El Gobierno de Estados Unidos creó un nuevo proceso de “autodeportación voluntaria”. Este proceso permite a algunos inmigrantes volver a su país con sus hijos. Además, recibirán un incentivo de 1.000 dólares. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) confirmó que el programa ya está disponible en Estados Unidos. Este programa tiene condiciones específicas para acceder al beneficio.
La iniciativa es parte de un plan piloto del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Su objetivo es reducir el número de migrantes en procesos judiciales activos y aliviar la carga en los centros de detención. Además, busca promover salidas voluntarias con acompañamiento institucional, evitando deportaciones forzadas que pueden implicar castigos migratorios prolongados.
Un proceso digital desde la aplicación oficial
El trámite debe realizarse exclusivamente a través de la aplicación móvil oficial CBP Home, una herramienta diseñada para simplificar gestiones migratorias y ofrecer orientación personalizada. Los interesados pueden acceder al formulario en línea, seleccionar su idioma, subir una fotografía reciente y cargar sus datos personales junto con los de sus familiares inmediatos que también desean acogerse al programa.
El formulario incluye una etapa denominada “intención de salida”, donde el solicitante declara su voluntad de abandonar el país por cuenta propia. Tras enviar la solicitud, CBP evalúa la elegibilidad y, en caso de aprobación, coordina la salida a través de puntos fronterizos o aeropuertos seleccionados.
Según información del DHS, los migrantes admitidos en el proceso serán acompañados por personal de la agencia para garantizar traslados seguros y controlados. La medida incluye apoyo en la preparación de documentos y asistencia adicional para quienes viajen con niños o requieran reagrupación familiar.
Requisitos y grupos elegibles para el incentivo
Las autoridades federales señalaron que el programa está dirigido principalmente a personas sin antecedentes criminales que ya tuvieron algún contacto previo con las fuerzas migratorias, como agentes de CBP o del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Este grupo incluye migrantes detenidos en puertos de entrada, liberados bajo supervisión o con casos pendientes ante tribunales migratorios.
También pueden participar los extranjeros que ingresaron legalmente al país —por ejemplo, con visas de trabajo, estudiante o turista—, pero que han perdido su estatus al vencer sus permisos. En este tipo de casos, el DHS considera la autodeportación una alternativa temporal a los prolongados procesos de deportación formal.
Otro segmento elegible son los antiguos beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) que ya no cuentan con esa cobertura. Miles de migrantes de países como Honduras, El Salvador, Nicaragua y Sudán que han perdido dicha protección legal podrían optar por esta salida, especialmente si enfrentan órdenes de deportación o procesos judiciales sin resolución.
Los beneficios del programa y sus implicancias legales
Además del incentivo económico de 1.000 dólares, el plan ofrece ventajas administrativas. Al aprobar la solicitud de salida voluntaria, el DHS retira a los participantes de la lista prioritaria de ICE, garantizando que no se realicen detenciones antes de su salida programada. Este compromiso permite a las familias organizar su retorno de forma más digna y segura.
CBP precisó que también se cubrirán algunos gastos básicos, como el transporte interno hasta los puntos de salida y la coordinación logística con aerolíneas o consulados. En determinados casos, las multas acumuladas por estadías irregulares podrían ser condonadas, siempre que el solicitante cumpla con las fechas establecidas.
La agencia subrayó que, al completar el proceso, los migrantes mantienen la posibilidad de regresar a Estados Unidos en el futuro bajo mecanismos legales. Esto diferencia la autodeportación voluntaria de una deportación formal, que suele implicar la prohibición de ingreso durante al menos 5 o 10 años, dependiendo de la infracción migratoria previa.
Un esfuerzo por reducir las deportaciones forzadas
Desde que el presidente Donald Trump asumió su nuevo mandato, la administración republicana ha priorizado el orden migratorio, aplicando estrategias que mezclan medidas de control con programas de salida voluntaria. Según el DHS, la autodeportación con incentivos económicos evita saturar el sistema judicial y reduce los costos operativos de los procedimientos de deportación tradicionales.
No obstante, organizaciones proinmigrantes advierten que este mecanismo podría presionar a familias vulnerables a abandonar el país sin asesoramiento legal adecuado. Líderes comunitarios han solicitado a CBP garantizar que todos los solicitantes comprendan los efectos a largo plazo de esta decisión, en particular el impacto sobre futuras solicitudes de visa o asilo.
Pese a las críticas, el DHS insiste en que el programa refuerza la seguridad fronteriza y ofrece una opción “humanitaria y ordenada” para quienes deciden regresar voluntariamente. La agencia aseguró que continuará monitoreando los resultados del plan piloto antes de considerar su expansión a otras ciudades con alta presencia de población migrante en situación irregular.
