Un video viral captó el momento en que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvieron por la fuerza a Dayanne Figueroa, ciudadana estadounidense, tras un choque vehicular en Chicago el pasado 10 de octubre. La intervención federal, que incluyó armas desenfundadas y la inmovilización de la conductora, abrió el debate público sobre los métodos utilizados por las autoridades migratorias en operativos recientes.
En las imágenes se observa cómo un vehículo de ICE colisiona contra el auto de Figueroa. Acto seguido, varios agentes enmascarados descienden y la encañonan antes de sacarla por la fuerza y tirarla al suelo para esposarla. Decenas de testigos presenciaron el incidente y cuestionaron la agresividad del procedimiento.
La versión de la afectada y la respuesta oficial
Según relató Dayanne Figueroa al Chicago Tribune, los agentes la mantuvieron detenida por siete horas y luego la liberaron sin presentar cargos. “Estaba en estado de shock y aterrorizada. Las pruebas en vídeo son claras: los agentes me atropellaron. No estaba involucrada en ninguna protesta ni actividad relacionada y buscaré justicia”, aseguró la mujer, quien ya estudia acciones legales por el trato recibido.
Para las autoridades federales, Figueroa protagonizó un incidente distinto. El Departamento de Seguridad sostuvo que ella chocó contra un vehículo oficial sin distintivos y se resistió violentamente al arresto, hiriendo a dos agentes. El comunicado oficial alega que el operativo correspondía a un protocolo estándar y recalca la supuesta resistencia de la implicada.
Daniel Hogan, testigo y autor del video, sostiene otra versión: “Ella no hizo nada malo. Nunca le informaron por qué la detenían. La abordaron a punta de pistola y quedó traumatizada”.
Aumentan las redadas y protestas en Chicago
El episodio ocurre en un contexto de crecientes redadas de ICE en Chicago, principalmente en barrios de alta concentración inmigrante. De acuerdo con The New York Times, el número de operativos federales ha aumentado desde octubre, generando angustia y protestas entre la comunidad local, cuya relación con las autoridades se ha deteriorado gravemente.
Las tensiones en la ciudad se intensificaron con el despliegue de la Guardia Nacional, ordenado por el presidente Donald Trump. Las críticas apuntan a la creciente militarización de la seguridad pública y a la falta de protocolos claros para diferenciar a ciudadanos estadounidenses de personas en situación migratoria irregular.
Seguridad pública y discurso oficial
Mientras organizaciones civiles denuncian el uso excesivo de la fuerza, la Casa Blanca insiste en que las acciones federales buscan restaurar la seguridad en las ciudades donde, según sus declaraciones, la inseguridad ha alcanzado niveles críticos. “Vamos a garantizar la total seguridad. Será muy seguro, muy pronto. Y vamos a hacer eso con todas nuestras ciudades que están en problemas”, afirmó Trump el pasado 28 de octubre.
El presidente mencionó también la violencia reciente en la ciudad: “En Chicago, hace dos semanas, cuatro personas fueron asesinadas, 11 personas resultaron heridas de bala. Este fin de semana fue peor aún. Y luego tenemos un gobernador que dice que todo está bien. No es cierto”.
Mientras tanto, la policía local y las autoridades federales mantienen operativos conjuntos, aunque las presiones políticas y sociales continúan. La familia de Figueroa y organizaciones defensoras de derechos civiles exigen transparencia e investigaciones imparciales sobre los procedimientos de ICE. El caso se suma a una larga lista de incidentes que mantienen en vilo a la comunidad migrante y a toda la ciudad de Chicago.
