Científicos latinos de la Universidad Internacional de Florida (FIU) han identificado un biomarcador que podría detectar el Alzheimer hasta 20 años antes de los primeros síntomas, abriendo puertas a tratamientos preventivos. El estudio, liderado por el investigador cubanoestadounidense Tomás R. Guilarte y el estudiante colombiano Daniel Martínez Pérez, se publicó el 9 de septiembre de 2025 en JAMA Neurology. Analizando ratones genéticamente modificados y tejidos cerebrales de familias en Antioquia, Colombia, con la mutación «paisa», el equipo encontró que la proteína translocadora de 18 kDa (TSPO) se eleva tempranamente en la inflamación cerebral. Este hallazgo, validado con datos humanos, resalta el rol clave de científicos latinos en la neurociencia, donde representan solo el 6% de investigadores en EE.UU., según la National Science Foundation.

El Alzheimer afecta a más de 6.7 millones de estadounidenses mayores de 65 años en 2025, con proyecciones de duplicarse para 2050 según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). La mutación paisa, descubierta por el fallecido neurocientífico colombiano Francisco Lopera en 1991, causa una forma familiar agresiva que inicia síntomas a los 30 años y lleva a la muerte entre los 50 y 60. Guilarte, decano de la Robert Stempel College of Public Health & Social Work en FIU, explica que TSPO, presente en microglías (células inmunes del cerebro), se activa en el subículo del hipocampo desde etapas preclínicas. «Es un proceso que lleva mucho tiempo, y si lo detectamos al principio, podemos desarrollar terapias», dice Guilarte en una entrevista con EFE.
Martínez Pérez, candidato a doctorado en salud pública, lideró el análisis molecular de tejidos donados por el Grupo de Neurociencias de Antioquia. Estas familias, el mayor grupo mundial con Alzheimer hereditario, proporcionaron muestras de cerebros de portadores que murieron sin síntomas evidentes, confirmando elevaciones de TSPO décadas antes. El estudio usó tomografías PET para visualizar el biomarcador en ratones, donde niveles fueron más altos en hembras desde las seis semanas de edad, equivalente a 18-20 años en humanos. Esto alinea con estadísticas del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA), que indican que dos tercios de pacientes son mujeres.
El descubrimiento y su validación
Guilarte y su equipo emplearon software de imagen para mapear TSPO en ratones con la mutación PSEN1, similar a la paisa. Los resultados mostraron activación en microglías del subículo, una región clave para la memoria, mucho antes de placas amiloideas. «Detecta la neuroinflamación que inicia temprano», detalla Guilarte, cuya investigación previa en JAMA Neurology de 2024 vinculó TSPO a inflamación en jugadores de NFL. Para humanos, analizaron tejidos de 20 donantes antioqueños, encontrando TSPO elevado en pre-sintomáticos, validando el modelo animal.

El Grupo de Neurociencias de Antioquia, dirigido por el profesor Juan Lopera Restrepo tras la muerte de Francisco Lopera en 2023, colabora desde 2015 con FIU. Estas familias, con miles de portadores, permiten estudios longitudinales raros. Martínez, de Medellín, enfatiza: «Esta mutación es muy importante porque presenta un Alzheimer agresivo de inicio temprano». Los hallazgos sugieren TSPO como blanco terapéutico, ya que fármacos antiinflamatorios podrían neutralizarlo, ralentizando la progresión.
La PET scan detecta TSPO con trazadores radioactivos, pero su costo de 3.000 dólares por escaneo limita acceso, según el NIA. Guilarte planea una prueba de sangre más asequible, potencialmente por 100 dólares, usando anticuerpos para medir TSPO circulante. Esto democratizaría el diagnóstico, crucial para latinos, que representan el 12% de casos de Alzheimer pero solo el 8% en ensayos clínicos, per SAMHSA.
Su impacto y esperanza en tratamientos
Guilarte, de 68 años y originario de Cuba, emigró en 1962 y se doctoró en neurotoxicología en la Universidad de Rochester en 1981. Dirige FIU desde 2020, enfocando en salud pública latina. Martínez, de 28 años, se unió en 2023 tras maestría en epidemiología en la Universidad de Antioquia. Su colaboración resalta contribuciones latinas: el 7% de científicos en neurociencia en EE.UU. son hispanos, según la NSF de 2024. La mutación paisa, E280A en PSEN1, afecta a 5.000 antioqueños y acelera amiloide-beta, según el NIA. Lopera, cofundador del estudio, documentó 1.200 casos desde 1989. Su legado permite muestras éticas, con consentimiento familiar para investigación global.

Futuras terapias apuntan a anti-TSPO, como inhibidores de microglías probados en modelos de esclerosis múltiple. Guilarte colabora con el NIH para ensayos fase I en 2026, potencialmente reduciendo riesgo en portadores. Para latinos, con tasas 1.5 veces mayores de Alzheimer vascular por diabetes, esto es vital; el CDC reporta 1 de cada 2 latinos mayores de 65 con diabetes. El estudio, financiado por NIH y FIU, se presenta en la Sociedad de Neurociencia en octubre de 2025. Guilarte concluye: «Si neutralizamos TSPO, tratamos la enfermedad tempranamente». Martínez aspira a terapias accesibles en Colombia, donde el Alzheimer cuesta 1% del PIB.
 
															 
				 
											
 
								 
															