Las autoridades de salud en Mississippi declararon una emergencia de salud pública tras revelarse un alarmante aumento en las muertes infantiles, lo que ha provocado que el estado registre la tasa más alta de mortalidad infantil en más de una década.
En 2024 se registraron 9.7 muertes por cada 1,000 nacimientos vivos en Mississippi, casi el doble del promedio nacional más reciente de 5.5, según el Departamento de Salud estatal. Desde 2014, más de 3,500 bebés han muerto antes de cumplir un año en este estado, lo que evidencia un problema estructural de salud pública.
Muertes infantiles en Mississippi y sus principales causas
Los expertos señalan que las principales causas de muertes infantiles en Mississippi incluyen malformaciones congénitas, nacimientos prematuros, bajo peso al nacer y el síndrome de muerte súbita del lactante.
El funcionario de Salud del estado, Dr. Dan Edney, expresó que “demasiadas familias en Mississippi están perdiendo a sus bebés antes de su primer cumpleaños” y remarcó que estos números no pueden aceptarse como una realidad permanente.
Los expertos señalan que las principales causas de muertes infantiles en Mississippi incluyen malformaciones congénitas, nacimientos prematuros. Foto: X/@MarioNawfal
Las cifras también reflejan una disparidad racial preocupante: los bebés afroamericanos en Mississippi mueren al doble de la tasa de los bebés blancos. En 2024, hubo 15.2 muertes de bebés negros por cada 1,000 nacimientos, frente a 5.8 por cada 1,000 en bebés blancos. Esta brecha reproduce la tendencia nacional de que los bebés afroamericanos presentan la mayor tasa de mortalidad en comparación con otros grupos.
Emergencia en Mississippi y las medidas de respuesta
La declaración de emergencia busca acelerar acciones para frenar el incremento de muertes infantiles. El plan del Departamento de Salud de Mississippi incluye expandir los servicios prenatales en zonas rurales sin médicos obstetras, reforzar programas comunitarios de salud y atender las deficiencias en la atención materna en hospitales y proveedores de salud.
Estas medidas intentan enfrentar una crisis que afecta de manera desproporcionada a las comunidades más pobres y a las familias afroamericanas, donde las barreras de acceso a la atención médica son más fuertes.
El impacto de Medicaid y las políticas federales
Las dificultades se agravan con los recientes cambios en Medicaid impulsados bajo el mandato del presidente Donald Trump con la ley conocida como “Big, Beautiful Bill”. Casi seis de cada diez nacimientos en Mississippi son financiados por Medicaid, según datos de KFF. Sin embargo, los recortes federales aprobados en la nueva legislación reducirán más de 155 mil millones de dólares en gasto de Medicaid en áreas rurales durante la próxima década, lo que golpeará directamente a un estado con altos niveles de pobreza y dependencia de este programa.
Las cifras también reflejan una disparidad racial preocupante: los bebés afroamericanos en Mississippi mueren al doble de la tasa de los bebés blancos. Foto: X/@DavidBarbelo
En comunidades rurales, donde la atención médica ya es limitada, la reducción de fondos amenaza con profundizar las desigualdades y limitar aún más la cobertura para madres e infantes en riesgo.
Restricciones al aborto y su relación con las muertes infantiles
Un estudio publicado en la revista médica JAMA evidenció que los estados que aplicaron prohibiciones o fuertes restricciones al aborto tras la anulación de Roe v. Wade registraron un aumento en la mortalidad infantil.
En 14 estados donde los abortos quedaron prohibidos o limitados después de seis semanas de embarazo, se estimaron 478 muertes infantiles adicionales que no se habrían producido sin estas restricciones. En esos estados, la tasa de mortalidad infantil se elevó a 6.26 por cada 1,000 nacimientos, en lugar del promedio esperado de 5.93.
Mississippi se encuentra entre los estados con las restricciones más duras: prohibió todos los abortos salvo en casos de violación, incesto o cuando la vida de la madre esté en peligro. La combinación de estas restricciones con los recortes en Medicaid plantea un escenario particularmente crítico para madres y recién nacidos.
Una crisis que requiere acción urgente
La emergencia en Mississippi revela cómo factores estructurales como la pobreza, las disparidades raciales, las limitaciones en el acceso a servicios médicos y las políticas federales pueden agravar la mortalidad infantil. Las autoridades estatales esperan que con esta declaración se aceleren intervenciones que protejan a las familias más vulnerables. Sin embargo, la efectividad de estas medidas dependerá también de cómo se implementen las políticas nacionales que afectan directamente a la cobertura médica de las madres y los bebés en este estado.
