La relación entre Washington y Bogotá atraviesa uno de sus momentos más tensos de los últimos años. Este miércoles, la Casa Blanca exigió al presidente de Colombia, Gustavo Petro, que se retracte públicamente de sus declaraciones sobre el bombardeo de una embarcación en el Caribe, hecho que el mandatario colombiano atribuyó a Estados Unidos.
“Estados Unidos espera que el presidente Petro se retracte públicamente de su declaración infundada y reprochable, para que podamos volver a un diálogo productivo, centrado en construir un futuro fuerte y próspero para los pueblos de Estados Unidos y Colombia”, señaló un portavoz del gobierno estadounidense.
Estas afirmaciones fueron entregadas al periodista colombiano Juan Camilo Merlano y confirman que el Gobierno de Donald Trump considera las palabras del mandatario sudamericano como un ataque injustificado y potencialmente dañino para la cooperación bilateral.
Petro acusa a Estados Unidos por ataque en el Caribe
Horas antes, el presidente Petro había denunciado públicamente que la última lancha bombardeada por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el Caribe tendría matrícula colombiana y que en ella habrían fallecido ciudadanos de su país. Según el mandatario, el hecho forma parte de una escalada militar encubierta con fines geopolíticos.
“Indicios muestran que la última lancha bombardeada era colombiana, con ciudadanos colombianos en su interior. Espero que aparezcan sus familias y denuncien. La agresión es contra toda América Latina y el Caribe”, aseguró Petro a través de su cuenta en la red social X.
El líder colombiano añadió que mantiene reuniones con varios gobiernos europeos para analizar la crisis y afirmó que “se ha abierto un nuevo escenario de guerra” en la región. Sus declaraciones se suman a las críticas de sectores políticos que rechazan la operación estadounidense en el Caribe, donde, según Washington, se desarrolla una ofensiva contra estructuras del narcotráfico.
La polémica con el secretario de Defensa de EE. UU.
Las declaraciones de Petro llegaron poco después de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmara un nuevo ataque marítimo en el Caribe contra lo que describió como un “buque narcotraficante afiliado a organizaciones terroristas designadas”. En su comunicado, el funcionario explicó que la acción se llevó a cabo bajo órdenes directas del presidente Trump.
“Dirigí un ataque letal y cinético contra un buque narcotraficante en el área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos. Cuatro narcoterroristas a bordo murieron y ningún miembro de nuestras fuerzas resultó herido”, detalló Hegseth.
Tras esa declaración, Petro arremetió contra las operaciones estadounidenses, acusando a la administración Trump de violar el derecho internacional y de poner en riesgo la estabilidad del continente. Para el mandatario colombiano, estas operaciones no tienen sustento jurídico y responden a intereses petroleros en la región.
Reacciones en Estados Unidos y el Congreso
Las palabras de Petro coincidieron con un creciente debate en el Congreso estadounidense. El senador demócrata Adam Schiff afirmó en X que buscará impulsar una votación para “bloquear el uso de las Fuerzas Armadas de Trump” en operaciones de combate no autorizadas por el Congreso.
El mensaje fue compartido por Petro, quien replicó: “El senador Adam Schiff está en lo correcto. Ahora me encuentro en reunión con gobiernos europeos y diré lo mismo. Se ha abierto un nuevo escenario de guerra: el Caribe”.
Pese al respaldo implícito de algunos sectores demócratas a su denuncia, las autoridades estadounidenses insisten en que las acusaciones del presidente colombiano carecen de fundamento. Según fuentes del Departamento de Estado, los bombardeos se concentran en embarcaciones sospechosas de tráfico ilícito y no involucran a civiles o embarcaciones registradas en Colombia.
Un nuevo choque en la relación bilateral
El episodio añade una nueva capa de tensión a la relación diplomática entre ambos países, tradicionalmente aliados en materia de seguridad regional y lucha antidrogas. Washington ha expresado preocupación por los recientes acercamientos de Petro a gobiernos como el de Venezuela y por sus críticas a la política exterior de Estados Unidos en América Latina.
Por su parte, el presidente colombiano mantiene su postura y asegura que insistirá ante organismos internacionales para evitar “una escalada militar en el Caribe”. En tanto, el Gobierno estadounidense espera una rectificación oficial que permita retomar la cooperación, aunque fuentes diplomáticas admiten que la confianza entre ambas administraciones se ha visto seriamente afectada.
