Perú amaneció con un nuevo presidente interino. José Jerí Oré, abogado y congresista de 38 años, asumió de forma inesperada la jefatura del Estado tras la destitución de Dina Boluarte en una sesión de madrugada del Congreso. Su llegada al poder marca otro episodio de inestabilidad política en el país andino, donde los cambios de mando se han vuelto recurrentes en los últimos años.
Un ascenso político inesperado
Jerí, quien hasta el jueves era presidente del Congreso, juró como mandatario en una ceremonia breve, asegurando que lo hacía «con humildad» y con el compromiso de «instalar un gobierno de transición, de empatía y de reconciliación nacional».
El congresista nació en 1986 en el distrito limeño de Jesús María, en una familia de clase media. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Federico Villarreal y obtuvo su título profesional en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Aunque sus universidades no figuran entre las más prestigiosas del país, Jerí logró abrirse paso en la política local.
Desde joven fue militante del partido derechista Somos Perú, donde ejerció diversos cargos partidarios. Intentó dos veces postularse a cargos municipales, sin éxito, antes de conseguir una curul en el Congreso a través de un golpe de suerte político.
Un congresista accesitario con suerte política
En las elecciones parlamentarias de 2021, Jerí obtuvo apenas 11.600 votos. Sin embargo, se le otorgó un escaño tras la inhabilitación del expresidente Martín Vizcarra, quien había conseguido más de 200.000 votos en la misma lista. Esa oportunidad lo llevó al Congreso y marcó el inicio de su carrera nacional.
Durante su paso por el Parlamento, presentó varias iniciativas relacionadas con seguridad ciudadana, educación, empleo y deporte, temas que, según sus allegados, buscaban acercar la política a “la gente común”.
El 26 de julio de 2025 fue elegido presidente del Congreso, una posición que le permitió catapultarse en cuestión de semanas a la Presidencia de la República, tras la destitución de Boluarte.
Perfil personal y estilo mediático
José Jerí se define como católico y “animalista”. Aunque mantiene una vida personal discreta, es activo en redes sociales, donde comparte su trabajo diario. En Instagram se presenta como “abogado y defensor de los animales”, y utiliza la plataforma para proyectar una imagen cercana.
En su primer mensaje tras asumir la presidencia, Jerí destacó: “El Perú necesita jóvenes con ideas nuevas, pero sobre todo con amor por su país”. Su tono conciliador busca aliviar el descontento social y la división política que persisten desde la salida de Pedro Castillo en 2022.
Polémicas y cuestionamientos
Pese a su reciente ascenso, Jerí no llega al poder libre de controversias. Durante su tiempo en el Congreso fue señalado por supuestos actos de corrupción relacionados con la Comisión de Presupuesto, debido a la aprobación de un proyecto con presuntos beneficios irregulares en la región de Cajamarca.
No obstante, el mayor escándalo que lo rodea es la denuncia por violación sexual presentada en enero de 2025. La investigación se archivó en agosto por falta de pruebas, pero el caso sigue generando cuestionamientos públicos sobre su idoneidad para ocupar el cargo más alto del país.
Según la denuncia, una mujer afirmó haber sido atacada en una reunión social en el distrito de Canta, en Lima, donde Jerí estuvo presente. Tras meses de diligencias, el Ministerio Público determinó que no existían evidencias suficientes para acusarlo formalmente.
El propio Jerí celebró el fallo afirmando: “Puedo decir que se ha comprobado mi completa inocencia. Nunca tuve participación directa o indirecta en los hechos denunciados”.
Críticas de organismos de derechos humanos
Pese al cierre del caso, su nombramiento fue criticado por organizaciones nacionales e internacionales. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (Cnddhh) emitió un comunicado expresando su rechazo a que una figura con antecedentes judiciales recientes llegara a la Presidencia.
“El Perú necesita liderazgos con integridad. La presidencia no puede recaer en alguien con denuncias por violación”, señaló el organismo en su mensaje, instando al Congreso a reconsiderar su elección.
Además, activistas feministas y colectivos de derechos de las mujeres convocaron manifestaciones en Lima y otras regiones del país, exigiendo transparencia en los procesos de elección de las principales autoridades del Estado.
La promesa de un gobierno transitorio
Jerí ha insistido en que su mandato será temporal y que su principal tarea será garantizar una transición ordenada y democrática. Según sus declaraciones ante el Pleno, su gabinete estará enfocado en recuperar la confianza ciudadana, reducir la polarización y encaminar al país hacia nuevas elecciones en 2026.
Aunque su futuro político es incierto, José Jerí enfrenta ahora un doble desafío: sostener la gobernabilidad en un país políticamente convulso y superar los cuestionamientos que ensombrecen su llegada al poder.
 
															 
				 
											
 
								 
															