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¿Cómo FEMA invertirá 600 millones en detener migrantes?

¿Cómo FEMA invertirá 600 millones en detener migrantes?
Fotografía cedida por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) de Nueva York donde aparecen varios agentes federales de diversas dependencias durante una redada contra indocumentados. EFE/HSI Nueva York

La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una pieza clave de la política migratoria del presidente Donald Trump, a pesar de que él mismo la ha cuestionado públicamente. Con un fondo superior a los 600 millones de dólares, FEMA financiará la expansión del sistema de detención de migrantes mediante subvenciones a gobiernos estatales y locales.

Este giro en el papel de la agencia, históricamente enfocada en la atención a desastres naturales, representa una nueva estrategia para contener el flujo migratorio en la frontera sur de Estados Unidos. Según la administración, la medida busca aliviar la saturación en los centros de detención actuales y acelerar los planes de deportación masiva impulsados por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).

FEMA invertirá más de 600 millones en centros de detención migratoria

El programa se denomina Programa de Subvenciones para Apoyo a la Detención y forma parte del Programa de Refugio y Servicios de FEMA. Su finalidad es proporcionar fondos a entidades no federales —como gobiernos estatales, municipales o incluso contratistas privados— para que puedan construir o adaptar instalaciones donde se detendrá a migrantes indocumentados.

Fotografía de archivo cedida por la Agencia Federal de Gestión de Emergencias donde aparecen miembros de la Asistencia para Sobrevivientes de Desastres (DSA). EFE/ Andrea Serhan/FEMA

De acuerdo con un comunicado oficial, el presupuesto disponible es de 608 millones de dólares y los solicitantes tendrán hasta el 8 de agosto para presentar sus propuestas. Una vez aprobadas, las entidades recibirán un único desembolso y tendrán un plazo de 26 meses para ejecutar el proyecto.

Según el texto, esta inversión pretende “albergar a extranjeros hasta su traslado al ICE”, al tiempo que se “reduce la sobrepoblación en los centros de detención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés)”. Asimismo, se aclara que el objetivo final es apoyar “las prioridades operativas del ICE y el control migratorio del Departamento de Seguridad Nacional”.

Alligator Alcatraz, el primer centro financiado por FEMA

Uno de los primeros beneficiarios del programa es el complejo Alligator Alcatraz, ubicado en el estado de Florida. Este centro de detención ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos debido a sus estrictas condiciones de encierro y a la falta de supervisión externa.

El giro de FEMA hacia un rol más activo en la detención migratoria no es del todo nuevo, pero sí ha generado controversia. Habitualmente, su presupuesto y operaciones estaban destinadas a atender emergencias climáticas, inundaciones, huracanes, incendios forestales o desplazamientos provocados por catástrofes naturales. Ahora, en cambio, parte de esos fondos servirán para financiar cárceles destinadas a migrantes indocumentados.

Este cambio de enfoque se produce mientras la administración Trump busca cumplir con su objetivo de detener hasta 3.000 migrantes por día, una meta que actualmente no puede alcanzar debido a la limitada capacidad de los centros existentes.

Fotografía de archivo donde se observa el presidente de los Estados Unidos, Donal Trump en el centro de detención para migrantes ‘Alligator Alcatraz’ en Miami (Estados Unidos). EFE/ @whitehouse

FEMA y el megaproyecto en Fort Bliss

En paralelo al programa de FEMA, el Departamento de Defensa anunció la construcción del centro de detención de migrantes más grande de Estados Unidos. El proyecto estará a cargo de la empresa Acquisition Logistics LLC, con sede en Virginia, que recibió un adelanto de 232 millones de dólares, aunque carece de experiencia en la construcción de este tipo de instalaciones.

El nuevo centro estará ubicado en Fort Bliss, una base militar en El Paso, Texas, y tendrá una capacidad para albergar a 5.000 personas. Su construcción costará aproximadamente 1.260 millones de dólares, y se espera que esté finalizado para septiembre de 2027.

Se tratará de un campamento con tiendas de campaña, lo que ha desatado preocupación entre expertos y defensores de derechos humanos, ya que Texas experimenta con frecuencia temperaturas extremas. De hecho, en julio de este año se registraron temperaturas superiores a los 38°C, con sensaciones térmicas que superaron los 42°C en varias zonas del estado.

FEMA y la estrategia migratoria del gobierno de Trump

Aunque en el pasado Donald Trump criticó a FEMA por su “burocracia” y propuso incluso su desaparición, ahora su gobierno la está utilizando como un instrumento estratégico para avanzar en sus políticas migratorias. Esta contradicción ha sido señalada por opositores y por sectores que alertan sobre la posible militarización del sistema de detención migratoria.

El enfoque actual refleja una colaboración entre múltiples agencias federales, como el ICE, CBP, DHS y ahora también FEMA, para crear una red de centros de detención más amplia y descentralizada. Esta medida permite que los gobiernos locales gestionen las instalaciones, aliviando así la carga federal y acelerando los procesos de detención y deportación.

Desde grupos de derechos civiles se ha advertido sobre el riesgo de que esta estrategia contribuya a la expansión de lo que han denominado “el complejo industrial migratorio”, es decir, un sistema de detención privatizado que se beneficia económicamente de la detención prolongada de migrantes, muchas veces en condiciones inadecuadas o fuera del marco legal.

El anuncio de FEMA se produce además en un contexto electoral, donde el control de la migración es uno de los temas centrales del discurso republicano. Con este programa de más de 600 millones de dólares, el gobierno de Trump busca no solo fortalecer su capacidad operativa en la frontera, sino también enviar un mensaje político firme frente a las críticas por la gestión migratoria.

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