dejando a la comunidad sorprendida y conmocionada por el nivel de la intervención.
Vecinos impactados por el operativo
Los residentes fueron despertados por agentes que usaban bombas de aturdimiento para ingresar a las viviendas. Si no lograban abrir las puertas, las derribaban. Alicia Brooks, habitante del edificio, describió escenas perturbadoras de agentes armados, vestidos con uniformes militares y “secuestrando gente sin responder preguntas”. Videos captados por vecinos muestran las ventanas rotas y la gran presencia policial en las calles.
Denuncias sobre militarización y estigmatización
Grupos activistas, como la Coalición de Illinois por los Derechos de los Inmigrantes y los Refugiados, califican la operación como una escalada que militariza los barrios negros de Chicago. Consideran que esta acción forma parte de una estrategia política impulsada por el presidente Donald Trump y sus seguidores para dividir a las comunidades y aumentar la tensión social.
Organizaciones comunitarias como Southside Together y la Organización Africana Unida afirmaron que todos los barrios están bajo la mira del gobierno federal, expresando preocupación por el impacto en los residentes.
Condiciones de detención y trato a los detenidos
Una de las detenidas, Pertissue Fisher, narró que fue interrogada sobre su ciudadanía y retenida por horas en una camioneta con otros vecinos, mientras las autoridades verificaban sus documentos.
Otro residente, Darrell Ballard, afirmó sentirse como “bajo asedio”, reflejando el clima de miedo y desconcierto en el vecindario tras el operativo.
Respuesta oficial
Aunque ICE no ha emitido comentarios oficiales sobre el operativo, el FBI de Chicago confirmó que los agentes federales formaban parte de una acción concreta de control migratorio coordinada por la Patrulla Fronteriza.
Este operativo en Chicago refleja el aumento de acciones federales en ciudades con gobernanza demócrata, provocando un clima de preocupación y tensión en las comunidades más afectadas.
Impacto social y político
El despliegue federal ha abierto un debate sobre la militarización en barrios vulnerables, el respeto a los derechos humanos y el balance entre seguridad y convivencia social. Mientras algunos residentes claman por mayor seguridad, otros denuncian un uso excesivo de la fuerza que afecta la vida cotidiana y genera miedo.
Chicago se suma a otras ciudades donde las operaciones federales migratorias han desencadenado polémicas y protestas. La tensión persiste mientras el Gobierno federal continúa su política de control migratorio agresiva, que ha cambiado drásticamente en los últimos años bajo la administración Trump.
En suma, el operativo del martes es símbolo de una realidad compleja donde la seguridad pública, la justicia migratoria y los derechos comunitarios se encuentran en constante tensión, poniendo a prueba la cohesión social y el respeto a las libertades ciudadanas en Chicago.