Reino Unido, Canadá y más países reconocen a Palestina: ¿Qué implica?

Reino Unido, Canadá y más países reconocen a Palestina
Getty Images

El debate sobre el reconocimiento del Estado palestino tomó un giro histórico este fin de semana. Portugal, Reino Unido, Canadá y Australia anunciaron oficialmente que reconocen a Palestina como Estado, una decisión que podría reconfigurar la política internacional en Medio Oriente y generar tensiones con Israel.

Portugal se suma al reconocimiento

El ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Paulo Rangel, confirmó desde Nueva York que su país reconoce a Palestina, alineándose con lo que calificó como una “posición consensuada” de su política exterior. Según el funcionario, Portugal considera que la solución de los dos Estados es la única vía para garantizar una paz justa y duradera en la región.

Además, Rangel explicó que esta decisión refleja la convergencia entre el presidente Marcelo Rebelo de Sousa y la mayoría de los partidos en el Parlamento, lo que otorga legitimidad política y respaldo institucional a la medida. El reconocimiento se da en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, donde el tema volverá a ocupar un lugar central en la agenda internacional.

El papel de Reino Unido y Canadá

El anuncio británico lo hizo el primer ministro Keir Starmer, quien sostuvo que la decisión busca mantener viva la posibilidad de paz en Oriente Próximo. Según explicó, su gobierno considera que israelíes y palestinos deben convivir lado a lado, con un Estado palestino viable que garantice seguridad y estabilidad.

Starmer fue claro al señalar que esta medida no significa una recompensa para Hamás, grupo al que Londres no reconoce como parte legítima de una futura gobernanza palestina. “La esperanza de una solución de dos Estados se está desvaneciendo, pero no podemos dejar que esa luz se apague”, afirmó el líder británico.

En paralelo, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, también hizo pública la decisión de su país. Carney sostuvo que reconocer a Palestina envía un mensaje de apoyo a quienes buscan la coexistencia pacífica y el fin de la violencia. En sus palabras, esta postura “en ningún modo legitima el terrorismo ni lo recompensa”, una referencia directa a las críticas del gobierno israelí.

Israel responde con firmeza

El reconocimiento internacional no tardó en provocar la reacción del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Durante una reunión con su gabinete, Netanyahu rechazó categóricamente la medida y aseguró que nunca permitirá la creación de un Estado palestino.

Asimismo, adelantó que Israel intensificará la construcción de asentamientos en Cisjordania como respuesta a lo que considera una “recompensa al terrorismo”. Según sus declaraciones, los países que han reconocido a Palestina lo hicieron ignorando las consecuencias de los ataques del 7 de octubre, cuando Hamás perpetró una ofensiva que dejó cientos de víctimas en territorio israelí.

Australia también entra en escena

Australia se sumó a la lista de países que han decidido formalizar el reconocimiento del Estado palestino. El gobierno de Canberra explicó que la medida busca contribuir a la estabilidad en Oriente Próximo y al mismo tiempo respaldar los esfuerzos internacionales para alcanzar una solución diplomática al conflicto.

Aunque su peso en la política internacional no es tan determinante como el de Reino Unido o Canadá, la adhesión australiana refuerza la tendencia de gobiernos occidentales que empiezan a modificar sus posturas frente al tema palestino, rompiendo con la tradicional alineación con Israel.

Un cambio en el tablero internacional

El reconocimiento de Palestina por parte de países del bloque occidental supone un cambio significativo en la narrativa global. Hasta ahora, el apoyo explícito a la creación de un Estado palestino provenía principalmente de naciones de América Latina, África, Asia y Medio Oriente. Sin embargo, que potencias como Reino Unido y Canadá se sumen a esta postura marca un precedente político con mayor alcance en la diplomacia internacional.

Por lo tanto, la decisión no solo implica un respaldo simbólico, sino que también puede abrir el camino a futuras presiones diplomáticas y económicas sobre Israel. En consecuencia, el tema se perfila como uno de los puntos más tensos de la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, donde varios países podrían seguir el mismo camino.

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