La nueva tarifa de $100,000 anuales para solicitudes de visa H-1B implementada por la administración Trump representa un obstáculo significativo para profesionales latinos que buscan oportunidades laborales en Estados Unidos. Esta medida, que entró en vigor el 21 de septiembre de 2025, afecta particularmente a trabajadores de México, Brasil y Colombia, los países latinoamericanos con mayor participación en este programa de visas especializadas.
Según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, México lidera la región con 3,335 visas H-1B aprobadas en el año fiscal 2024, representando el 0.8% del total global. Brasil ocupa el segundo lugar con 2,641 aprobaciones, seguido por Colombia con 1,646 visas otorgadas a profesionales altamente calificados. Aunque estos números pueden parecer modestos comparados con India, que concentra el 71% de las visas, el impacto proporcional en la comunidad latina es considerable.
La tarifa anterior para obtener una visa H-1B rondaba los $1,500 dólares en costos administrativos. El incremento a $100,000 representa un aumento del 6,567%, convirtiendo esta visa en prácticamente inalcanzable para la mayoría de empresas pequeñas y medianas que tradicionalmente emplean profesionales latinos. Esta diferencia abismal entre el costo anterior y el nuevo ha generado alarma en sectores que dependen de talento extranjero especializado.
Sectores más afectados en la comunidad latina
Los profesionales latinos se concentran principalmente en áreas como tecnología, ingeniería, medicina y educación. En el sector educativo, aproximadamente uno de cada ocho puestos en escuelas públicas estadounidenses está vacante o es ocupado por profesores sin certificación. Esta escasez es particularmente aguda en comunidades rurales, donde profesionales latinos han llenado vacantes críticas en matemáticas, ciencias y educación especializada.

El sector médico enfrenta desafíos similares. La Asociación Médica Estadounidense proyecta una escasez de 87,000 médicos en la próxima década. Una cuarta parte de los médicos en Estados Unidos son graduados internacionales de medicina, muchos de ellos provenientes de países latinoamericanos. Los hospitales rurales, que ya enfrentan limitaciones presupuestarias, encontrarán imposible absorber los costos adicionales de la nueva tarifa.
Las universidades estadounidenses también experimentarán un impacto significativo. Estas instituciones emplean profesores e investigadores latinos en programas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. La nueva tarifa equivale al salario anual completo de un profesor asistente en muchas universidades, lo que hace impracticable la contratación de académicos extranjeros para posiciones de nivel inicial.
Barreras económicas para empresas
La tarifa representa un desafío especial para pequeñas y medianas empresas que tradicionalmente han contratado profesionales latinos. A diferencia de las grandes corporaciones tecnológicas que pueden absorber estos costos, las empresas más pequeñas se ven obligadas a desistir del patrocinio de talento extranjero. Esta situación concentra las oportunidades laborales en unas pocas compañías multinacionales, reduciendo significativamente las opciones disponibles para trabajadores latinos.

El impacto económico es particularmente severo considerando que el salario promedio de los trabajadores H-1B nuevos fue de $94,000 en 2023. Esta cifra indica que muchos profesionales no generan ingresos suficientes para justificar la nueva tarifa desde la perspectiva del empleador, lo que limita drasticamente las posibilidades de contratación para latinos en sectores como tecnología, ingeniería y educación.
Alternativas y estrategias de adaptación
Los profesionales latinos enfrentan ahora la necesidad de explorar rutas migratorias alternativas. Entre las opciones disponibles se encuentran las visas O-1 para individuos con habilidades extraordinarias, las visas L-1 para transferencias dentro de la misma empresa, y los programas de intercambio J-1. Sin embargo, estas alternativas presentan sus propios requisitos específicos y no siempre ofrecen el mismo camino hacia la residencia permanente que proporcionaba la visa H-1B.
La medida también está impulsando el desarrollo de modelos de trabajo remoto desde países latinoamericanos. Empresas estadounidenses están considerando la contratación de profesionales mexicanos, brasileños y colombianos que trabajen desde sus países de origen, evitando así los costos asociados con el proceso de visa. Esta tendencia podría beneficiar a los profesionales que permanezcan en sus países natales, pero limita las oportunidades para quienes buscan establecerse permanentemente en Estados Unidos.
Una coalición de proveedores de atención médica, grupos religiosos y educadores presentó una demanda para detener la implementación de la tarifa. Los demandantes alegan que la medida perjudicará a hospitales, iglesias, escuelas e industrias que dependen del programa H-1B para cubrir posiciones críticas que no pueden ser llenadas por trabajadores estadounidenses.
La Casa Blanca ha establecido un sistema de exenciones caso por caso para situaciones de «interés nacional». Sin embargo, los criterios específicos para estas excepciones aún no han sido completamente definidos. Los profesionales latinos interesados en aplicar a estas exenciones deberán demostrar que su contribución es esencial para sectores críticos de la economía estadounidense, lo que añade otra capa de complejidad al proceso de inmigración laboral.
