El enfrentamiento entre el presidente Donald Trump y el gobernador de California, Gavin Newsom, ha escalado en las últimas semanas, avivando tensiones políticas de cara a las elecciones legislativas de 2026. El foco del conflicto radica en las acusaciones de Newsom, quien sostiene que Trump intenta manipular los comicios mediante cambios en los sistemas de votación y la redistritación en estados clave como Texas. Este cruce, marcado por duros intercambios en redes sociales, refleja una batalla más amplia sobre el futuro de la democracia en EE.UU., con California posicionándose como un bastión de resistencia.
Trump apunta contra el voto por correo
El 14 de agosto de 2025, Trump utilizó su plataforma Truth Social para lanzar una crítica contundente al sistema electoral estadounidense. En un extenso mensaje, el presidente calificó el voto por correo como un “engaño” que beneficia a los demócratas, citando supuestas irregularidades en las elecciones de 2024, aunque no presentó pruebas verificables. Según el Brennan Center, el voto por correo representó el 46% de los sufragios en 2024, con tasas de fraude inferiores al 0.0003%. Trump también anunció planes para emitir una orden ejecutiva que reemplace las máquinas de votación electrónicas por boletas de papel con marcas de agua, una medida que, según expertos, podría complicar la logística electoral.
Por su parte, Trump argumentó que estas reformas garantizarían “elecciones justas y transparentes”. Sin embargo, la propuesta ha generado críticas de organizaciones como la ACLU, que advierten que eliminar el voto por correo podría reducir la participación de votantes latinos y afroamericanos, quienes representaron el 32% de los votos por correo en 2024, según el Pew Research Center.
La respuesta de Newsom desde California
Horas después, Newsom respondió en X con un mensaje directo: “Trump sabe que va a perder en 2026. Su plan para manipular escaños en el Congreso será contraproducente, gracias a California. Ahora, clama por otras formas de manipular los resultados. Este hombre apesta a desesperación”. El gobernador, que ha emergido como una figura clave de oposición, acusó a Trump de orquestar un “asalto a la democracia” mediante maniobras en estados liderados por republicanos. En 2025, California aprobó $25 millones para un fondo legal contra las políticas de Trump, según el Departamento de Justicia estatal.
Además, Newsom presentó el 14 de agosto la Election Rigging Response Act, una propuesta de enmienda constitucional que busca contrarrestar los esfuerzos de redistritación en Texas. Esta iniciativa, que se someterá a votación en noviembre, permitiría a California redibujar sus distritos congresionales para neutralizar las ganancias republicanas, potencialmente asegurando cinco escaños demócratas adicionales, según un análisis de la Universidad de Stanford. En Texas, los demócratas han bloqueado la redistritación al ausentarse de sesiones legislativas, impidiendo el quórum necesario, según reportes locales.
Un pulso político con ecos nacionales
Pese a todo, la estrategia de Newsom no está exenta de críticas. Líderes republicanos, como el presidente de la Cámara, Mike Johnson, han calificado la propuesta de California como “teatro político” que podría socavar la confianza en el sistema electoral. En 2024, el 52% de los votantes republicanos expresó dudas sobre la integridad de las elecciones, según Gallup. Por otro lado, la postura de Newsom ha ganado apoyo entre demócratas, con 68% de aprobación en California, según una encuesta de UC Berkeley de agosto de 2025.
En este contexto, el enfrentamiento entre Trump y Newsom resalta las profundas divisiones políticas antes de las elecciones de 2026, donde los demócratas necesitan ganar solo tres escaños para recuperar la Cámara de Representantes. Mientras California se prepara para su votación especial, las acusaciones de manipulación electoral y las reformas propuestas por Trump seguirán alimentando un debate que podría definir el rumbo político del país.
