Un niño de 10 años está en estado crítico tras recibir un disparo en Houston, Texas, el sábado 30 de agosto de 2025, mientras participaba en una broma viral conocida como “Door Kicking Challenge”. El incidente, ocurrido en Membrough Street alrededor de las 10:55 p.m., ha generado alarma sobre los peligros de esta tendencia que se propaga en TikTok, donde jóvenes golpean puertas y huyen. La policía de Houston detuvo al vecino involucrado, pero aún no se han presentado cargos, mientras la comunidad exige medidas para frenar estas bromas peligrosas.
Un juego que terminó en tragedia
El niño, acompañado de amigos, estaba participando en una broma que consistía en tocar puertas y escapar, una práctica popularizada en redes sociales. Según Shay Awosiyan, portavoz del Departamento de Policía de Houston, el menor fue baleado por un vecino que reaccionó al disturbio. “Un niño de 10 años estaba tocando puertas y huyendo cuando alguien disparó”, explicó. El menor fue atendido por el Departamento de Bomberos de Houston en el lugar y trasladado de urgencia a un hospital, donde permanece en estado crítico.
Por lo tanto, el incidente ha encendido las alarmas sobre las consecuencias de estas bromas. El vecino, cuya identidad no ha sido revelada, fue detenido para ser interrogado. Las autoridades aún investigan si el disparo fue intencional o una reacción impulsiva, pero el caso ha puesto el foco en la creciente violencia vinculada a esta tendencia viral.
El auge del “Door Kicking Challenge”
El “Door Kicking Challenge” es una variación moderna del clásico “Ding Dong Ditch”, donde los participantes graban videos pateando o golpeando puertas antes de huir y los publican en TikTok. En 2025, esta práctica ha generado más de 2 millones de videos en la plataforma, según estimaciones, atrayendo a jóvenes en busca de popularidad en línea. Sin embargo, las consecuencias han sido graves. En julio, en Frisco, Texas, un hombre de 58 años disparó contra un vehículo tras ser víctima de la broma, lo que resultó en su arresto por agresión agravada.
De esta forma, los departamentos de policía han intensificado sus advertencias. En Chandler, Arizona, las autoridades reportaron en junio que un grupo de jóvenes acosó una misma casa 18 veces, obligando al propietario a mudarse. “Estas ‘bromas’ pueden ser confundidas con intentos de allanamiento, lo que lleva a reacciones peligrosas”, afirmó la policía de Fort Worth en mayo, tras un aumento de incidentes similares.
Advertencias y medidas de prevención
Las autoridades están instando a los padres a supervisar las actividades en línea de sus hijos. El Departamento de Policía de Chandler emitió un comunicado dirigido a las familias: “Estas acciones pueden derivar en cargos por daños criminales, alteración del orden público o acoso”. En Houston, donde el 22% de las llamadas al 911 en 2024 estuvieron relacionadas con disturbios juveniles, la policía planea aumentar patrullajes en vecindarios residenciales para prevenir más incidentes.
Además, los expertos en seguridad recomiendan a los propietarios mantener la calma ante estas bromas y reportarlas a las autoridades en lugar de reaccionar con violencia. “Un disparo puede cambiar vidas para siempre, como vemos en este caso”, señaló un portavoz de la Asociación Nacional de Seguridad Comunitaria. En 2024, se reportaron al menos 15 incidentes violentos relacionados con el “Door Kicking Challenge” en EE.UU., incluyendo agresiones y enfrentamientos físicos.
Impacto en la comunidad de Houston
El incidente ha conmocionado a los residentes de Membrough Street, un área tranquila donde las familias suelen sentirse seguras. Vecinos han expresado su preocupación en redes sociales, exigiendo mayor control sobre las tendencias virales. Pese a todo, algunos defienden al vecino involucrado, argumentando que actuó por miedo a un posible robo. Mientras el niño lucha por su vida, la comunidad organiza vigilias y una campaña de recolección de fondos para apoyar a la familia, que ha recaudado más de $10,000 hasta el 2 de septiembre.
Las autoridades de Houston planean reunirse con líderes comunitarios para abordar el impacto de las redes sociales en la seguridad pública. Mientras tanto, el caso sirve como un recordatorio de los riesgos de las bromas virales y la necesidad de educar a los jóvenes sobre sus consecuencias.
