La NASA está decidida a construir una base nuclear en la Luna para 2030, un plan ambicioso que busca superar a China en la carrera espacial. Este proyecto, liderado por el administrador interino Sean Duffy, responde a la necesidad de energía confiable para misiones lunares. En una conferencia de prensa el 5 de agosto de 2025, Duffy confirmó que la NASA lleva años estudiando esta tecnología. El reactor generará 100 kilovatios de energía, suficiente para alimentar una base lunar durante largos periodos. Este anuncio llega en un momento de recortes presupuestales, pero la prioridad es clara: establecer una presencia sostenible en la Luna.
Duffy, también secretario de Transporte de Estados Unidos, destacó la importancia de la energía nuclear. A diferencia de los paneles solares, un reactor puede operar durante las noches lunares de 14 días. Estas noches, con temperaturas extremas, dificultan el uso de energía solar. La NASA planea instalar el reactor en el polo sur lunar, una región rica en hielo de agua y luz solar parcial. Este lugar es clave para futuras misiones, según el sitio oficial de la NASA. El proyecto, conocido como Fission Surface Power, busca garantizar energía para hábitats y experimentos científicos.
NASA acelera sus planes
El proyecto no es nuevo. Desde 2008, la NASA ha invertido en conceptos de energía nuclear lunar. En 2022, adjudicó tres contratos de 5 millones de dólares a Lockheed Martin, Westinghouse e IX para diseñar reactores. Estos diseños, según el Departamento de Energía de EE.UU., apuntan a un reactor de 40 kilovatios que dure al menos 10 años. Sin embargo, Duffy ahora exige un reactor más potente de 100 kilovatios, listo para lanzarse en 2029. La NASA emitirá una solicitud de propuestas a empresas en los próximos 60 días. Este cambio responde a la competencia con China y Rusia, quienes planean un reactor lunar para 2035.

La carrera por el polo sur lunar es intensa. China y Rusia, a través de su Estación Internacional de Investigación Lunar, buscan establecer su propia base nuclear. Duffy advirtió que el primer país en lograrlo podría declarar una zona de exclusión, limitando el acceso de otros. Aunque el Tratado del Espacio Exterior prohíbe reclamos de soberanía, la NASA quiere liderar esta carrera. El reactor usará uranio de bajo enriquecimiento y estará diseñado para operar sin intervención humana durante una década.
Clave para las misiones Artemis
La base nuclear es crucial para el programa Artemis, que planea devolver humanos a la Luna. La misión Artemis II, programada para febrero de 2026, será un sobrevuelo lunar con cuatro astronautas. Artemis III, prevista para julio de 2027, logrará un alunizaje de seis días, el más largo desde Apolo 17 en 1972. Estas misiones probarán tecnologías clave, como el cohete SLS y la cápsula Orion. Sin embargo, retrasos en el desarrollo del módulo lunar de SpaceX han generado dudas sobre el cronograma.

El reactor nuclear será vital para una presencia permanente. Según Trudy Kortes, directora de misiones de demostración tecnológica de la NASA, un reactor puede alimentar hábitats en regiones sombreadas. Esto es esencial en el polo sur, donde cráteres contienen hielo valioso. La NASA planea una demostración de un año, seguida de nueve años operativos. Si tiene éxito, la tecnología se adaptará para Marte, donde las tormentas de polvo limitan la energía solar.
La competencia por la base nuclear lunar
Los recortes presupuestales propuestos por la administración Trump para 2026, que reducen el presupuesto en un 24%, afectan programas científicos. A pesar de esto, Duffy prioriza la exploración tripulada. El reactor debe ser ligero, seguro y resistente a las vibraciones del lanzamiento. Simeon Barber, científico de la Open University, señaló que lanzar material radiactivo requiere licencias especiales. Sin embargo, la NASA confía en su experiencia con misiones como Voyager y Curiosity, que usaron energía nuclear.
La afición espacial está dividida. Algunos celebran el audaz plan, mientras otros cuestionan su viabilidad. En redes sociales, usuarios expresaron preocupación por los riesgos de lanzar material nuclear. Duffy insistió en que la seguridad es la prioridad. La NASA también planea reemplazar la Estación Espacial Internacional con estaciones comerciales para 2030. Mientras, el polo sur lunar sigue siendo el objetivo principal, y la base nuclear será un paso hacia un futuro interplanetario.
 
															 
				 
											
 
								 
															