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Colombia advierte a exmilitares: “No sean mercenarios en Sudán”

Colombia advierte a exmilitares
EFE

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, instó a los exmilitares de su país a no participar como mercenarios en el conflicto de Sudán, tras un llamado del primer ministro sudanés, Kamel Idris, para detener el envío de combatientes a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Este pronunciamiento, realizado el 17 de agosto de 2025, responde a reportes de la muerte de decenas de colombianos en Sudán, evidenciando una preocupante tendencia de exsoldados involucrados en guerras extranjeras. Con más de 300 colombianos reportados en Sudán y 500 en Ucrania, según el Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno busca frenar este fenómeno que afecta a veteranos en busca de ingresos.

Llamado urgente desde Sudán

El primer ministro Idris pidió a Colombia contribuir al fin del asedio a Al Fasher, capital de Darfur Norte, último bastión del ejército sudanés frente a las RSF. “Hago un llamado al pueblo colombiano para detener el reclutamiento de mercenarios que luchan en nuestra tierra”, afirmó Idris. Su mensaje resalta la crisis en Sudán, donde el conflicto iniciado en abril de 2023 ha dejado 61,000 muertos y 11 millones de desplazados, según la ONU. Los mercenarios colombianos, contratados a través de empresas como A4SI, habrían sido engañados con promesas de trabajos de seguridad en Emiratos Árabes Unidos, solo para ser enviados al frente de batalla sudanés.

Por lo tanto, Petro respondió enérgicamente, condenando el mercenarismo como una “trata de hombres convertidos en mercancías para matar”. En un mensaje en redes sociales, el presidente instó a los exmilitares a “luchar por la patria” y no por guerras ajenas, mientras ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores explorar opciones para repatriar a los colombianos atrapados en Sudán. “No más patrones de la muerte”, afirmó Petro, quien busca acelerar un proyecto de ley para criminalizar estas prácticas.

Mercenarios colombianos en el punto de mira

El caso cobró notoriedad tras el derribo de un avión emiratí el 7 de agosto en Nyala, Darfur Sur, donde murieron 22 mercenarios colombianos, según la televisión estatal sudanesa. El avión, que transportaba combatientes a una zona controlada por las RSF, fue atacado por el ejército sudanés. Documentos encontrados en el lugar, como el pasaporte de Christian Lombana Moncayo, un exsoldado nacido en Caldas, confirmaron la presencia de colombianos. Algunos reportes sugieren que hasta 40 compatriotas están atrapados en Sudán, enfrentando condiciones peligrosas sin apoyo.

En consecuencia, el gobierno colombiano emitió disculpas formales a Sudán. El 2 de diciembre de 2024, el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, y la embajadora en Egipto, Ann Milena, expresaron su “pesar” por la participación de ciudadanos en el conflicto, comprometiéndose a cooperar para su repatriación. Este no es un caso aislado: en Ucrania, 310 colombianos han muerto desde 2022, y dos fueron arrestados en Venezuela por su rol en el conflicto, según Murillo.

Proyecto de ley contra el mercenarismo

Para abordar esta crisis, el gobierno de Petro presentó en agosto de 2024 un proyecto de ley que busca adherirse a la Convención de la ONU de 1989 contra el reclutamiento de mercenarios. La iniciativa, que recibió estatus de urgencia, pretende castigar a las empresas que engañan a exmilitares con promesas de altos salarios, como los $3,400 mensuales ofrecidos en Sudán. Además, Petro llamó al Congreso a mejorar las condiciones de vida de los veteranos, quienes enfrentan un 45% de desempleo, según el Ministerio de Defensa, lo que los empuja a buscar oportunidades en el extranjero.

Pese a todo, el problema persiste. La experiencia de combate de los exmilitares colombianos, forjada durante el conflicto interno con las FARC, los hace atractivos para contratistas en zonas como Sudán, Ucrania y Haití. En 2021, 26 colombianos fueron arrestados por el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse, alegando que fueron engañados. La falta de oportunidades económicas y la promesa de estabilidad financiera alimentan este ciclo, que el gobierno busca romper con sanciones y reintegración social.

Reacciones y desafíos pendientes

Organizaciones como Insight Crime advierten que sin inversión en empleo para veteranos, el mercenarismo seguirá creciendo. Las familias de los soldados, como la de Lombana, enfrentan incertidumbre, recibiendo noticias de sus seres queridos a través de redes sociales o medios internacionales. Mientras Sudán enfrenta una de las peores crisis humanitarias, con 25 millones de personas necesitadas de ayuda, según la ONU, Colombia lucha por proteger a sus ciudadanos de los peligros de conflictos lejanos.

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