El Gobierno federal de Estados Unidos continúa parcialmente cerrado luego de que el Senado no lograra alcanzar un acuerdo para aprobar el presupuesto fiscal. Esta situación afecta a miles de empleados públicos, servicios federales y programas sociales, mientras las negociaciones entre demócratas y republicanos siguen estancadas.
Un nuevo año fiscal, el mismo estancamiento político
El año fiscal 2026 comenzó el pasado 1 de octubre sin que el Congreso aprobara un paquete de gasto. Aunque la Cámara de Representantes logró aprobar una propuesta temporal para mantener el funcionamiento del Gobierno, el Senado no alcanzó los votos necesarios para ratificar el plan.
Las principales diferencias entre ambas cámaras se centran en el nivel de gasto en defensa, seguridad fronteriza, educación y salud, así como en el financiamiento para programas sociales y ayuda internacional. Mientras los republicanos exigen mayores recortes presupuestarios, los demócratas insisten en proteger los fondos para programas clave.

Cierre del Gobierno deja a miles de empleados sin salario
Con el cierre en marcha, se estima que más de 800,000 empleados federales están afectados. Una parte ha sido enviada a casa sin sueldo (licencia obligatoria), mientras que otros, considerados «esenciales», deben seguir trabajando sin recibir pago hasta que se resuelva la situación.
Entre los servicios más impactados están:
-
Parques nacionales cerrados al público
-
Demoras en procesos migratorios y pasaportes
-
Suspensión de estudios científicos federales
-
Afectación parcial en la atención de oficinas del Seguro Social
Los pagos de programas como el Seguro Social, Medicare y el correo postal continúan con normalidad, ya que tienen presupuestos independientes o considerados esenciales.
Presión económica y social en aumento
Los efectos del cierre no solo se sienten dentro del Gobierno. Economistas advierten que una paralización prolongada podría afectar negativamente a la economía del país, especialmente si se prolonga más allá de octubre.
Pequeñas empresas que dependen de contratos federales, trabajadores de aeropuertos y beneficiarios de ayuda alimentaria ya están reportando retrasos y complicaciones.
Además, la incertidumbre genera preocupación en los mercados financieros y entre los ciudadanos, especialmente ante la posibilidad de una nueva crisis de deuda si no se aprueba pronto un paquete presupuestario completo.
Sin fecha clara para un acuerdo
Las negociaciones en el Senado se mantienen tensas. El líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, afirmó que seguirán trabajando “día y noche” para lograr un consenso, mientras que el líder republicano, Mitch McConnell, pidió «responsabilidad fiscal» en el gasto público.
Por ahora, no hay una fecha clara para votar un nuevo proyecto que permita reabrir por completo el Gobierno. Analistas políticos temen que el conflicto se prolongue si ambas partes no ceden en sus posturas.

