La Reserva Federal (Fed) anunció este miércoles un nuevo recorte en las tasas de interés de Estados Unidos, en un intento por frenar el aumento del desempleo. Es la segunda reducción del año y coloca el tipo de referencia entre 3,75% y 4%, el nivel más bajo en tres años.
La medida fue aprobada con mayoría, aunque dos miembros del comité votaron en contra. La decisión llega en un contexto de incertidumbre económica, marcado por el cierre temporal del Gobierno federal, que ha impedido acceder a datos laborales completos. Pese a ello, la Fed consideró necesario aliviar la presión del mercado laboral y mantener el impulso económico.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que la prioridad es evitar que la ralentización del empleo se convierta en desempleo masivo. Aun así, reconoció que la falta de información oficial sobre el mercado laboral dificulta evaluar con exactitud la salud económica del país.
El segundo recorte del año y su impacto
La decisión de la Fed refleja la preocupación de los banqueros centrales por el ritmo del crecimiento y la situación del empleo. Los datos privados de agosto y septiembre mostraron una moderación en la contratación por parte de las empresas, con un crecimiento mínimo respecto a los meses anteriores.
Empresas como Amazon y Target anunciaron miles de despidos en semanas recientes, sumándose a una tendencia que ha comenzado a preocupar a los analistas financieros. Según Powell, esta combinación entre despidos crecientes y menor creación de empleos “podría traducirse rápidamente en un aumento sostenido del desempleo”.

El recorte de este miércoles fue de un cuarto de punto porcentual. Stephen Miran, uno de los gobernadores del banco central, votó a favor de una reducción mayor, de medio punto. En contraste, Jeffrey Schmid, presidente de la Fed de Kansas City, prefirió mantener las tasas sin cambios.
El tipo de interés actual es clave para determinar los costos de los créditos hipotecarios, préstamos estudiantiles y financiamiento empresarial. Con la nueva tasa, el acceso al crédito se vuelve más barato para las familias y empresas, lo que puede incentivar el consumo. Sin embargo, también aumenta el riesgo de mayor inflación si el consumo se acelera demasiado. Los analistas esperan que la medida estimule parcialmente la economía, aunque advierten que su efecto podría verse limitado por la falta de información fiscal. Sin estadísticas completas, la Fed no puede evaluar con precisión si será necesario continuar con nuevos recortes o mantener la política actual.
Inflación controlada, pero con riesgos
Pese a las reducciones en las tasas de interés, la inflación en Estados Unidos se mantiene estable. Los datos más recientes del Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostraron un leve aumento, menor al esperado por los economistas. Las empresas han evitado trasladar los costos de los nuevos aranceles a los consumidores, lo que ha ayudado a contener los precios. No obstante, la estabilidad podría ser temporal. Las medidas comerciales impulsadas por el presidente Donald Trump, especialmente los nuevos aranceles en productos asiáticos, podrían presionar los precios en los próximos meses. Economistas del sector privado prevén un posible repunte de la inflación hacia finales del año si las tensiones comerciales persisten.
El encuentro previsto entre Trump y el presidente chino Xi Jinping, en Corea del Sur, mantiene atentos a los mercados. Se espera que ambos discutan posibles acuerdos que mitiguen el impacto arancelario sobre las dos mayores economías del mundo. Un acuerdo favorable podría reducir la presión sobre los precios y dar mayor margen de maniobra a la Fed. Algunos expertos en política monetaria consideran que el banco central está actuando con cautela, priorizando la estabilidad. Otros, en cambio, creen que las reducciones son necesarias para prevenir una recesión más profunda. De continuar el cierre de datos estadísticos, la Fed podría retrasar nuevas decisiones en noviembre hasta contar con información más completa.
Balance y proyecciones
Además de recortar las tasas de interés, la Fed anunció que su balance financiero alcanzará un punto de estabilización en diciembre. Durante los últimos tres años, el banco central redujo gradualmente el tamaño de su portafolio, que llegó a superar los 9 billones de dólares en 2022. Actualmente, el monto ronda los 6,6 billones, luego de una estrategia gradual para revertir las medidas de estímulo aplicadas durante la pandemia.
El proceso de normalización busca evitar un exceso de liquidez que pueda distorsionar el valor de los activos y generar burbujas financieras. Según la institución, el sistema financiero mantiene niveles saludables de crédito y capital, pero la desaceleración global plantea nuevos retos.

Powell advirtió que la economía estadounidense sigue enfrentando “vientos en contra”, principalmente por la incertidumbre internacional y las secuelas de las políticas comerciales agresivas. “Nuestra meta es preservar la estabilidad económica sin comprometer el progreso en el control de la inflación”, declaró el funcionario.
Los mercados reaccionaron de forma moderada tras el anuncio, con ligeras alzas en el sector tecnológico y energético. El dólar registró una leve depreciación frente al euro y al yen, mientras el rendimiento de los bonos del Tesoro cayó a su nivel más bajo desde 2021.
En las próximas semanas, los ojos estarán puestos en los nuevos indicadores de empleo y en el IPC de octubre, que se publicará el 13 de noviembre. Estos datos serán decisivos para conocer si la Fed optará por otro recorte de tasas en su próxima reunión o mantendrá su política monetaria sin cambios.
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