El sistema migratorio de EE. UU. ofrece múltiples visas para trabajadores extranjeros. Algunas permiten empleo temporal (“non‑immigrant visas”) y otras pueden abrir camino hacia la residencia permanente. A continuación, se presentan cuatro de las visas más comunes y útiles para quien desea trabajar legalmente en ese país.
1. Visa H‑1B: especialistas en ocupaciones calificadas
La visa H‑1B está diseñada para personas con formación universitaria en ocupaciones especializadas —como ingenieros, programadores, científicos o profesionales técnicos— que requieren al menos un título de grado o experiencia equivalente.
Para obtenerla, un empleador estadounidense debe solicitar un permiso (Labor Condition Application) ante el Departamento de Trabajo, y luego presentar una petición ante USCIS. La duración inicial es usualmente de tres años, renovable hasta un máximo de seis años.
2. Visa L‑1: traslado dentro de la misma empresa
La visa L‑1 permite que empleados de empresas multinacionales sean transferidos a la oficina de la empresa en EE. UU. Esto aplica en casos de ejecutivos, gerentes o trabajadores con conocimientos especializados.
El requisito clave es que la persona haya trabajado para la misma compañía fuera del país al menos un año continuo en los últimos tres años antes de la solicitud. El tiempo permitido bajo L‑1 varía según el tipo: para ejecutivos o gerentes (L‑1A) puede llegar hasta siete años; para quienes tienen conocimiento especializado (L‑1B), menos tiempo.
3. Visa O‑1: personas con habilidades extraordinarias
La O‑1 es una visa para quienes tienen logros sobresalientes en ciencias, artes, educación, negocios o atletismo.
Quienes la solicitan deben demostrar reconocimiento nacional o internacional, premios, publicaciones, u otras evidencias que respalden su excelencia en el campo.
Se concede inicialmente por hasta tres años, con posibilidad de renovaciones si continúan ejerciendo su labor excepcional.
4. Visa E‑2: inversionistas de países con tratado
La visa E‑2 está pensada para ciudadanos de países que tienen un tratado con Estados Unidos y que hacen una inversión sustancial en un negocio estadounidense. No hay un monto mínimo fijo definido por ley, pero la inversión debe ser suficiente para que el negocio no sea marginal (que genere ingresos suficientes y empleo).
Esta visa permite también que el solicitante trabaje dirigiendo el negocio, y se puede renovar siempre que se mantenga la inversión y el negocio siga operando.

Consideraciones finales para las visas
Estas visas tienen en común que:
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Exigen generalmente patrocinio por un empleador o una inversión concreta.
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Tienen requisitos estrictos: títulos académicos, experiencia, demostración de habilidades o pruebas económicas.
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No todas conducen automáticamente a la residencia permanente, aunque en muchos casos existe la posibilidad de ajustar estatus si se cumplen ciertos criterios.
Si estás considerando aplicar a alguna de estas visas, es recomendable consultar con un abogado de inmigración para asegurar que cumples con todos los requisitos y conocer los procedimientos actualizados.

