El huracán Melissa, de categoría 5, avanza lentamente hacia el norte del Caribe y mantiene en vilo a Jamaica y Cuba. Con vientos sostenidos de 280 kilómetros por hora y una presión central de 901 milibares, el fenómeno se ha convertido en el ciclón más poderoso del planeta en lo que va de 2025, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
Jamaica bajo vigilancia extrema
A primeras horas del martes, Melissa se ubicaba a unos 240 kilómetros al suroeste de Kingston, con desplazamiento hacia el norte-noreste a apenas 3 km/h. Su camino proyectado llevará el ojo del huracán directamente sobre Jamaica durante la mañana y, posteriormente, hacia el este de Cuba durante la noche.
Las autoridades jamaicanas han emitido alertas por vientos devastadores, marejadas ciclónicas e inundaciones extremas. Los meteorólogos indican que la presión atmosférica del ciclón es incluso más baja que la del huracán Katrina de 2005, lo que coloca a Melissa entre los huracanes más intensos en la historia del Atlántico.
“Anticipamos un gran impacto”, advirtió Richard Vernon, alcalde de Montego Bay. Equipos de emergencia se encuentran despejando cauces y reforzando infraestructuras críticas ante el riesgo de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra.
Vientos y lluvias potencialmente catastróficos
El Centro Nacional de Huracanes pronostica lluvias de hasta 100 centímetros en las montañas orientales de Jamaica y entre 30 y 60 centímetros en Haití y el este de Cuba. Estas precipitaciones podrían causar deslizamientos de tierra, crecidas de ríos y cortes prolongados de energía y comunicaciones.
Las marejadas ciclónicas en la costa sur de Jamaica podrían alcanzar los cuatro metros, capaces de adentrarse varios kilómetros tierra adentro y aislar comunidades completas. En las zonas más elevadas, los vientos podrían superar los 320 km/h.
“La población debe permanecer en refugios y evitar salir hasta nuevo aviso. Las condiciones son extremadamente peligrosas”, alertó Robert Morgan, ministro jamaicano de Información. Hasta el momento, más de 970 personas permanecen refugiadas en los 76 centros habilitados a nivel nacional.
El primer ministro Andrew Holness confirmó que el país vive “una amenaza nacional sin precedentes” y que ya se registraron tres fallecidos durante los preparativos: dos por caída de árboles y uno por electrocución.
Preocupación en el extranjero y evacuaciones
La diáspora jamaicana en Estados Unidos sigue con ansiedad las actualizaciones meteorológicas. “Estamos muy preocupados. Esta tormenta enorme golpeará justo a nuestra isla”, dijo Steve Dunn, propietario de una ferretería en Kingston. “Mantenemos abiertas las tiendas para que los vecinos compren suministros esenciales y se preparen lo mejor posible”.
En Brooklyn, comunidades de inmigrantes jamaicanos se reúnen en iglesias y centros culturales para orar por sus familiares. “Muchas personas vivieron el huracán Gilbert en 1988, pero dicen que Melissa podría ser peor”, comentó Michelle Robinson, abogada que reside entre Nueva York y Kingston.
Cuba y las Bahamas se preparan
Después de cruzar Jamaica, Melissa se moverá hacia el sureste de Cuba, donde se prevén vientos destructivos y lluvias torrenciales. El gobierno cubano activó planes de emergencia en las provincias de Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba. Equipos de rescate y brigadas eléctricas permanecen en alerta.
En las Bahamas, una advertencia de huracán sigue vigente para las zonas central y sureste, mientras que las Islas Turcas y Caicos están bajo alerta de tormenta tropical. Los expertos estiman que Melissa alcanzará el archipiélago bahameño entre el miércoles por la tarde y el jueves.
El Centro Nacional de Huracanes advirtió que “los vientos del ojo del huracán podrían causar colapsos estructurales totales en áreas elevadas, daños generalizados en la infraestructura y aislar poblaciones enteras”.
Condiciones oceánicas y calentamiento global
Científicos de Climate Central explican que las altas temperaturas del mar, aproximadamente 1,4 °C por encima del promedio, han alimentado el fortalecimiento de Melissa. La tormenta ha experimentado dos episodios de intensificación rápida, fenómeno cada vez más frecuente debido al cambio climático.
“El calentamiento global hace que el agua del Caribe sea más cálida, lo que permite que los huracanes ganen energía con mayor rapidez. Melissa es un claro ejemplo de esto”, señaló el meteorólogo Rafael Trejo del Servicio Meteorológico Nacional de México.
Estudios recientes demuestran que los ciclones modernos producen lluvias más intensas que hace décadas, ya que el aire cálido retiene más humedad. Esto agrava los impactos en regiones montañosas y costeras como Jamaica y Cuba.
Historias humanas detrás del huracán
Entre los testimonios más conmovedores está el de Adam y Jordan Simmons, una pareja estadounidense que quedó varada en Jamaica durante su luna de miel. “Cuando llegamos el martes, no imaginamos que vendría una tormenta de esta magnitud”, contó Jordan. “El resort nos pidió prepararnos con lo esencial y esperar instrucciones”.
El primer ministro Holness anticipó que la recuperación será lenta y necesitará ayuda internacional. “Tendremos que reconstruir carreteras, puentes y redes eléctricas. Nuestra prioridad será proteger vidas”, declaró durante una entrevista televisiva.
Mientras Melissa se acerca a tierra, el gobierno jamaicano insta a la población a permanecer en refugios y a no subestimar los riesgos. “El reloj no comienza cuando el ojo de la tormenta cruza la costa”, repiten los expertos. “La tormenta ya está llegando”.
 
															 
				 
											
 
								 
															