La tensión en Chicago alcanzó un nuevo punto crítico después de que agentes federales detuvieran a dos estudiantes de secundaria durante una protesta en el vecindario de Little Village, un área con fuerte presencia latina. Las manifestaciones, que comenzaron como un reclamo contra las políticas de deportación masiva impulsadas por el presidente Donald Trump, se tornaron violentas cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la Patrulla Fronteriza intervinieron para dispersar a la multitud.
Arrestos y denuncias de abuso policial
Los dos estudiantes fueron arrestados el jueves cuando se dirigían a la escuela Benito Juárez Community Academy, según confirmaron testigos y autoridades locales. Uno de ellos fue liberado en el lugar, mientras que el segundo permaneció detenido varias horas antes de recuperar su libertad.
El concejal Byron Sigcho-López, quien ofreció una conferencia de prensa frente a la secundaria, condenó los hechos. “Esto ni siquiera se trata de inmigración, sino de aplastar la disidencia”, afirmó. Agregó que los adolescentes fueron golpeados y llevaban marcas visibles de violencia. “Uno de ellos tenía sangre en el rostro luego de ser arrastrado por agentes enmascarados”, denunció.
Siete personas, incluidos dos empleados del concejal Michael Rodríguez, fueron detenidas en La Villita y Cicero, pero quedaron en libertad al día siguiente.
Profesores indignados y apoyo comunitario
La maestra Liz Winfield, integrante del Sindicato de Maestros de Chicago, expresó su frustración ante la situación. “Marqué como ausente a uno de mis alumnos, no porque estuviera enfermo o llegara tarde. Fue porque ICE lo detuvo camino a la escuela”, contó.
Winfield criticó el uso de fuerza desproporcionada y señaló el impacto psicológico que los estudiantes están viviendo. “Deberían preocuparse por sus calificaciones o el baile escolar, no por ser arrestados camino a clases. Es indignante”, lamentó.
Varias organizaciones civiles de Chicago, entre ellas la ACLU estatal, ofrecieron asistencia legal a los jóvenes detenidos durante las protestas recientes. Además, convocaron nuevas protestas en rechazo al uso de agentes federales contra menores de edad.
Uso de gases lacrimógenos y violaciones judiciales
Un video muestra al jefe de la Patrulla Fronteriza, Greg Bovino, lanzando gases lacrimógenos contra los manifestantes, lo que desató una fuerte polémica. Según abogados de derechos civiles, esta acción viola una orden judicial federal que prohíbe el uso indiscriminado de armas antidisturbios durante protestas sin advertencia previa.
“Bovino simplemente está ignorando lo que dictó el tribunal”, aseguraron representantes de los manifestantes en un escrito presentado ante la jueza Sara Ellis, quien deberá decidir si abre una investigación por desacato.
La secretaria adjunta del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, defendió el uso de la fuerza y afirmó que los manifestantes atacaron a los agentes con piedras y fuegos artificiales. Según su versión, “el uso de municiones químicas se llevó a cabo conforme a las políticas de seguridad y fue necesario para proteger al público y a los oficiales”.
Escalada de confrontaciones en Little Village
Las protestas del jueves fueron el segundo día consecutivo de enfrentamientos en La Villita. El barrio, ubicado al suroeste de Chicago, se ha convertido en uno de los principales escenarios de resistencia a la agenda migratoria del presidente Trump. Las mismas escenas de confusión y violencia se repitieron el miércoles, cuando los agentes ingresaron a la zona sin órdenes judiciales, lo que desató el rechazo inmediato de los vecinos.
“Los residentes estaban aterrorizados. Los agentes irrumpieron en los negocios y detuvieron personas al azar”, denunció Sigcho-López. La comunidad acusa a las autoridades federales de actuar bajo un patrón de racialización y hostigamiento, en especial hacia los migrantes mexicanos.
Una demanda reciente presentada por la ACLU sostiene que los agentes dispararon balas de goma y granadas de aturdimiento sin previo aviso, causando heridas graves a manifestantes y periodistas. Los abogados aseguran que varios detenidos permanecieron incomunicados en instalaciones de ICE durante horas.
Autoridades locales piden detener los operativos
La Junta Escolar de Chicago pidió evaluar el retorno temporal a clases virtuales para resguardar a los estudiantes ante redadas cerca de los centros educativos. No obstante, el sistema de Escuelas Públicas de Chicago indicó que no puede aplicar esa medida sin una declaración de emergencia por parte del gobernador J. B. Pritzker.
Mientras tanto, el gobierno federal mantiene desplegados cientos de agentes y miembros de la Guardia Nacional en Illinois, aunque un juez federal bloqueó parcialmente la medida hasta que se resuelva una demanda multilateral presentada por varios estados.
La senadora estatal Celina Villanueva condenó la actuación de los agentes durante las manifestaciones. “Lo que vimos hoy es una continuación del fascismo que Donald Trump y sus aliados intentan imponer en todo el país”, dijo visiblemente molesta.
En Chicago, organizaciones defensoras de derechos humanos advirtieron que la represión y las detenciones ilegales solo aumentarán la desconfianza entre los inmigrantes, quienes temen que las redadas se intensifiquen en los próximos días.
