La FIFA salió al paso de las críticas que surgieron tras la publicación de los precios de las entradas para el Mundial 2026, cuestionados por ser excesivamente altos por parte de varios grupos de aficionados. El modelo de precios anunciado para la Copa Mundial, que se celebrará conjuntamente en Estados Unidos, Canadá y México, contempla un sistema variable que ajusta los costos según la demanda, lo que ha generado preocupación entre quienes planean asistir al evento.
El organismo aseguró que su estrategia busca garantizar un acceso equitativo al torneo para aficionados actuales y futuros. Los boletos para la fase de grupos tendrán un precio inicial competitivo, desde 60 dólares, y la FIFA mantiene reservas de entradas a precios fijos para ciertas categorías de seguidores. Además, la plataforma oficial de reventa brindará un canal seguro para comprar y vender boletos, conforme a la legislación estadounidense, evitando fraudes y abusos en el mercado secundario.
Debate y tensión por los costos
Pese a la justificación de la FIFA, las quejas no han cesado. Asociaciones como la de aficionados de Inglaterra calificaron los precios de «pasmosos» y «surrealistas», especialmente los boletos para la final, cuyos costos pueden ir entre 2,030 y 6,730 dólares, siendo estos los más caros en la historia de cualquier evento deportivo. Muchos consideran que estos precios hacen inaccesible la experiencia para gran parte del público, puesto que sumar entradas desde la ronda inicial hasta la final superaría ampliamente los costos de ediciones anteriores, sin contar gastos adicionales de viaje y alojamiento.

El debate continúa abierto respecto a la política de precios variables, que incluye un elemento humano para ajustar los costos y no depende solamente de algoritmos automáticos, con la intención de evitar aumentos desmedidos. Sin embargo, la percepción general es que el Mundial 2026 será el más caro en términos de acceso para los seguidores, causando malestar en distintas regiones que exigen mayor claridad y accesibilidad a la FIFA.
Reinversión y futuro
La FIFA remarca que los ingresos obtenidos por la venta de entradas serán en gran parte reinvertidos en el desarrollo global del fútbol. Más del 90% del presupuesto para el ciclo 2023-2026 se destinará a programas en las 211 asociaciones miembro, muchas de las cuales dependen de dichos fondos para sostener sus operaciones. Este aspecto busca mostrar el compromiso institucional con el crecimiento del deporte a nivel mundial, lo que puede justificar en parte los costos asociados al Mundial.

Con el sorteo para definir los grupos programado para el 5 de diciembre en Washington, el organismo confía en que las próximas etapas de venta y distribución de boletos se desarrollen de forma transparente. La FIFA también se compromete a seguir escuchando a las aficiones y ajustando medidas para que una experiencia tan emblemática como la Copa Mundial sea viable para la mayor cantidad de seguidores posible. Mientras el calendario avanza con meses contados para el inicio de la cita global, las discusiones sobre los precios y el acceso de los fanáticos reflejan uno de los principales retos que enfrenta la organización para mantener el equilibrio entre la viabilidad económica y la pasión popular por el fútbol mundial.
 
															 
				 
											
 
								 
															