En la ciudad de Waltham, Massachusetts, un grupo de residentes decidió organizar una patrulla vecinal contra ICE para proteger a los inmigrantes de las redadas que ejecuta el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. Esta red comunitaria no solo alerta sobre la presencia de agentes migratorios, sino que también informa a los inmigrantes sobre sus derechos y exige que los oficiales se identifiquen antes de actuar.
En medio de un incremento de arrestos y denuncias por uso excesivo de la fuerza, los integrantes de esta patrulla se han convertido en un recurso clave para la comunidad. Según datos internos de ICE, a los que tuvo acceso NBC News, más de 56.397 inmigrantes estaban detenidos al 17 de julio de 2025, y la mitad de ellos no tenía condenas ni cargos penales pendientes.
Un movimiento impulsado por la necesidad
Videos grabados en distintas ciudades muestran redadas de ICE en sectores agrícolas, bodegas, zonas residenciales e incluso espacios públicos. En estas imágenes se observa cómo los agentes detienen a personas indocumentadas, las inmovilizan en el suelo y las tratan como criminales, sin importar si tienen procesos migratorios en curso o si son trabajadores sin antecedentes.
Hay voluntarios que diariamente patrullan la zona e interactúan con los vecinos. Foto: X/@jesuslagunero
Ante este panorama, los vecinos de Waltham se unieron para crear un sistema de vigilancia comunitaria que patrulla las calles, interactúa con los residentes y comparte información en tiempo real. El objetivo es prevenir arrestos injustificados y ofrecer apoyo inmediato a quienes puedan ser blanco de estos operativos.
“Somos una red de vecinos que apoya a la comunidad, defendemos a los inmigrantes y nos aseguramos de que la gente sepa sus derechos”, explicó uno de los organizadores en declaraciones a Telemundo. Los patrulleros voluntarios utilizan radios, teléfonos móviles y redes sociales para comunicarse y coordinar acciones rápidas cuando se detecta actividad de ICE.
Cómo funciona la patrulla vecinal contra ICE
Cuando reciben un aviso de que la “migra” está operando en la zona, los voluntarios se desplazan al lugar para verificar la situación. “Si es ICE, confirmamos si los agentes tienen una orden judicial, pedimos su identificación y documentamos todo lo que hacen”, detalló un miembro de la red.
Este monitoreo ciudadano incluye la grabación de videos, la toma de fotografías y el envío de reportes a organizaciones defensoras de derechos migratorios. Además, reparten folletos informativos en varios idiomas para que los inmigrantes sepan cómo actuar en caso de un encuentro con agentes migratorios.

Fotografía del 9 de junio de 2025 de agentes de la Patrulla Fronteriza y otros agentes de detención preparando una redada migratoria, en Whittier, California (EE.UU.). EFE/ Ana Milena Varón
Las patrullas también colaboran con abogados y grupos de defensa legal, quienes ofrecen asesoría gratuita o de bajo costo para casos urgentes. Este trabajo en conjunto ha permitido que muchas personas eviten la deportación inmediata y puedan continuar con sus procesos legales.
Redes de apoyo en todo Estados Unidos
La patrulla vecinal contra ICE en Massachusetts no es un caso aislado. En varios estados existen redes similares que operan tanto de forma presencial como en línea. Algunas utilizan aplicaciones móviles para reportar la ubicación de operativos migratorios, mientras que otras funcionan como líneas de emergencia para familiares de detenidos.
El objetivo común es reducir el impacto de las redadas en la vida de las comunidades inmigrantes y ejercer presión para que las autoridades respeten el debido proceso. Organizaciones nacionales han documentado casos de arrestos en los que ICE no presentó órdenes judiciales válidas o en los que se detuvo a personas que contaban con permisos temporales.
En un contexto de mayor vigilancia y endurecimiento de las políticas migratorias bajo la actual administración, estas patrullas vecinales representan una estrategia de resistencia pacífica y organizada. Para los inmigrantes, no se trata solo de evitar una detención, sino de defender su derecho a vivir sin miedo.
 
															 
				 
											
 
								 
															