Un operativo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) desencadenó caos y protestas este jueves en Chinatown, uno de los barrios más emblemáticos de Manhattan. Agentes federales llevaron a cabo una redada contra vendedores ambulantes en la transitada Canal Street, donde se registraron enfrentamientos con manifestantes que rechazaban los arrestos.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el operativo formó parte de una investigación sobre “actividad delictiva vinculada con la venta de productos falsificados”. Durante la acción, las autoridades informaron la detención de nueve personas, algunas con antecedentes por delitos como robo, falsificación, agresión a agentes, tráfico y posesión de drogas.
El operativo generó una respuesta inmediata entre residentes y comerciantes locales, muchos de ellos inmigrantes, quienes denunciaron un uso desproporcionado de la fuerza y la falta de claridad sobre los motivos de las detenciones.
Enfrentamientos entre vecinos y agentes
Testigos aseguraron que el operativo comenzó cerca del mediodía, justo cuando decenas de vendedores montaban sus puestos en plena calle. Los agentes del ICE, apoyados por la policía local, bloquearon varios accesos de Canal Street y ordenaron el cierre de negocios mientras realizaban los arrestos.
Poco después, grupos de manifestantes rodearon a los oficiales al grito de “¡Déjenlos trabajar!” y “¡Nadie es ilegal!”. Videos difundidos por transeúntes mostraron momentos de tensión, empujones y el uso de gas pimienta para dispersar a la multitud. En medio del caos, varios peatones huyeron mientras otros intentaban auxiliar a los detenidos.
El DHS confirmó que “a pesar de los violentos alborotadores que obstruyeron la labor de las fuerzas del orden, nueve inmigrantes ilegales delincuentes fueron arrestados”. Según el comunicado, los objetivos del operativo estaban bajo investigación previa y eran señalados por reincidencia en delitos graves.
Clima de tensión y mensajes de auxilio
La redada provocó indignación en distintos sectores de Nueva York. En las horas posteriores al operativo, aparecieron decenas de volantes y carteles en el vecindario con mensajes de advertencia a los residentes. Los folletos instaban a las personas a trasladarse a espacios no públicos —como iglesias, oficinas o viviendas privadas— en caso de temer una detención.
Los textos también recordaban que los agentes federales necesitan una orden judicial válida para ingresar a una propiedad privada. Además, incluían el número de una línea de ayuda operada por defensores de inmigrantes para brindar asesoramiento legal y acompañamiento durante redadas.
Organizaciones comunitarias como el Asian American Legal Defense Fund y Make the Road New York denunciaron el operativo como parte de un “patrón de intimidación” hacia los inmigrantes y exigieron la intervención de la fiscal general del estado, Letitia James, para investigar posibles excesos.
Autoridades justifican el operativo
Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional defendió el actuar del ICE. En una declaración escrita, la agencia explicó que el operativo se desarrolló “de manera planificada y conforme a la ley federal”, y que su única intención era desmantelar redes dedicadas a la venta de productos falsificados.
Un portavoz del DHS afirmó que “los arrestos se llevaron a cabo de manera profesional” y que las denuncias sobre uso excesivo de la fuerza “carecen de fundamento”. Sin embargo, los videos registrados por comerciantes muestran imágenes de agentes empujando a varios manifestantes y confiscando cajas de mercancías mientras los vendedores intentaban desmontar sus puestos.
El incidente ocurre en un contexto de incremento de las operaciones migratorias en Nueva York, impulsadas por la Administración del presidente Donald Trump. En los últimos meses, agentes del ICE han intensificado los controles en estaciones de metro, vecindarios de alta densidad migrante y zonas comerciales con presencia de vendedores ambulantes indocumentados.
Chinatown bajo vigilancia
Los habitantes de Chinatown relataron que, desde comienzos de octubre, la presencia de agentes federales ha aumentado en el área. Algunos comerciantes aseguraron que los oficiales recorren la zona casi a diario con el pretexto de combatir el comercio ilegal.
“No somos criminales, solo tratamos de ganarnos la vida”, lamentó Ling Zhao, vendedora de bolsos y accesorios. Otros vecinos advirtieron que temen nuevas redadas y evalúan cerrar sus negocios temporalmente. “Estamos asustados, nadie sabe si van a volver”, dijo un comerciante de la zona.
El gobierno municipal de Nueva York aún no ha emitido un pronunciamiento formal sobre la redada, aunque funcionarios locales indicaron que revisan las denuncias presentadas por grupos comunitarios y abogados defensores.
Entre tanto, las calles de Canal Street amanecieron el viernes con menos vendedores y una fuerte presencia policial. Los carteles distribuidos por activistas recordaban el mensaje que ahora se repite en el barrio: “Conozca sus derechos ante ICE”.
