El fiscal general de Texas, Ken Paxton, intensificó este martes la batalla política en el estado al anunciar una demanda para declarar vacantes los escaños de unos 50 legisladores demócratas que abandonaron Texas para bloquear la aprobación de un nuevo mapa electoral. La propuesta, respaldada por el presidente Donald Trump, busca redibujar los distritos para favorecer a los republicanos, generando una controversia que pone en riesgo la representación política en el estado.
Un boicot para frenar el rediseño electoral
El domingo, decenas de legisladores demócratas de la Cámara de Representantes de Texas salieron del estado rumbo a Washington, D.C., con el objetivo de impedir el quórum necesario para sesionar. La maniobra busca detener un plan republicano que reconfigura los distritos electorales fuera del ciclo habitual de redistribución, que ocurre cada 10 años tras el censo. Este rediseño, según críticos, apunta a debilitar distritos demócratas clave, como los representados por Henry Cuéllar y Vicente González en el sur de Texas, y eliminar el distrito del progresista Greg Casar en Austin.
Por su parte, los republicanos defienden la iniciativa como una forma de consolidar su control en la Cámara Baja federal, donde Texas tiene 38 escaños. Actualmente, el partido controla 25, pero el nuevo mapa podría otorgarles hasta 30, según proyecciones. La propuesta ha sido promovida por Trump, quien ha instado a los republicanos a asegurar una mayoría sólida antes de las elecciones intermedias de 2026.
La respuesta de Ken Paxton
En un comunicado emitido el martes, Paxton calificó la ausencia de los demócratas como un “incumplimiento de su deber” y advirtió que presentará una demanda para declarar sus escaños vacantes si no regresan antes del viernes. “Los legisladores que huyen de Texas están abandonando sus cargos y a los tejanos que los eligieron”, afirmó. La Constitución de Texas requiere la presencia de dos tercios de los legisladores para sesionar, una regla que los demócratas han aprovechado para paralizar el proceso legislativo.
Además, el gobernador Greg Abbott, también republicano, ordenó el lunes la detención de los legisladores ausentes, acusándolos de abandonar sus responsabilidades. En 2021, un boicot similar por parte de los demócratas en oposición a leyes electorales llevó a la aprobación de multas de 500 dólares diarios para quienes rompan el quórum, una medida que ahora podría aplicarse nuevamente.
Un debate con raíces históricas
El enfrentamiento no es nuevo en Texas, donde el gerrymandering ha sido una práctica recurrente. En 2003, los demócratas también abandonaron el estado para bloquear un rediseño electoral, aunque finalmente los republicanos lograron aprobarlo. Este año, la estrategia de los demócratas busca ganar tiempo mientras apelan a la opinión pública y posibles desafíos legales. Según una encuesta reciente, el 58% de los tejanos desaprueba la redistribución de distritos fuera del ciclo decenal, especialmente en comunidades latinas, que representan el 40% de la población del estado y podrían ver diluida su representación.
Por otro lado, los republicanos argumentan que el rediseño es necesario para reflejar cambios demográficos y garantizar una representación “equitativa”. Sin embargo, críticos señalan que el mapa favorece a los republicanos al concentrar votantes demócratas en menos distritos, reduciendo su influencia en el Congreso.
Reacciones y próximos pasos
Los legisladores demócratas, liderados por figuras como el representante Chris Turner, han prometido permanecer fuera del estado hasta que expire la sesión legislativa especial, programada para finales de agosto. “No permitiremos que se manipulen los distritos para silenciar a los votantes”, afirmó Turner en un comunicado. Mientras tanto, organizaciones de derechos civiles están preparando demandas contra el mapa, argumentando que viola la Ley de Derechos Electorales al discriminar a comunidades minoritarias.
El conflicto en Texas ha captado la atención nacional, con implicaciones para el equilibrio de poder en Washington. Mientras Paxton y Abbott presionan por medidas drásticas, los demócratas buscan apoyo federal para proteger la representación en un estado clave para el futuro político del país.
