Trump acusa a China, Rusia y Corea del Norte de aliarse en su contra: “Esperaban que lo viera, y lo vi”.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó al líder chino, Xi Jinping, de “conspirar” contra su país junto a los mandatarios de Rusia, Vladimir Putin, y Corea del Norte, Kim Jong Un, durante un masivo desfile militar en Pekín. El evento, que conmemoró el 80º aniversario de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, mostró el poderío armamentístico chino y la unidad de tres líderes enfrentados al orden global liderado por EE.UU. “Entendí la razón por la que lo hacían, y esperaban que yo estuviera observando, y lo estaba haciendo”, dijo Trump en Washington, añadiendo que la ceremonia fue “hermosa” pero cargada de intenciones.
El desfile, celebrado en la plaza de Tiananmen, reunió a más de 50,000 espectadores y mostró drones con inteligencia artificial, misiles hipersónicos como el YJ-21 y el misil nuclear DongFeng-5C de “alcance global”. Xi, flanqueado por Putin y Kim, proclamó que “el rejuvenecimiento de China es imparable” y que el mundo enfrenta una elección entre “paz o guerra”. La imagen de los tres líderes juntos, la primera en 66 años, simbolizó un desafío directo a la hegemonía estadounidense, en un contexto de tensiones por tarifas de Trump y la guerra en Ucrania.
Trump, en un mensaje en Truth Social, expresó sarcasmo: “Les pido que transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y Kim Jong Un, mientras conspiran contra Estados Unidos”. También reprochó a Xi por no reconocer el sacrificio de soldados estadounidenses contra Japón en la Segunda Guerra Mundial, afirmando que “muchos estadounidenses murieron en la lucha de China por la victoria”. El Kremlin, por su parte, rechazó las acusaciones. Yuri Ushakov, asesor de Putin, dijo a la prensa rusa que “nadie está conspirando” y sugirió que Trump hablaba con ironía.
Una alianza en ascenso
El desfile, que incluyó 45 formaciones del Ejército Popular de Liberación y sobrevuelos de cazas, reflejó los avances militares de China, que busca rivalizar con EE.UU. en Asia. Xi destacó la necesidad de un mundo “multipolar” y criticó la “mentalidad de Guerra Fría”. La presencia de Putin y Kim, junto a los líderes de Irán, Cuba y Birmania, subrayó la consolidación de un eje autoritario. China ha fortalecido lazos con Rusia, ofreciendo un salvavidas económico ante sanciones occidentales, mientras Kim, en un raro viaje al exterior, mostró su apoyo a Moscú, que incluye tropas norcoreanas en Ucrania.
El encuentro ocurre tras la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin, donde Xi y Putin discutieron comercio bilateral y disputas arancelarias. Kim, quien llegó a Pekín en su tren blindado, busca restablecer lazos con China tras un acercamiento militar con Rusia. Esta dinámica preocupa a Washington, especialmente tras la fallida reunión de Trump con Putin en Alaska, que no logró avances para un cese al fuego en Ucrania.
Reacciones y contexto
En Washington, Trump insistió en que tiene una “muy buena” relación con Xi, Putin y Kim, pero matizó: “Descubriremos qué tan buena es en una o dos semanas”. Su retórica refleja tensiones crecientes, ya que su política de “América Primero” y tarifas agresivas han alejado a aliados tradicionales y fortalecido la narrativa china de un orden global alternativo. En Taiwán, funcionarios criticaron a Pekín por distorsionar su rol en la Segunda Guerra Mundial, alegando que el Partido Comunista Chino tuvo un papel secundario frente a los nacionalistas.
El desfile, con un costo estimado de $5,000 millones según Taiwán, también mostró nuevas ramas del ejército chino dedicadas al ciberespacio y la guerra informativa, señalando una modernización militar que inquieta a Occidente. La ausencia de líderes de EE.UU. y Europa Occidental, salvo los primeros ministros de Eslovaquia y Serbia, resaltó el aislamiento de este bloque frente a la creciente influencia china en el Sur Global.
Implicaciones globales
El evento en Pekín no solo fue una exhibición militar, sino un mensaje político. Xi busca posicionar a China como líder de un mundo multipolar, aprovechando las políticas aislacionistas de Trump. La presencia de Kim y Putin refuerza esta narrativa, mientras Washington enfrenta desafíos para mantener su influencia. El desfile, con su despliegue de misiles nucleares y drones, también envía una advertencia a Taiwán y sus aliados, en medio de tensiones en el Estrecho.
Mientras Trump observa desde lejos, la unidad de Xi, Putin y Kim en Tiananmen marca un momento clave en la reconfiguración del orden global. La pregunta ahora es si las acusaciones de Trump escalarán las tensiones o si buscará un acercamiento con Xi, como sugirió al mencionar futuras conversaciones. Por ahora, el mundo sigue atento a esta pugna entre potencias.

