Un bebé nacido de un embrión congelado hace 31 años marcó un hito en Ohio la semana pasada. Lindsey y Tim Pierce dieron la bienvenida a su hijo, concebido a partir de un embrión almacenado desde 1994. Este nacimiento, resultado de una adopción de embriones, establece un récord mundial, según el médico de la pareja. La historia refleja los avances en fertilidad y los debates éticos sobre los embriones congelados. Los Pierce, tras años de lucha contra la infertilidad, lograron su sueño en la clínica Rejoice Fertility en Tennessee.
Un récord histórico
El embrión, congelado durante 11.148 días, fue donado por Linda Archerd, una mujer de 62 años de Oregon. Archerd recurrió a la fecundación in vitro (FIV) en 1994, cuando la tecnología de congelación de embriones estaba en auge. Tras el nacimiento de su hija, no usó los embriones restantes. “Sentí que merecían vivir, como mi hija”, dijo Archerd. Los embriones fueron transferidos a los Pierce a través de Snowflakes, una división de Nightlight Christian Adoptions. Este programa facilita adopciones abiertas de embriones.
Exclusive: A record-breaking baby has been born from an embryo that’s over 30 years old https://t.co/F0gLtfVPVc
— MIT Technology Review (@techreview) July 29, 2025
El proceso no fue sencillo. Archerd tuvo que recuperar registros en papel de su clínica en Oregon. Los embriones viajaron desde allí hasta Tennessee. De los tres embriones donados, solo uno sobrevivió la descongelación y se implantó con éxito. El doctor John David Gordon, de Rejoice Fertility, confirmó que este es el embrión más antiguo en resultar en un nacimiento. El récord anterior, de 30 años, fue establecido en 2022 por la misma clínica.
El auge de la adopción de embriones
La adopción de embriones está ganando popularidad, especialmente entre quienes creen que la vida comienza en la concepción. En Estados Unidos, solo el 2% de los nacimientos provienen de FIV, y una fracción menor involucra embriones donados. Sin embargo, hay cerca de 1,5 millones de embriones congelados en el país, muchos en un limbo ético y legal. Una decisión de la Corte Suprema de Alabama en 2024 clasificó a los embriones como niños, complicando su manejo. Esto llevó a una ley temporal que protege a las clínicas de fertilidad.
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Las clínicas como Rejoice Fertility se niegan a descartar embriones, promoviendo su adopción. Los Pierce, que enfrentaron años de infertilidad, encontraron en este método una esperanza. “Solo queríamos un bebé, no un récord”, expresó Lindsey Pierce en un comunicado. La pareja recibió apoyo constante de la clínica durante el proceso. La adopción de embriones permitió a los Pierce formar su familia, mientras Archerd cumplió su deseo de dar una oportunidad a sus embriones.
Un debate ético
Este caso resalta dilemas éticos y tecnológicos. La congelación de embriones, común desde los años 90, permite a las parejas crear varios embriones para aumentar las posibilidades de éxito. Sin embargo, muchos quedan sin usar. Archerd enfrentó tarifas de almacenamiento crecientes durante décadas. Su decisión de donarlos fue motivada por su fe y el deseo de evitar su descarte. “Quería conocer a los padres adoptivos”, afirmó.
El traslado de embriones desde Oregon a Tennessee requirió una logística compleja. La clínica Rejoice Fertility es conocida por manejar embriones antiguos, almacenados en contenedores obsoletos. El doctor Gordon destacó la importancia de estos casos. “Nos hacen reflexionar sobre por qué tantos embriones están almacenados”, dijo. Las familias enfrentan decisiones difíciles: donar, destruir o mantener embriones congelados, a menudo con costos elevados.
Impacto en las familias y el futuro
Para los Pierce, este nacimiento es un sueño cumplido tras años de lucha. La conexión con Archerd, quien espera conocer al bebé, añade un toque humano. “Me encantaría verlos algún día”, expresó Archerd, emocionada por las fotos recibidas. En Iowa y otros estados, la adopción de embriones está creciendo, impulsada por clínicas y organizaciones religiosas. Sin embargo, las leyes variables, como la de Alabama, generan incertidumbre para las familias y clínicas.
El caso de Ohio no solo celebra un nacimiento, sino que también pone en el centro el debate sobre los embriones congelados. Con avances en la FIV, más parejas podrían optar por este camino. Mientras tanto, historias como la de los Pierce inspiran y plantean preguntas sobre el futuro de millones de embriones en espera.
 
															 
				 
											
 
								 
															